domingo, 9 de junio de 2013

Lesley Arfin: Querido diario

Idioma original: inglés
Título original: Dear Diary
Fecha de publicación: 2010 (en España, by Alpha Decay)
Valoración: No me ha gustado nada pero no puedo decir que sea malo

Si la culpa la tengo yo, así que tampoco voy a ir de víctima.

Vamos a ver...

En cuanto vi la portada de este libro (en la que sale una chica con aspecto adolescente-depresivo-insinuante que no es otra que la joven escritora española Luna Miguel) y leí su contraportada, supe bien a lo que iba a enfrentarme si me sumergía en su lectura. Aún así, lo rescaté de la estantería de la biblioteca desde la cual me miraban los melancólicos ojos de Luna Miguel y me lo llevé a mi casa. Y tal y como me suponía, a las pocas páginas me dije: "¿Por qué narices te has tenido que traer esto, si ya sabías lo que es y lo poco que te gusta?".

Porque lo cierto es que estoy un poco cansado de leer testimonios de niñas ricas que tuvieron adolescencias y juventudes repletas de sexo, drogas, música indie, centros de desintoxicación y sanatorios mentales, y que ya en la madurez, casi estables y curadas, se deciden a narrar sus historias por escrito, buscar una editorial más o menos potente, y ofrecer sus batallitas al público. Citaré en este punto a Susanna Kaysen (la Inocencia interrumpida de la película que le regaló un oscar a Angelina-hasta-en-la-sopa-Jolie), a Elizabeth Wurtzel (su Prozac Nation dio también para una peli), y, por supuesto, a Lesley Arfin, que es guionista de la serie Girls, lo cual no me extraña nada (Girls: una serie sobre tres chicas judías y una WASP "hijas de" y estudiadamente alternativas que parece que acaban de donar medio litro de sangre, visten como abuelas descocadas, y tienen novios tan poco agraciados como ellas).

Creo que voy dejando claro de qué va este Querido diario, ¿no? Y por si a alguien aún no le ha quedado claro, diré que el prólogo lo escribe otra musa de lo alternativo y las poses entre resacosas y tímidas patológicas: la actriz Chloe Sevigny. Amiguísima de Arfin, of course.


Así que si algún lector de este post coge el aludido libro, le sintetizo lo que se va a encontrar: una chica estadounidense de origen judío nacida y criada en la pija Long Island que, a modo de diario, cuenta sus intensas y frecuentes experiencias (desde su más tierna pubertad hasta los veintitantos) con los chicos, las amigas, las drogas, los conciertos de música molona, los deslices psiquiátricos y el sexo, mucho sexo. Una chica un poco perdida, sí, pero que sueña con ser una buena escritora y que incluso llega a trabajar haciendo estilismos únicos a base de mezclas de ropa imposibles. Incrédulos, buscad en Google fotos de Lesley Arfin y veréis...

Y ahora en serio: no es que Arfin escriba mal ni que sus aventurillas se hagan especialmente difíciles de leer (su prosa es ágil, fresca y con ciertos puntos de ironía que suavizan escenitas algo denterosas: vamos, que sí me creo que haya copiado íntegramente páginas de sus diarios), y me ha gustado la idea de entrevistarse con personas que en el pasado fueron bastante capullas con ella. Pero es la atmósfera que transmite este libro lo que me ha echado para atrás. No sé... Tanto la autora como la editorial quieren dar a entender que narra las experiencias de una chica un poco especial e incomprendida, como otras tantas, y en eso no estoy de acuerdo: el estilo de vida y las batallitas de Arfin no son tan usuales como insinúan, por lo menos, a este lado del charco, en los países en los que yo he vivido.

Pero quizás sea yo, ¿eh?, que soy un carca y un cerrado de mente al que le deprime el olor a tienda de segunda mano cara de la serie Girls tanto como le deprimía la rancia Seinfield...

4 comentarios:

Francesc Bon dijo...

Pues Ian: seré un poco raro pero no entiendo qué pinta un escritora en la portada de un libro que no es el suyo, sabiendo que se la reconoce. Quizás generar ciertas sinergias de venta en los dos sentidos...o apelar a cierta aura de malditismo.

Ian Grecco dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ian Grecco dijo...

Peut être...
Interesante observación.

Anónimo dijo...

Parece una mierdecilla de libro lo mires por donde lo mires... tendrá su público, de todas formas, supongo.