Idioma original: inglés
Título original: River Kings. A New History from Scandonavian to the Silk Road
Año de publicación: 2021
Traducción: Ana Herrera
Valoración: más que recomendable
Los vikingos están de moda o, cuando menos, lo han estado hasta hace poco. Prueba de ello son película como The Northman, Valhalla Rising (para quien se atreva) o las basadas en los personajes de la mitología escandinava, aunque sea vía MARVEL... De igual forma podemos encontrar series como El Último Reino (basado en las novelas de Bernard Cornwell) o la directamente titulada Vikingos... Gracias a ellas la imagen de estos aguerridos nórdicos ha pasado de ser la de unos gordinflas con cascos con cuernos a la de unos bigardos tó mazaos vestidos de cuero y con tatuajes molones en el cuerpo (otra cosa que se ha puesto de moda). Eso, sin olvidar a las aguerridos vikingas en plan Xena, la princesa guerrera, que también han proliferado... De ahí que haya quien ve aquel mundo como una suerte de matriarcado, mientras los nazis de toda la vida se ponen ca... entusiasman recreándolo como el epítome de una supuesta raza aria.
En medio de este batiburrillo es de agradecer un poco de rigor histórico y buen tino, y eso es lo que nos proporciona este estupendo libro de la arqueóloga noruega Cat Jarman. Antes que nada, hay que decir que no estamos ante un manual al uso de toda la Historia de los pueblos nórdicos y ni siquiera de las expediciones vikingas. Jarman se centra sobre todo en ciertos aspectos de estas expediciones, el establecimiento de una extensa red tanto militar como, sobre todo, comercial, que les llevó tanto a Occidente como a las muy lejanas tierras meridionales y orientales desde su Escandinavia de origen. Nos propone un viaje que nos lleva desde el yacimiento de Repton en Derbyshire, vestigio del Gran Ejército que holló Gran Bretaña en el 874 hasta la populosa Miklagard -es decir, Constantinopla- y aún más allá: el Caúcaso, las costas del mar Caspio, Persia, Bagdad... Pasando, claro está, por enterramientos y ciudades comerciales de Noruega, Suecia, el Báltico, Rusia y Ucrania.
El hilo conductor que utiliza Cat Jarman para guiarse y guiarnos por todo este periplo está compuesto por varios objetos encontrados en los diferentes yacimientos. Objetos no demasiado aparatosos e incluso aparentemente modestos... pero sumamente reveladores, como una cuenta de cornamenta hallada en Repton y que muy bien podría proceder de la India. También, en otros capítulos, nos habla de un dírham de plata, una estatuilla de Buda encontrada cerca de Estocolmo, aros o torques de cuello o una pequeña representación de una guerrera, hallada por un detectorista de Dinamarca (esto es lo que menos me gusta del libro: que, hasta cierto punto, justifica la actividad de los 'piteros')... A partir de estos objetos, como digo, la autora va desarrollando diversos aspectos de la época vikinga, como la importancia de sus contactos con el mundo árabe, como atestigua la gran difusión de sus monedas por todo el Norte de Europa, el papel de las mujeres en la sociedad nórdica y, sobre todo, la órbita vikinga -también en sus campañas bélicas- o la compleja identidad de los rus, establecidos en aquella época en las cuencas de Dniéper y el Volga.
Para estudiar y divulgar todos estos aspectos, Jarman no sólo se ciñe a las fuentes escritas y a los restos arqueológicos, en su aspecto exterior, sino que además echa mano de técnicas más recientes de la bioarqueología, como el análisis del ADN mitocondrial y de los isótopos de estroncio, para conocer el origen geográfico de los individuo estudiados. Lo cual nos lleva a la conclusión, por cierto, de que la sociedad vikinga era no sólo más compleja, sino también más variada étnicamente de lo que cabría pensar (y, desde luego, más de lo que pensaban los nazis y sus herederos), incluso en la propia Escandinavia.
En conclusión, no nos encontramos ante una exhaustiva y ordenada crónica histórica sobre la época vikinga, ni siquiera en clave de divulgación (como puede ser el también muy originalmente titulado Libro de Neil Price Vikingos, publicado en España por esta misma editorial), pero Los reyes del río es, sin duda, una muy entretenida y recomendable forma de conocer determinados aspectos de la misma; sobre todo lo que respecta a las relaciones entre las distintas zonas por la que se movieron aquellos legendarios navegantes, guerreros y, parece que de forma especialmente intensa, comerciantes nórdicos. Por ponerle un pero al libro, quizás acerca una cierta vocación de divulgación... hacia el público británico o anglófono -después de todo, su autora reside en Inglaterra-, que sospecho piensa que los vikingos no hicieron aparición en la Historia hasta el saqueo de Lindisfarne, en el 793 y desaparecieron tras la batalla de Stamford Bridge. Porque sospecho que los lectores del resto de Europa y no digamos ya de los países eslavos, tienen mucho más clara desde hace mucho la importancia de la presencia vikinga en diversos lugares del continente, no sólo en las Islas Británicas. Pero, en fin, cosas del target editorial... Por lo menos, ya no hace falta aclarar que sus cascos no llevaban cuernos.
1 comentario:
Justo ayer terminé la segunda temporada de "Vinland Saga", y pensé que también le harías mención. ¡Soy un maldito zillenial!
Estupenda reseña, por cierto. Me apunto el libro.
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