Título original: The library window
Traducción: Cristina M. Caladia
Año de publicación: 1896
Valoración: Recomendable
Margaret Oliphant (1828-1897), prolífica escritora, tocó diversos géneros: biografía, literatura de viajes, reseñas, ficción... De su vertiente narrativa hay que destacar, por un lado, sus novelas de costumbrismo decimonónico, y por otro, sus cuentos sobrenaturales.
A esta última categoría pertenece La ventana de la biblioteca, una ambigua historia de fantasmas con visos psicológicos y de crítica social que relata la obsesión de una muchacha. Nuestra protagonista está convencida de que una ventana tapiada da a una habitación. Allí cree ver, incluso, a un joven entregado a tareas intelectuales. Pero, ¿acaso no es cierto que «La vista es tan engañosa como el corazón»? Si la pobre alucina o no queda a elección del lector, dada la sutileza con que se exponen los acontecimientos.
El único reproche que se le puede hacer a este texto es que se alarga más de lo que su contenido reclama. Aún así, esta sobredimensión no impide que se lea con placer. De hecho, contribuye a darle una espesura propia de los calurosos días de ocio en los que se ambienta. Y es innegable que la prosa de Oliphant es agradable y fluida, y el misterio que rodea a la ventana ciega, intrigante. Esta novelita de menos de cien páginas también es capaz de exprimir varios de los elementos presentados en su introducción que durante el desarrollo del relato amenazaban por quedar suspendidos en el aire (lady Carnbee y su diamante, por ejemplo) y de terminar por todo lo alto con un final memorable preñado de connotaciones. Que está muy bien pese a su un tanto dilatada extensión, vamos.
Asimismo, hay que destacar que la La ventana de la biblioteca no renuncia a reflexionar sobre cuestiones sociales. El encierro doméstico que sufrían las mujeres en la era victoriana, sin ir más lejos, es su subtexto evidente. La cual es, dicho sea de paso, una temática recurrente en la obra de Oliphant, igual que la confluencia del mundo tangible y otro vinculado con lo fantástico.
El único reproche que se le puede hacer a este texto es que se alarga más de lo que su contenido reclama. Aún así, esta sobredimensión no impide que se lea con placer. De hecho, contribuye a darle una espesura propia de los calurosos días de ocio en los que se ambienta. Y es innegable que la prosa de Oliphant es agradable y fluida, y el misterio que rodea a la ventana ciega, intrigante. Esta novelita de menos de cien páginas también es capaz de exprimir varios de los elementos presentados en su introducción que durante el desarrollo del relato amenazaban por quedar suspendidos en el aire (lady Carnbee y su diamante, por ejemplo) y de terminar por todo lo alto con un final memorable preñado de connotaciones. Que está muy bien pese a su un tanto dilatada extensión, vamos.
Asimismo, hay que destacar que la La ventana de la biblioteca no renuncia a reflexionar sobre cuestiones sociales. El encierro doméstico que sufrían las mujeres en la era victoriana, sin ir más lejos, es su subtexto evidente. La cual es, dicho sea de paso, una temática recurrente en la obra de Oliphant, igual que la confluencia del mundo tangible y otro vinculado con lo fantástico.
La hermosa edición de La ventana de la biblioteca que hoy traigo a colación es de Pulpture y fue concebida el 2020. Pero dejad que añada, como dato curioso, que Funambulista ya rescató esta obra en 2019, con una traducción distinta, en su antología Cuatro damas del misterio. Parece que el trabajo de Oliphant, hasta ahora bastante ninguneado en nuestro idioma, empieza a ser reivindicado. Ojalá no tarden en publicar más material suyo, la verdad.
6 comentarios:
No termina de llamarme mucho la atención la temática y si además se alarga algo más de lo necesario... No sé, en principio no tomo nota, aunque nunca se sabe si se cruza en mi camino.
¡Besos!
Me parecen historias muy quedadas.
Gracias por este nuevo descubrimiento Oriol. Ya solo por la edición apetece leer este libro. De Margaret Oliphant recuerdo haber leídos dos novelas. "Una ciudad asediada", traducida por Jon Bilbao, y "La puerta abierta", publicada en Valdemar y en la magnífica y ya clásica antología de cuentos de terror de Alianza que coordinó Rafael Llopis. Esta autora victoriana es considerada como una de las mejores cultivadoras de la ghost story y fue reivindicada por M. R. James, también conocido como el puto amo de los cuentos de fantasmas.
Literatura del siglo diecinueve. Gracias Oriol por traerla. Kempes 19
Narayani, no dejes de leer esta joyita por su extensión. A fin de cuentas, "La ventana de la biblioteca" no llega a las cien páginas. Es cierto que las descripciones han sido algo estiradas, pero este es un rasgo distintivo de la narrativa decimonónica, y en la novela de Oliphant, al menos, queda justificado porque la protagonista y narradora es una joven fantasiosa que está en un contexto ocioso.
1984, James es el puto amo, sin duda. Aunque sus relatos rara vez son algo más que mero entretenimiento, es muy bueno dibujando atmósferas ominosas, y tiene una prosa deliciosa. En cuanto a esta edición de "La ventana de la biblioteca", insistir en que vale mucho la pena. Pulpture se lo curra que da gusto. Si te gustaron las dos novelas de Oliphant que mencionas, yo me lanzaría de cabeza con ésta pero que ya.
Es soporífero y tremendamente pacato. Ni agrada ni entretiene y no puedo más que disentir con tu opinión de que se lee con placer: solo un esfuerzo denodado con cierto carácter tendencioso permite justificar ese aserto.
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