Título original: Lennox
Año de publicación: 2009
Traductor: Eduardo Hojman
Valoración: más que recomendable
Esta es una novela repleta de gente dura, muy dura. Durísima. De personajes tallados en pedernal: un detective de vuelta de todo, acostumbrado a desenvolverse en los ambientes más turbios; gángters desalmados y matones brutales, policías de métodos expeditivos, bellas mujeres fatales... es decir, encontramos todos los convencionalismos del género negro reunidos en una narración del más puro estilo hardboiled. Sólo que esta historia no se desarrolla en el Los Ángeles de Philip Marlowe ni el Nueva York de Mike Hammer, sino en el Glasgow de comienzos de los 50, el corazón industrial del Imperio Británico -o de lo que quedaba de él-, una ciudad tan despiadada, sórdida y deprimente como la que más. O más aún, parece...
En ese alegre escenario se mueve nuestro protagonista, Lennox, un ex-oficial canadiense que se ha quedado encallado en Escocia tras la guerra y se gana la vida efectuando investigaciones privadas, muy a menudo a cuenta de alguno de los "Tres Reyes", los capos que se reparten el dominio sobre los bajos fondos de Glasgow. El asesinato de otro gángster, de menor estofa, amenaza con romper el equilibrio ente estos Tres reyes y de éstos con la susceptible policía local, así que Lennox interviene para averiguar lo que ha ocurrido. A lo largo de sus pesquisas vemos desfilar todo un pintoresco muestrario del mundo delincuencial de la época: prostitutas de lujo, proxenetas, pornógrafos, asesinos a sueldo, atracadores a mano armada... Lennox da y recibe más de uno y de dos mamporros mientras la investigación y sus giros transcurren a un ritmo y en un crescendo narrativo que obligan al lector -al menos al que aquí escribe ahora- a permanecer pegado a las páginas del libro, como hacía tiempo que no ocurría.
Lo cierto es que ya había leído antes un par de novelas del escritor escocés Craig Russell, pero de la serie dedicada al inspector de la policía de Hamburgo, el frisio-escocés (!) Jan Fabel, novelas bien escritas y con especial atención al detalle (de hecho, este autor ha sido condecorado por la policía de esa ciudad alemana, en atención a su fidelidad y respeto, supongo)... una atención al detalle quizás excesiva, sobre todo cuando se llegaba a las escenas más sangrientas. En Lennox, a pesar de que no faltan los momentos violentos y la descripción de sus consecuencias, todos los detalles, diálogos y situaciones se ven supeditadas del todo a la evolución de la trama y a una adecuada narración de la misma, de manera que no hay desequilibrio entre los distintos elementos (acción, intriga, color local, retrato de los personajes y sus peculiaridades, introspección del protagonista-narrador...) y el resultado adquiere una complejidad y una redondez que no había en las novelas de Fabel, creo yo. Si a ello añadimos los frecuentes comentarios humorísticos del protagonista -que recuerda bastante al Bernie Gunther de otro escritor escocés, Philip Kerr-, a menudo acerca de la particular idiosincrasia escocesa, el resultado es que la novela se devora y además, con un manifiesto y casi culpable placer.
En todo caso, una novela negra de lo más recomendable, que hará sin duda las delicias de cualquier aficionado al género. Y si alguien lo considera un simple bestseller. que no lo desdeñe: le aseguro que, cuando menos, le costará encontrar otro tan adictivo y electrizante como este Lennox. Para mí, eso ya es una virtud.
Otros libros de Craig Russell en Un libro Al Día: El beso de Glasgow
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