Idioma original: inglés
Título original: Tortilla Flat
Año de publicación: 1935
Traducción: José Luis Piquero
Valoración: recomendable
Título original: Tortilla Flat
Año de publicación: 1935
Traducción: José Luis Piquero
Valoración: recomendable
No conozco la obra de Steinbeck con la profundidad suficiente para sacar la conclusión de si ésta en su conjunto (sí me atrevería a afirmarlo con Faulkner o con Erskine Caldwell) lanza un mensaje. De hecho, si añado más autores (por ejemplo, Carson Mc Cullers) a ese conjunto, el archiconocido southern gothic, sí que me atrevo a afirmar que ese enorme e inabarcable rango de autores toma una pose crítica encuadrada en lo social: crueldad del capitalismo, feroz antirracismo, desmontaje a priori del sueño americano. Y no sé si Tortilla Flat, primera novela de éxito de Steinbeck , es preámbulo, visión previa, complemento o simplemente esbozo, pero la mera gesta narrativa de apartar el foco de los elementos más brillantes de la sociedad e iluminar lo sórdido, lo polvoriento, ya es un muy admirable planteamiento.
Tortilla Flat es el nombre de un barrio o quizás una mera zona de la ciudad de Monterrey. Llena de casas destartaladas y de gente que afronta su día a día, hablamos de la Gran Depresión, de una época (ya sé: menudo momento para hablar de crisis he escogido) en la que la desesperanza de una parte muy importante del pueblo estadounidense era el pan de cada día. Danny es uno de ellos, uno más hasta que el destino le hace una jugarreta: hereda dos casas, ergo ya no ha de dormir en la calle. Ese golpe de fortuna resulta ser mal digerido: Danny no contaba convertirse de la noche al día en propietario responsable, así que administrará esa nueva condición en coherencia con la existencia hasta entonces llevada. Alquila la segunda casa a otro de su calaña, y deja entrar en la casa en la que decide vivir a quien así lo desee. Los amigos (paisanos en español en la versión original) son gente de toda clase a la que caracterizan unos pocos rasgos: miserables, con las vidas apagadas por el alcohol (la garrafa de vino a un dólar la unidad se constituye en patrón oro) y todas las situaciones que ello acarrea. El descontrol es absoluto y los capítulos se suceden en algo que puede definirse como caos perezoso, donde personajes de lo más variado, todos ellos habitantes de Tortilla Flat, aparecen y desaparecen de la casa de Danny por las situaciones más peregrinas: a la búsqueda de un techo, de algún contacto humano, del calor engañoso del vaso de vino que les ayuda a sobrellevar la miseria y la abulia propia de esas situaciones, una especie de dolce far niente donde la vida solo cobra sentido cuando se acude al bar de Torrelli, que hace las veces de prestamista, de casa de empeños, de lugar de trueques desiguales.
Steinbeck gobierna la novela desde la experiencia de la cercanía temporal a esas situaciones, y si hay algo que denuncia con claridad es la ecuación desarraigo-alcoholismo. Los personajes pueden parecer caricaturas o el lector puede llegar a pensar que toda persona en esas circunstancias es igual: gris, polvorienta, desastrada, prescindible. Y al fin y al cabo, y las obras posteriores del movimiento lo confirmarían, la realidad no tiene necesariamente que generar cuentos de hadas.
Steinbeck gobierna la novela desde la experiencia de la cercanía temporal a esas situaciones, y si hay algo que denuncia con claridad es la ecuación desarraigo-alcoholismo. Los personajes pueden parecer caricaturas o el lector puede llegar a pensar que toda persona en esas circunstancias es igual: gris, polvorienta, desastrada, prescindible. Y al fin y al cabo, y las obras posteriores del movimiento lo confirmarían, la realidad no tiene necesariamente que generar cuentos de hadas.
6 comentarios:
Diría que sí lanza un mensaje claro la obra del grandísimo Steinbeck: los pobres siempre pierden.
Mi querido Steinbeck, uno de los mejores autores que leí, lo descubrí con las uvas de la ira y tuve que leer todo de él.
Steinbeck es para mí un autor que me acompañará siempre. Su mensaje está ligado a la América profunda, a la gente sencilla y a las grandes emociones humanas. Hay pocos autores que me llegan al alma, Steinbeck es uno de ellos, como también Toni Morrison o Stefan Zweig.
Leí solo un libro de Steimbeck, pero puedo decir que en realidad no leí nada de su obra, ya que el libro en cuestión es su versión de los mitos de Arturo, una maravilla que permite apreciar sus dotes de eximio escritor pero en absoluto nos acerca a las temáticas que lo caracterizan como uno de los más grandes autores de la primera mitad del Siglo XX.
Tengo Viñas de ira en mi Kindle, espero poder leerlo pronto. Excelente reseña.
El Puma
He leido un par de libros y me encantó. Kempes 19
Pues vaya, parece que con Steinbeck no hay polémica posible: a todo el mundo parece gustarle.
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