Idioma original: inglés
Título original: The Hitchhiker's Guide to the Galaxy
Año de publicación: 1979-1992
Valoración: Está bien
Comenzó siendo una radionovela; se transformó luego en una serie de libros; en una película; en varios audiolibros; en videojuego, y en fenómeno de culto a nivel (inter)planetario. Tanto, que incluso ha llevado a que se declare el 25 de mayo como "Día de la Toalla", en homenaje a Douglas Adams y sus personajes -porque, como dice Ford Prefect en el primer libro de la serie, una toalla es el objeto más importante que un autoestopista galáctico lleva en su equipaje-. La Guía del Autoestopista Galáctico es una de esas referencias freaks que uno debe conocer en estos días si quiere entender los chistes de xkcd o The Big Bang Theory.
En cuanto a los libros, que es a lo que vamos, es una "trilogía de cinco" (sic) compuesta por Guía del autoestopista galáctico; El restaurante del fin del mundo; La vida, el universo y todo lo demás; Hasta luego, y gracias por el pescado -el que menos me ha gustado de la serie, aunque/porque es el más romántico-, y Fundamentalmente inofensiva, y podría describirse, por su humor absurdo y su galería de personajes alocados, como un "Terry Pratchett se va al espacio". Terry Pratchett. El del Mundodisco. ¿No? En fin.
La Guía del autoestopista galáctico narra las aventuras de varios personajes que se entrelazan en historias a cuál más absurda: Arthur Dent, un terrícola cuya casa está a punto de ser demolida para hacer sitio a una carretera de circunvalación, justo en el momento en el que la Tierra es demolida para hacer sitio a una carretera estelar de circunvalación; Ford Prefect, el alienígena inadaptado que vino a pasar unos días a la Tierra y se quedó 15 años, y que salva a Arthur en el último momento; Zaphod Beeblebrox, primo lejano de Ford y Presidente Galáctico ocasional -además de bicéfalo y tribrácido-; Trillian, pretendida por Arthur y casi-pseudo-novia de Zaphod, o Marvin, el robot paranoico y depresivo.
¿Y qué hacen estos personajes? Pues en la primera novela roban una nave que funciona mediante un sistema de Improbabilidad Infinita; en la segunda, cenar en un restaurante que está situado justo 15 minutos antes del fin del mundo; en la tercera, intentar encontrar respuesta a todas las grandes preguntas sobre la vida, el universo y todo lo demás (y la respuesta es "42", aunque nadie sabe exactamente cuál es la pregunta); en la cuarta, averiguar adónde se han ido todos los delfines... Entre otras muchas cosas.
Y por supuesto, en el centro de todo está la Guía: una especie de Lonely Planet intergaláctico, con las palabras "No se asuste" en su portada, que en sus millones de páginas, escritas por autoestopistas voluntarios (¡mira, como la Wikipedia!) recoge información sobre todas las culturas, planetas, batallas, bebidas y restaurantes del Universo. La entrada sobre la Tierra, por cierto, sólo contiene una palabra: "inofensiva", que gracias a Ford se transforma en "fundamentalmente inofensiva". De la Guía proceden muchos de los pasajes más divertidos de las novelas, cuando describe las más absurdas y surrealistas formas de vida y civilización imaginables.
Leerse los cinco libros de una sentada probablemente sea demasiado; pero si se toman poco a poco, seguro que se pasará un buen rato con los disparates de Arthur Dent y Ford Prefect, con Marvin y sus depresiones, o con las aventuras y desventuras de Zaphod y Trillian.
Hay adaptación cinematográfica, y este octubre Eoin Colfer, autor de la serie de Artemis Fowl (no, yo tampoco la conozco) va a publicar, con permiso de la viuda de Douglas Adams, una sexta novela para la trilogía (sic) titulada And Another Thing... ("y otra cosa..."), con la que pretende dejar dar un final más risueño a una serie que terminaba de manera algo oscura en Fundamentalmente inofensiva.
4 comentarios:
Guía del autoestopista galáctico es mi libro favorito del autor Douglas Adams, recientemente vi una película que es la adaptación del libro y es muy buena, si no les gusta leer se las recomiendo.
No es un poco tacaña la valoración "Está bien"?
Pues sí, releyéndolo ahora creo que sí, por lo menos se merecía un recomendable como tetralogía de cinco, y muy recomendable si nos ceñimos solo al primer libro...
Claro, tal vez el primer libro se merecía una reseña en solitario.
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