Año de publicación: 1996
Valoración: recomendable
Naíf. Súper, una novela sobre el momento en el que
dejamos de correr. El protagonista de la segunda novela del noruego Erlend Loe
(Trondheim, 1969) ha cumplido veinticinco años y, de repente, mientras juega al
croquet con su hermano en el jardín de sus padres, descubre que todo carece de sentido,
Mi propia vida y la de los demás, la vida
de los animales y de las plantas, el mundo entero. Ya no se sostenían,
explica.
Es
evidente: ha tocado fondo y ya no sabe qué hacer con su vida. Decide abandonar todo
lo que hacía hasta el momento para replantearse qué quiere hacer de ahora en adelante
y hallar una fórmula para recuperar el entusiasmo. Todo lo queda grande. Dame una pelota. Dame una bicicleta. Eso son
magnitudes que puedo abarcar, indica un narrador obsesionado con el tiempo
y con las teorías de Carl Sagan,
asombrado porque ya no se entusiasma como antes frente a un cubo de Rubik, una
burbuja de jabón, las sábanas con los pliegues bien marcados o los animales más
pequeños que él. Ahora convive con la sensación de que casi todo carece de
sentido y liquida su existencia para partir de cero. Pero, ¿cómo empezar de
cero?
Deja
la universidad. Se traslada durante una temporada al piso de su hermano. Hace
botar una pelota y aporrea un banco para golpear, un juguete que le ayuda a
descargar la agresividad. Recibe y envía faxes (son los 90, todavía no hemos
entrado de lleno en la era del e-mail o Facebook). Habla con su hermano. Con su
amigo bueno Kim. Y con su amigo malo Kent, un personaje que representa todo
aquello de lo que el narrador desea distanciarse, el lado oscuro de las personas, tal y como él indica. Eso ya es
algo. En cierto modo, es un punto de partida. Además, escribe listas mediante
las que ejerce el autoanálisis y medita sobre aquello que posee y aquello que
echa en falta (entusiasmo, planes, una novia o la sensación de que las cosas se
sostienen y de que al final todo saldrá bien).
Mientras
tanto, nos habla de la relación con sus padres, con su hermano, nos habla del amor
que su abuelo siente por los árboles, por las cosas bien hechas, de su amigo
Kim y narra una serie de anécdotas y situaciones repletas de personajes excéntricos
que nos hacen sonreír al vernos reflejados en este protagonista atolondrado y
caricaturizado por la pluma de Loe, quien tras estrenarse con la novela Tatt av Kvinnen nos brinda ahora esta
historia irónica y entrañable.
Por
último, llama la atención el intento por parte de este traductor y guionista de
cine a la hora de crear un texto híbrido que englobe, además del texto
narrativo, una copia de una página del manuscrito de la teoría de Einstein, una
postal, un poema escrito a mano por una chica, un fax o una serie de
páginas en las que se reflejan los criterios de búsqueda en el catálogo de una
biblioteca, serie demasiado extensa quizás, puesto que no aporta mucho a la
novela. Se trata de un intento curioso, pero se queda simplemente en eso, en un
puro tanteo experimental.
Nota: de la traducción de esta novela se ha encargado Cristina Gómez-Baggethun.
1 comentario:
Hola, disculpa donde podre encontrar el libro en formato pdf en español?
Gracias.
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