miércoles, 20 de mayo de 2015

Nicolás Maquiavelo: El Príncipe

Idioma original: italiano
Título original: Il Principe
Año de publicación: 1534
Traducción: Helena Puigdoménech
Valoración: Imprescindible

Vale, lo sé: todo el mundo ha leído ya a Maquiavelo...O, al menos, sabe de qué va El Príncipe... o, al menos, ha utilizado alguna vez el adjetivo "maquiavélico" como sinónimo de retorcido, intrigante, maquinador... Más de uno pensará incluso que éste no es un título demasiado novedoso como para ser reseñado en un blog literario tan puntero como es éste. Y no, novedoso no es, ciertamente: se escribió exactamente hace 500 años, cinco siglos del ala (bueno, 502, en realidad: en 1513, mientras el bueno de Nicolás se encontraba en las mazmorras de los Médici, para trata de congraciarse con éstos. Aunque no sería publicado hasta 1534). Pero eso no le resta un ápice de actualidad; muy al contrario: podría haberse escrito ayer mismo , en lugar de utilizar ejemplos de la Antigüedad Clásica o de la Italia renacentista, hablarnos de Irak, de Siria o de Gaza, y el texto no sufriría modificaciones sustanciales. Y seguiría siendo válido.

Más aún. si por algo merece la pena leer este libro es para que los gobernados podamos discernir más fácilmente -aún, quiero decir- las estrategias, artimañas y despropósitos que nos infligen nuestros gobernantes, más allá de las apariencias (si es que alguien se deja engañar por ellos, a estas alturas... aunque me temo que va a ser que sí). Porque son las mismas que utilizaban hace cinco siglos, y hace veinte, también...

El Príncipe es un tratado teórico sobre cómo obtener el poder y conservarlo, dando por supuesto que el poder no tiene un origen divino e indiscutible, sino humano y bastante fácil de perder. En sus 26 capítulos, establece toda una categorización de los diferentes principados (lo de las repúblicas lo deja para otro momento), de cómo sus dirigentes obtuvieron el poder, ya sea de forma hereditaria  por las armas (o incluso por medios menos lícitos aún). También le da especial importancia a los tipos de ejércitos con los que puede contar un príncipe, ya sean tropas mercenarias o milicias autóctonas -de las que es más partidario Maquiavelo, que deseaba liberar a las ciudades italianas de las manos extranjeras, hasta el punto de ser considerado incluso una suerte de protonacionalista italiano-. Y sobre todo, habla de los medios que debe utilizar el Príncipe ideal para gobernar a sus súbditos, de cómo administrar la crueldad y la benevolencia, de si es preferible ser amado u odiado; del cuidado que se ha de poner acerca de  quienes te rodean y te ayudan a ejercer el gobierno o simplemente te adulan...

Como ejemplos a seguir por el príncipe ideal pone, como se señala a menudo,  al Duque Valentino, César Borgia -aunque, sobre todo, como ejemplo de alguien que hizo siempre lo más adecuado para obtener el poder y, sin embargo, no pudo conservarlo-, pero, sobre todo, a Fernando de Aragón, del que considera que "no puede haber ejemplo más admirable y maravilloso"... Cierto es que esas admirables y grandes empresas de Fernando el Católico fueron sobre todo hacer la guerra a unos vecinos que estaban en paz con él, perseguir y expulsar a los "marranos" y manipular a los nobles, al pueblo e incluso a la Iglesia para que sirvieran a sus intereses. Actos que en el siglo XXI podemos considerar poco éticos y hasta reprobables -al menos, si miramos para otro lado sobre mucho de lo que ocurre en el mundo-, pero que Maquiavelo, pragmático y hasta utilitarista por excelencia, juzga según el resultado obtenido, no acerca de los medios para obtenerlo. Ahora bien, A este autor se le podrá considerar cínico, pero no hipócrita: en ningún momento justifica sus propuestas en base a la moralidad o a valores como la compasión y la justicia. (es más, afirma que el gobierno del Estado obliga a obrar "...contra la fe, la caridad, la humanidad y la religión...". Aunque también es verdad que considera que "...no hay nada que sea más necesario aparentar que el practicar la religión..."). De hecho, ni siquiera su opinión sobre los gobernados es mejor que la de los gobernantes: 

"Porque de la generalidad de los hombres se puede decir esto: que son ingratos, volubles, simuladores, cobardes ante el peligro y ávidos de lucro. Mientras les haces bien, son completamente tuyos (...), pero cuando la necesidad se presenta se rebelan..."

