Título original: Wonder
Año de publicación: 2012
Traducción: Diego de los Santos
Valoración: Está bien / Imprescindible
Por si alguien no lo sabía, Wonder ha sido un fenómeno literario internacional respaldado por una no menos fenomenal campaña. Pero obviando el tufillo edulcorado y buenista —Todo el mundo debería recibir una ovación del público puesto en pie al menos una vez en su vida, porque todos vencemos al mundo— y fijando la atención en la novela en sí, hay que reconocerle la originalidad del tema, la impecable factura y la frescura narrativa. Porque Wonder es un «producto literario» que no se debe desdeñar por mucha rabia que nos dé a primera vista.
Resumen resumido: August tiene diez años y nunca ha ido al colegio con otros niños. Nació con una grave e insólita anomalía genética que le ha obligado a someterse a un total de veintisiete operaciones y a pesar de ello su rostro dista mucho de parecer «normal». Ahora ha llegado el momento de ir al colegio y enfrentarse al mundo más allá de la burbuja de confort de su casa y de su entregada familia.
El tema niño blanco de clase media-alta con el rostro gravemente deformado no parece de entrada demasiado vendible a menos que se apele a la moralina y a la lágrima fácil (al perfil bajo del lector, al fin y al cabo). Sin embargo, Wonder tiene un planteamiento ambicioso y urde una solvente trama de superación que elude con éxito los sentimentalismos. Los momentos glups están dosificados, distribuidos y justificados, mientras que lo que impregna todo el texto es un humor inteligente que busca la complicidad del lector, tenga la edad que tenga. Porque aunque Wonder parece escrita principalmente para un público infantil, aspira a seducir a un amplio espectro de lectores. (Sí, es Crossover). A pesar de sus cuatrocientas páginas, la estructura de capítulos cortos y el estilo fluido y sencillo hacen que la lectura resulte apta para niños a partir de nueve o diez años sin que ello le reste interés de cara a un público adolescente o adulto.
La gran apuesta narrativa de Wonder, más allá del conflicto que plantea, son sus seis narradores en primera persona con sus correspondientes puntos de vista: August, su hermana mayor, Via y otros cuatro niños/adolescentes del entorno de ambos. Todas las voces resultan más o menos características aunque no todas las narraciones contribuyen con el mismo peso al conflicto principal de August si no que desarrollan otras subtramas que tienen como función seducir al público juvenil. No obstante, el conjunto resulta equilibrado y acaba resolviendo todos los conflictos. Por supuesto, es la voz de August la que ocupa la mayor parte de la narración y atrapa al lector desde la franqueza, la inteligencia y el sentido del humor:
«Via no me ve como alguien normal. Ella dice que sí, pero si fuera normal no me protegería tanto. Mis padres tampoco me ven como alguien normal. Para ellos soy alguien extraordinario. Creo que yo soy la única persona en el mundo que se da cuenta de lo normal que soy. Por cierto, me llamo August. No voy a describir cómo es mi cara. No sé cómo os la estaréis imaginando, pero seguro que es mucho peor»
August ha sido un niño híper-protegido por su entorno desde que nació pero a pesar de ello se ha visto obligado a desarrollar una autoconciencia y una resiliencia por encima de lo normal y por eso ver el mundo a través de sus ojos obliga a una reflexión continua.
¿Por qué Wonder es una lectura IMPRESCINDIBLE para un niño o un adolescente?
- Porque el trabajo de las diferentes voces narrando en primera persona y aportando cada cual su punto de vista sumerge al lector en un potentísimo —y placentero— ejercicio de identificación y empatía.
- Porque promueve valores como la amistad, la generosidad o el espíritu de equipo sin insultar la inteligencia del lector ni incurrir en los cansinos clichés.
- Porque el tema del bullying está a la orden del día y convienen (buenas) lecturas funcionales como esta.
¿Por qué Wonder es una lectura que ESTÁ BIEN para un adulto?
- Porque nos invita a quitarnos el gorro de adulto serio y a sacar de paseo a nuestro niño interior.
- Porque está muy bien retratado (y resulta graciosos y entrañable) el ambiente y el modus operandi de los críos: las bromas, las anécdotas, las gamberradas…
- Porque invita a algunas reflexiones interesantes como, por ejemplo, a través del testimonio de Via, la hermana mayor de August, una adolescente que ha crecido asumiendo que sus problemas nunca serán dignos de atención. O a través de la posición de los padres de August: ¿Hasta qué punto debes proteger a tu hijo frente a un medio hostil? ¿Te arriesgarías a convertirlo en un inútil y a privarle de su libertad solo por protegerlo?
Y como Wonder ha funcionado tan requetebién ha sido inevitable el desembarco de varios spin-off, firmados por la misma autora, entre los que se encuentra La historia de Julian reseñada anteriormente en ULAD, y aunque entiendo en parte la postura de Francesc Bon, tengo que decir que si alguien siente curiosidad por el mundo Wonder, lo mejor es que empiece por Wonder, que segundas partes nunca fueron buenas y menos cuando su único motor es la urgencia por aprovechar (y agotar) los vientos favorables del mercado. También ha sido inevitable que Hollywood hiciera la correspondiente versión cinematográfica con su correspondiente baño de almíbar. Por lo que tengo entendido, la película de 2017 —con Julia Roberts y Owen Wilson como padres— SÍ incurre en sentimentalismos, reflexiones facilonas, personajes planos, etc… Así que lo que siempre aconsejo tiene más motivos que nunca en este caso: si hay que elegir, elegid la novela.
