Título original: Bel-Ami
Año de publicación: 1885
Valoración: Imprescindible
También lo podriamos calificar como atrapante. Sirviéndose de Duroy –un personaje tan paradigmático que su nombre podría servir de apodo a toda una especie de individuos como un quijote, un donjuán o similares–, Maupassant muestra algunas palancas que han movido el mundo en cualquier época, en particular la ambición movida por la envidia. Si a esto le añadimos una total falta de escrúpulos y unas pocas toneladas de suerte tendremos un Bel Ami de pura raza, un hombre surgido de la nada y elevado al Olimpo por pura casualidad, o casi.
Le rodea toda una galería de
personajes igual de convincentes –desde los situados en primer plano hasta los
reducidos a un simple esbozo– y un tejido social muy bien dibujado en constante
evolución y movimiento. Nuestro protagonista aterriza de repente en un medio
que no conoce, pero tiene buenos maestros, sobre todo ellas. La que mejor
parada sale es Madeleine, un modelo de mujer talentosa, a quien la sociedad impide
ejercer cualquier profesión y tiene que hacerlo en la sombra, a través de un
marido mediocre, que es quien pone el nombre y cosecha los éxitos. Está
realidad, que debía darse con cierta frecuencia y que nos ha llegado a través
de la historia, está expuesta, primero tímidamente a base de insinuaciones, después
con toda claridad. Charles sabe aprovechar esas facultades de su mujer y, no
conforme con ello, engaña, seduce, abusa y violenta a toda la que se pone en su
camino. Un punto de vista que, al tener en cuenta las trabas de todo tipo que
encontraban las mujeres de la época, me ha parecido muy moderno. Pero si, en
pleno siglo XIX ¡hasta se nos muestra un combate femenino de esgrima!
En su tiempo, Bel Ami generó bastante polémica, ya que
su repaso de la situación política durante la Tercera República contiene una
gran carga crítica. A hechos históricos concretos (colonialismo en África,
corrupción, especulación financiera), a las componendas entre política y
prensa, a la hipocresía habitual en determinados ambientes y a algunas
convenciones que considera absurdas. Refleja también convicciones propias, como
la irrelevancia de la religión, inquietudes, como la idea de muerte, y muestra un
gran apego a la naturaleza, que describe como si la estuviese pintando. Ocasionalmente,
incluso encontramos rasgos esperpénticos:
“A veces se veía una mano gigantesca que alzaba un tenedor semejante a una horca hacia una boca que se abría como el gaznate de un monstruo, cuando alguien, girándose un poco, presentaba su perfil a la llama amarilla y trémula.”
El argumento no da tregua al
lector, pasamos de una situación a otra, cada vez más interesados e intrigados
pues el embrollo que se va tejiendo nos mantiene alerta y va incrementando la tensión hasta la última
página. Una novela de corte clásico que se lee fácilmente y consigue enganchar
al lector desde el principio. Además, está perfectamente construida, lo que
narra continúa vigente a pesar del tiempo transcurrido, rebosa sabiduría y
sarcasmo, y encontraremos muchos resortes de la política y el periodismo que pueden
explicar nuestro presente.
Traducción: Esther Benitez
Otras obras de Guy de Maupassant: Bola de sebo, El Horla, Cuentos fantásticos, Un parricida
9 comentarios:
Soy muy fan de los relatos de Maupassant...hoy comienzo Bel Ami. Gracias por la aportación.
Maupassant es de esos autores a los que les he dedicado mucho menos de lo que debería. Excelente reseña para obligarme a volver a él.
Saludos!
Pues, si te has animado gracias a esta reseña, me alegro mucho,anónimo. Y cuando lo acabes, estaremos encantados de intercambiar impresiones contigo.
Hola, compañero,me parece estupendo, y creo que merece la pena releer a autores que han quedado como piezas de museo porque no es así, son muy interesantes y conviene que se sepa. Yo me he divertido mucho con el tal Bel Ami.
Siempre hay que volver a los clásicos. Y Maupassant es uno de ellos. Inoxidable.
Leí Bola de sebo en el colegio. Tenía 13 años. Me marcó por siempre. Algunos años más tarde leí, ya por decisión propia, Bel Ami. Gran obra, sin dudas.
Gracias Montuenga por traer estas maravillas a ULAD!
Jeje. Las maravillas es un placer traerlas, menos agradable es traer otro tipo de obras no filtradas por el tiempo. Pero bueno, son gajes del oficio :)
La narración es muy ágil y mantiene vivo el interés y la curiosidad, pese a ser Bel Ami inmoral y no tener ni un solo sentimiento noble.Cuando sé por adelantado que los personajes son tan materialistas y toscos de espíritu no leo las obras. Por eso me asombra que los reseñistas de ULAD seais tan escrupulosos para no desvelar nada de la trama de una novela, a mi me gusta que desvelen mucho más.Cuando leo me voy a meter por unas horas en el ambiente y en la sicología de unos personajes que no me gusta que me resulten nauseabundos .
Saludos.
Para mí, en cambio, y para muchos lectores, la catadura moral de los personajes es irrelevante a la hora de juzgar una novela. Es más, reflejar el mundo tal como es, con sus claroscuros añade interés y realismo además de servir para crear conflicto. Sin todo esto las ficciones se convertirían en artefactos planos, ñoños y pueriles.
Eso es lo que pienso. Por otra parte, las reseñas deben adelantar lo justo para hacerse una idea, nunca desvelar demasiado porque el factor sorpresa es fundamental, como sabes, antes de abrir por primera vez un libro.
Un saludo, Beatriz, y seguimos leyendo :)
Muy buena experiencia la lectura de esta obra. Es mi primer contacto con Maupassant, pero después de haberla finalizado, me queda claro que no va a ser el último.
Sin duda el personaje de Duroy deja una huella imborrable, un ser amoral, pero siempre despierto y ávido en aprovechar cualquier oportunidad que le reporte el mínimo beneficio. Del mismo modo, su trama, pese al transcurso de los años, no pierde vigencia, y podría estar ambientada en pleno siglo XXI...
Gracias por la recomendación y enhorabuena por el artículo!
Gracias a ti por los elogios. Me alegro de que hayas leído el libro gracias al post y te haya gustado tanto como a mí. Veo que opinamos lo mismo.
Saludos.
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