Idioma original: francés
Título original: L'art à l'état gazeux
Fecha de publicación: 2003
Valoración: muy recomendable
Se oye a menudo constatar que vivimos en un entorno cada vez más estético. Esto se dice a veces con alegría, aunque el tono más común entre los intelectuales que han escrito sobre la estetización de lo cotidiano es más bien condenatorio. Parece innegable que, desde hace ya varias décadas, la vida en las sociedades opulentas está conformada por una voluntad de agradar nuestros sentidos. Si en otros momentos de la historia vivir en contextos estéticamente diseñados era el privilegio de ciertas élites, hoy en día el fenómeno alcanza una extensión y una intensidad inéditas. A esto, en parte, es a lo que se refiere Sloterdijk cuando habla de la "democratización del lujo".
Los objetos más triviales reciben un calculado diseño, la publicidad conquista cada día nuevos formatos y llena de seductoras promesas cada rincón de nuestra vida, podemos llevar a todas partes con nosotros nuestra música preferida o nuestras películas favoritas, y las administraciones compiten entre sí por ofrecer a los ciudadanos entornos cotidianos más bellos y eventos públicos más impresionantes. Todo este conjunto de procesos, que Michaud sintetiza en la fórmula "el triunfo de la estética", obliga a replantearse algunas de nuestras creencias más asentadas sobre la naturaleza y la función del arte. Está claro que el arte no puede entenderse ya como esa peculiar esfera que tiene el monopolio de la belleza o, más en general, de eso que los ilustrados llamaban los placeres del gusto.
En este libro Yves Michaud se muestra capaz de condensar en pocas páginas una adecuada formulación de las preguntas y de elaborar un diagnóstico agudo y cabal de la situación del arte en la actualidad. La idea central puede resumirse así: en un mundo social bello (y no se utiliza aquí "bello" en un sentido metafórico) las obras de arte tienden a desaparecer. Una vez que el contenido de los museos no se diferencia esencialmente de lo que se encuentra fuera, el mundo del arte no puede sino embarcarse en una serie de sutilezas que buscan la quintaesencia, el éter, de lo que se entendía por experiencia estética. El arte, así, ingresa en su estado gaseoso.
Huye Michaud, afortunadamente, de las condenas y las celebraciones en las que suele incurrirse con lamentable celeridad en este tipo de ensayos. A cambio ofrece al lector una capacidad de síntesis y observación bien acompañadas de ironía. Al leer este libro le queda a uno la sensación de que nadie ignora ya las contradicciones que revela. Muy poco diferencia a una discoteca de un museo, a una performance de un lanzamiento de marketing: quizá sólo nuestro empeño en ignorar ostentosamente el parecido.
4 comentarios:
Buen comentario! A este libro lo he querido comprar y se encuentra agotado. Dónde puedo descargarlo?
GRACIAS!!!
leott81@yahoo.com
Buen comentario! A este libro lo he querido comprar y se encuentra agotado. Dónde puedo descargarlo?
GRACIAS!!!
leott81@yahoo.com
Gracias a ti por tu interés! Lo siento, pero no tengo ni idea de dónde se puede descargar. Más bien supongo que no estará colgado en ningún sitio, porque es bastante reciente y, en fin, no precisamente un super-ventas;).
Un saludo.
actualmente estoy leyendo este libro, es honestamente una delicia.
En México uno puede comprarlo traducido y con extras a color en las librerias del Fondo de Cultura Económica, bajo la colección de los breviarios de la editorial de FCE.
Publicar un comentario