Título original: Le martyre de L'Obèse Año de publicación: 1922
Valoración: imprescindible
Vivimos en una sociedad que ensalza la delgadez sobre todas las cosas, en la que estar delgado significa estar sano, ser más guapo, tener más éxito social y profesional y, por supuesto, carecer de cualquier tipo de problema existencial. Y estar gordo significa todo lo contrario, claro que sí. Aunque las modas cambian, hay que reconocer que desde hace mucho tiempo las personas gordas y obesas no son el modelo físico a seguir.
Son el blanco de motes ridículos, burlas y bromas durante toda su vida y, por si eso fuera poco, se les adjudica un caracter por naturaleza amable y bonachón, y completamente alejado de cualquier adjetivo cercano a "atractivo para el otro sexo" o "interesado en una relación que vaya más allá de la amistad".
Eso nos explica el obeso narrador de esta novela (ganadora del premio Goncourt en 1922 y llevada al cine once años más tarde), quien inicia un viaje por Europa y África arrastrado por una mujer que ha descubierto que su marido le es infiel. El protagonista se enamora de la joven, pero ella no sólo lo considera un buen amigo, sino un "buen gordo", por lo que el pobre hombre no puede más que sufrir su desamor en silencio y reflexionar acerca de lo que ocurrirá cuando el marido los encuentre (aunque éste, por supuesto, da por sentada la imposibilidad de que su mujer se haya liado con un gordo).
El protagonista utiliza esta obra, además, para denunciar la marginalidad a la que están sometidas las personas obesas (aunque, naturalmente, esto puede aplicarse a cualquiera que tenga un defecto físico o que no se ajuste al cánon de belleza establecido) y para hacer una fina crítica de la sociedad en que vivimos, cuyas conclusiones, lamentablemente, siguen vigentes casi un siglo después de haber sido escritas.
Pero éste no es un libro que hable sólo de gordura y desamor, sino que se trata de una novela que derrocha sentido del humor (hay un par de escenas verdaderamente hilarantes) y que hace gala de una increíble riqueza léxica. Escrita como si de una larguísima reflexión se tratara, la lectura de El martirio del obeso no sólo nos hará pasar un buen rato, sino que nos mostrará una de las grandes obras de la literatura en francés del siglo pasado.
1 comentario:
Me lo apunto!!! Aunque desafortunadamente, no creo leerlo pronto :-(
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