lunes, 30 de mayo de 2022

Dolores Reyes: Cometierra

Idioma original: español
Año de publicación: 2019
Valoración: Muy recomendable
 
Las brujas están de vuelta. No quiero decir que haya mujeres narigudas volando en escobas y cocinando ojos de sapo y lenguas de serpiente, sino que la figura de la bruja, el tema de la bruja, ocupa un lugar relevante en la imaginación literaria, artística y fílmica (ahí está The VVitch como ejemplo), pero también en el discurso y los eslóganes feministas, en la investigación histórica y antropológica, con lecturas muy diversas, algunas vinculadas con el imaginario tradicional y otras más revolucionarias, contestatarias, críticas o reivincidativas. La bruja, se diría en algunas de estas relecturas, es la mujer libre, aquella que es consciente de su poder, de su libertad, de su sexualidad, de su destino, y que por ello es castigada por el poder (patriarcal). 

En esta línea de recuperación y redefinición de la bruja se podría situar, pienso, Cometierra, la primera novela de Dolores Reyes. La protagonista, huérfana de madre y con un padre ausente, come tierra, como su apodo indica, y al comer tierra consigue comunicarse con los espíritus de las personas que pisaron esa tierra y la habitaron, vivas o muertas. Cuando su don se muestra útil para encontrar víctimas de secuestro, de violación, de asesinato de las que la policía o la justicia no saben (o no quieren saber) nada, Cometierra se convierte en una especie de detective o consultora psíquica, y las botellas llenas de tierra comienzan a acumularse junto a su puerta. Naturalmente, esto tiene un riesgo, emocional, psicológico y físico, sobre todo cuando algunos de los casos investigados comienzan a acercarse demasiado a su propio círculo personal y familiar.

Como se puede ver por este breve resumen, Cometierra ofrece un cruce entre varios géneros o subgéneros. Para comenzar, se integraría en la larga y fructífera tradición argentina de literatura fantástica; también en el actual (y también muy fructífero) boom de la narrativa hispanoamericana de terror, sobre todo de autoría femenina (Samantha Schweblin, Mónica Ojeda, María Fernanda Ampuero...), pero con elementos también de novela policiaca, incluso de procedural televisivo. Y a todo ello se añadiría una capa de crítica social, o de descripción social de la ciudad de Buenos Aires, si se quiere, a través de la figura de Cometierra, su familia, su grupo de amigos y la violencia en la que viven envueltos...
 
Hay aún otro elemento que me parece relevante en la novela, y que se relaciona con lo que mencionaba al principio sobre el retorno de las brujas: Cometierra puede ser un tipo de detective, o de justiciera, pero es también una mujer que se une a muchas otras mujeres (víctimas, madres de víctimas, otras brujas) en una cadena de solidaridad que viene a sustituir a quienes deberían protegerlas: la policía, la justicia, la sociedad. De hecho Cometierra visita a unas mujeres llamadas "las maes" en un momento de la novela, y una de ellas le dice: "Vos también sos una bruja". Pero no una bruja como un ser monstruoso, sino como alguien poderoso, casi una diosa, como piensa la protagonista, aunque a ella le cueste encajar su cuerpo flacucho en esa imagen. También la afinidad que la narradora establece con "Miseria", la pareja de su hermano, tan flaquita y pequeña como ella, podría entenderse como un ejemplo de esta solidaridad femenina.

Por lo demás, esta es una novela que se podría llamar "descarnada", si el adjetivo no estuviera ya algo gastado. De estilo rápido, sin lirismos, se sitúa en el mundo de los excluidos en una ciudad inabarcable y hostil, un Buenos Aires que está más cerca de Roberto Arlt que a Borges, a pesar de sus elementos fantásticos. Se podría hablar de un realismo sucio-fantástico, un tipo de terror en que la violencia sobrenatural y la social o política se confunden, y que en América Latina ha dado también ejemplos destacados en el cine (me acuerdo, por ejemplo, de Los tigres no tienen miedo, película mexicana de terror de 2017 dirigida por Issa López, y en la que los niños, y las niñas, tienen también un papel central).
 
Desde luego, Cometierra es una magnífica primera novela, que confiemos que sea el inicio de la trayectoria de su autora.

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