Título original: School of Fear
Año de publicación: 2009
Traducción: Laura Manero
Valoración: está bien
Admitámoslo: todos somos frikis. Es decir, no me refiero a que seamos nerds, geeks, dorks o como quiera que se les llame a los protagonistas de The Big Bang Theory... no, empleo el españolizado término "friki" en el sentido que se le da en este libro: todos tenemos miedos, manías o complejos que nos convierten en peculiares y, sobre todo, nos pueden distanciar del mundo que nos rodea hasta, en ocasiones, imposibilitarnos llevar una vida "normal" (también habría que definir este adjetivo) en él. Así les ocurre a los chavales protagonistas de este libro, un cuarteto que padece, por orden, aracnofobia -bueno, bichofobia en general-, hipocondría galopante, claustrofobia e hidrofobia... no al mismo tiempo, claro, sino cada uno de ellos una cosa. Para tratar de curarse, los cuatro protagonistas acuden a pasar el verano en la misteriosa y ultrasecreta Escuela de Mrs. Wellington, en la mansión Summerstone, en Massachussets, especializada, al parecer, en el tratamiento de casos como los suyos.
Dicha escuela y la propia Mrs. Wellington son harto peculiares, así como sus métodos para erradicar las fobias de sus alumnos - que ella llama "concursantes", pues afronta su educación como si participaran en un concurso de belleza, similar a los que ella ganó de joven-, lo cual acarreará más de un sobresalto y momento poco agradable a Madeleine, Lulu, Theo y Garrison, los cuatro "pacientes" (aunque sería más correcto escribir "padecientes") de ese verano. Gracias a ello y a la chocante personalidad de la directora de la escuela -sin olvidar la de su viejo conserje Schmitdy- la novela abunda en episodios insospechados, de un humor desconcertante y hasta algo surrealista; así como arriesgadas aventuras y alguna que otra sorpresa que no vamos a revelar aquí. Pero, para los posibles reticentes a este libro, aclaro que hay poco del ingenuismo almibarado que solía asociarse a la literatura infantil y pre-young adult (o como diantres se diga). Las enseñanzas de Roald Dahl parecen haber ido dando sus frutos.
En suma, un libro creo que bastante adecuado para esa edad incierta que es la pubescencia, al menos en su primera etapa, cuando los chicos son seres fascinantes pero aún básicamente asquerosos y las chicas, entidades indescifrables y quizás por ello desdeñables... hasta que, de forma indefectible, van atrayendo cada vez más nuestra atención. La edad en la que cada uno/a se siente invisible y, al tiempo el centro de todas las miradas, objetos del juicio más inmisericorde por todas nuestras rarezas, reales o imaginarias, nuestras manías y nuestros miedos, sin que, por lo general, haya una Mrs. Wellington que sepa ponernos en nuestro sitio.
Un par de objeciones: primero, que resulta más adecuado el título original "Escuela de Miedo" que el que se le ha puesto a la edición en español, por más que, lo reconozco, todos seamos frikis.... o al menos un servidor. En segundo lugar, que las fobias que padecen los cuatros jóvenes protagonistas son bastante comunes y, tal vez hubiese dado más juego alguna de las que la autora nos va dando noticia antes de cada capítulo: optofobia, o miedo de abrir los ojos, didascaleinofobia, o miedo a ir al colegio, consecotaleofobia (miedo a los palillos chinos)... O la que sin duda es mi favorita: araquibutirofobia, el miedo a que la mantequilla de cacahuete se te pegue al paladar. Ya he confesado que soy un poco friki...
(Las ilustraciones son de Carrie Gifford, antes de que se me olvide.Y a quien le guste la novela, que sepa que es la primera parte de una trilogía, amén de que puede leer otros grandes éxitos de Daneshvari: la serie de libros de Monster High).
Dicha escuela y la propia Mrs. Wellington son harto peculiares, así como sus métodos para erradicar las fobias de sus alumnos - que ella llama "concursantes", pues afronta su educación como si participaran en un concurso de belleza, similar a los que ella ganó de joven-, lo cual acarreará más de un sobresalto y momento poco agradable a Madeleine, Lulu, Theo y Garrison, los cuatro "pacientes" (aunque sería más correcto escribir "padecientes") de ese verano. Gracias a ello y a la chocante personalidad de la directora de la escuela -sin olvidar la de su viejo conserje Schmitdy- la novela abunda en episodios insospechados, de un humor desconcertante y hasta algo surrealista; así como arriesgadas aventuras y alguna que otra sorpresa que no vamos a revelar aquí. Pero, para los posibles reticentes a este libro, aclaro que hay poco del ingenuismo almibarado que solía asociarse a la literatura infantil y pre-young adult (o como diantres se diga). Las enseñanzas de Roald Dahl parecen haber ido dando sus frutos.
En suma, un libro creo que bastante adecuado para esa edad incierta que es la pubescencia, al menos en su primera etapa, cuando los chicos son seres fascinantes pero aún básicamente asquerosos y las chicas, entidades indescifrables y quizás por ello desdeñables... hasta que, de forma indefectible, van atrayendo cada vez más nuestra atención. La edad en la que cada uno/a se siente invisible y, al tiempo el centro de todas las miradas, objetos del juicio más inmisericorde por todas nuestras rarezas, reales o imaginarias, nuestras manías y nuestros miedos, sin que, por lo general, haya una Mrs. Wellington que sepa ponernos en nuestro sitio.
Un par de objeciones: primero, que resulta más adecuado el título original "Escuela de Miedo" que el que se le ha puesto a la edición en español, por más que, lo reconozco, todos seamos frikis.... o al menos un servidor. En segundo lugar, que las fobias que padecen los cuatros jóvenes protagonistas son bastante comunes y, tal vez hubiese dado más juego alguna de las que la autora nos va dando noticia antes de cada capítulo: optofobia, o miedo de abrir los ojos, didascaleinofobia, o miedo a ir al colegio, consecotaleofobia (miedo a los palillos chinos)... O la que sin duda es mi favorita: araquibutirofobia, el miedo a que la mantequilla de cacahuete se te pegue al paladar. Ya he confesado que soy un poco friki...
(Las ilustraciones son de Carrie Gifford, antes de que se me olvide.Y a quien le guste la novela, que sepa que es la primera parte de una trilogía, amén de que puede leer otros grandes éxitos de Daneshvari: la serie de libros de Monster High).
6 comentarios:
Venga. Espero con ansias las reseñas de la saga de Crepúsculo.
Bueno, es te libro está dirigido a la franja de edad pre-adolescente, mientras que Crepúsculo corresponde más bien lo que llaman Young Adult books , pero tomo nota de la petición. Todo se andará...
Un saludo y gracias por el comentario.
No te molestes, Juan: http://unlibroaldia.blogspot.com/2010/07/stephenie-meyer-amanecer.html
TODO ESTÁ EN ULAD.
ULAD ESTÁ EN TODO.
ULAD ES UBIK
#glups...
Publicar un comentario