Otras obras de R.J. Palacio en ULAD: La historia de Julian
Otras obras de R.J. Palacio en ULAD: La historia de Julian
13 comentarios:
Hola, Beatriz:
Qué bien, literatura infantil
Me encanta.
Me gusta muchiiiiisimo este libro, creo que lo he leído..3 veces. He de reconocer que también soy un poco infantil y moñas.
Coincido en todo lo que dices: la empatía que despierta August, la visión de un mismo hecho por distintos personajes, y la transmisión de unos valores que no nos pueden dejar indiferentes.
A tu gran reseña, añadiría que los libros están editados sin esa fórmula chorra de rellenar espacio con enormes letras y dibujos, lo que puede llevar a unas lecturas más serias.
Lo veo como una lectura ideal para preadolescentes (entre 10 y 13 años) y que puede generar muchos debates, como;
-¿Por qué me comporto como lo hago?
-¿Es tan importante la imagen?
-¿Cómo puedo cambiar?
Además de todo lo anterior, es divertido, ameno, lo tiene todo.
En mi club de lectura infanto-juvenil tuvo una recepción extraordinaria. ¡August nos enamoró a mayores y niños!
Si estáis pensando en regalar un libro para alguien de esa edad, tenedlo en cuenta. La peli no vale mucho, la verdad.
Saludos
Lupita, muchas gracias por aportarnos tu experiencia con este libro!
La verdad es que me animé a reseñar este libro porque también tiene su interés para un público adulto.
Saludos!
La película está bastante bien, mejor de lo esperado y en contra de lo temible, como ocurre con la propia novela. Es inevitable que caiga en sentimentalismos, pero no empalagan y están bien dosificados. Y lo más notable es el buen hacer de los actores infantiles/juveniles, alejados de los vicios y limitaciones de otros de su misma edad en productos parecidos. Saludos
Hola, anónimo:
Cierto, la vi y me gustó. Quería decir que no vale mucho al lado del libro. Para mi gusto, claro.
Hola, Beatriz, buena reseña y muy acertada la fórmula de dar diferentes valoraciones al libro en función de la edad. Yo leí el libro cuando salió, y me gustó bastante, y creo además que es una manera muy válida para los jóvenes (o niños) de hoy en día de hacerles reflexionar sobre ciertos comportamientos, en épocas donde el bullying es algo que todos pueden sufrir. Estos libros de "doble lectura" son interesantes, en varias franjas de edad. Algo parecido Es aplicable a «La memoria del árbol», de Tina Vallès, que reseñé, hará cosa de un año en ulad).
Saludos
Marc
Marc, gracias por comentar.
La verdad es que si no diferenciaba los públicos me resultaba imposible hacer una valoración que me dejara satisfecha. Y ya me has picado la curiosidad con "La memoria del árbol".
Saludos
Yo no pude acabarlo. No es lo peor que he visto en literatura juvenil reciente, pero le falta profundidad y poesía. Siempre recomendaré Momo, y como libro más actual, Coraline.
Por cierto, excelente reseña. ¡Saludos!
Hola, Oriol:
En cuanto a calidad literaria no lo discuto, pero es un buen libro para enganchar a la lectura. Conecta muy bien con los niños y es bastante mejor que los productos comerciales al uso.
Considero que la literatura infantil y juvenil actual no es tan mala, sino que se ve opacada por esos libros facilones.
De lo actual que he leído, me gustan mucho Cosmic y Tania Val de Lumbre, por ejemplo. Y siempre, siempre Gloria Fuertes.
Saludos
Oriol, gracias por comentar.
Yo creo que hay una diferencia entre literatura y "productos literarios" y, como decía al principio de la reseña, algunos "productos literarios" deben ser tenidos en cuenta. Por supuesto, Momo y Coraline no son "productos literarios".
Un saludo
¿?
Siento discrepar: leí y reseñé aquí la segunda parte de este libro. Pecado, sin haber leído la primera. Me pareció que la autora había apostado firmemente por hurgar en los bolsillos de la humanidad, cosa respetable pues lo hace Apple y lo hace Coca Cola. Pero ahí se franquea una frontera. Ay.
Francesc Bon, yo te maldigo. Ja ja ja!
Si te fijas, los dos estamos conforme en que estamos hablando de "productos literarios" más que de literatura propiamente (como son "Momo" o "Coraline" tal como apuntaba Oriol). De todas formas insisto en la buena factura de "Wonder". No he leído "La historia de Julian" pero no me sorprende que sea el primer spin off ya que en "Wonder" su subtrama quedaba (deliberadamente) des dibujada y era de los personajes más previsibles y estereotipados (el niño consentido que maltrata porque anda falto de cariño). El tufillo mercantilista está en el aire, sí.
Reseña actualizada con la mención de "La historia de Julian" reseñada por Francesc Bon en 2015.
Publicar un comentario