Idioma original: Inglés
Traductor: Mauricio Bach
Año de publicación: 2016
Valoración: Está bien
Pesadilla en rosa es una novela policíaca protagonizada por la gallinita de los huevos de oro de John D. MacDonald, el detective Travis McGee; la segunda de las veintiuna que hay en total. La trama presenta un misterio bastante intrigante, pero que se desarrolla con excesiva lentitud. No es hasta las últimas cincuenta páginas que la historia gana fuelle, y que las tres cuartas partes del libro que precedieron a este adrenalínico pasaje se focalicen en muchos temas no ligados directamente con el conflicto no ayuda a que nos inquietemos por lo que en ellas ocurre.
Me considero un lector paciente. Si el escritor me convence de que vale la pena esperar, no tengo ningún reparo en concederle mi tiempo. Disfruto de las reflexiones que los autores de novela negra cuelan constantemente en sus historias: me gusta entrever, en ellas, como en las de cualquier otro género, crítica social, digresiones morales, párrafos dedicados a lecciones de vida, retazos metaliterarios, etc... Sin embargo, cuando se me lleva de un lado a otro sin justificación alguna, no me lo tomo demasiado bien.
El ritmo de Pesadilla en rosa se ve entorpecido por las constantes incidencias del autor. No es como la sutil y pertinente intromisión de Walter Mosley ridiculizando el racismo. No es como el desvío intencional hacia la cotidianidad de Patricia Highsmith para dotar a los momentos extremos de mayor contraste. En este libro, John D. MacDonald se pierde hablando de las relaciones, del amor, sobre todo del amor, de las diferencias entre clases sociales, del hombre o mujer de negocios como depredador... Y así todo el tiempo.
O al menos eso parece. Porque si uno no lee este libro como una novela negra (menos todavía como una al uso), si uno se deja seducir por esos aparentes desvaríos que acaban siendo el eje central de la novela, si se ve a la investigación como un mero pretexto que los propicia y no un argumento que debería haber sido más tangible, Pesadilla en rosa es muy disfrutable.
Sobre todo, porque explora al personaje de McGee abiertamente, sin restricciones; se enfoca en su visión del amor, del sexo, de las mujeres. Y, ya de paso, disecciona (aunque muy por encima) a una sociedad y un contexto histórico, poniendo a parir a los grandes magnates y sus cuestionables métodos en pos del beneficio. Y de qué manera.
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