"...se debe señalar que el odio se gana tanto con las buenas acciones como por las perversas, por cuyo motivo (...), un príncipe que quiera conservar el poder es a menudo obligado a no ser bueno..."

Lo que nos hizo Maquiavelo, hace cinco siglos, fue un regalo: el conocimiento exacto de cómo podemos ser manipulados, forzados y engañados por nuestros queridos gobernantes. Un conocimiento involuntario y, por tanto, sincero, puesto que no estaba pensado para ser divulgado entre el público, sino para el aprovechamiento por parte de una élite. Por ello, todos los que aspiramos a que no nos engañen, manipulen y exploten -o lo menos posible, si puede ser- deberíamos conocer y estudiar esta obra , mucho más provechosa que cualquier novela de ficción o serie de televisión que trate sobre las luchas de poder (ya sabemos a lo que me refiero...): una herramienta para preservar nuestra independencia de criterio como ciudadanos libres, que nos es brindada por el acervo cultural de este viejo Occidente, cuyos dirigentes -nuestros dirigentes- tal vez confían en que no nos demos cuenta de su vigencia y oportunidad, en que lo consideremos un libraco viejo más o un nombre a memorizar en el colegio... y no lo que es, en realidad: un arma arrebatada al enemigo.

Para quien no lo vea así, un par de perlas más: 

"Al apoderarse del  un Estado, todo usurpador debe reflexionar sobre los crímenes que le es preciso cometer y ejecutarlos todos a la vez, para que no tenga que renovarlos día a día..."

" Por lo cual es necesario que todo príncipe que quiera mantenerse aprenda a no ser bueno y a practicarlo o no, de acuerdo con la necesidad..."



9 comentarios:

Javier Sánchez dijo...

Primero, felicitarte por rescatar un clásico de tal nivel.
Segundo, decirte que el último párrafo (tuyo) me ha encantado: sincero y contundente, como deberíamos ser los ciudadanos. Y en especial, las últimas palabras me han hecho soñar, ver un puño en alto. Gracias.
Tercero, y como contrapunto, se podría hablar de John Locke y del interesantísimo e imprescindible "Dos tratados sobre el gobierno civil", que vendría a situarse en la parte intelectualmente contraria de Maquiavelo.
Para un licenciado en filosofía, estas entradas son pura luz.

Juan G. B. dijo...

Caramba, pues muchísimas gracias por tus palabras!
La verdad es que Maquiavelo es uno de estos autores que te pasas la vida estudiando y hablando de su influencia, etc... pero sin acudir a la fuente originsl, cuando resulta que bien merece la pena... no voy a decir más nombres con los que ocurre lo mismo, para no quedar en evidencia (ejem...), pero te prometo que el libro de Locke me lo apunto.
Un saludo y muchas gracias por pasarte por aquí.

Elbo Tarate dijo...

¿"Más de uno pensará incluso que éste no es un título demasiado novedoso como para ser reseñado en un blog literario tan puntero como es éste"?
Pues no, Juan, nada de eso. Uno de los placeres de sumergirse cada día en este blog, reside -precisamente- en la expectativa de encontrarse con comentarios sobre antiguas lecturas, revivir las sensaciones de aquellos entonces, y hasta de comprobar -una vez más, y como si hiciera falta- que cada uno tiene un prisma propio para pasar por él lo que algunos nos han dejado escrito.
Gracias por ello, y -en línea con Javier Sánchez- por no reducir esta página imprescindible al mero (y tan sospechable de comercial) rol de "Novedades bibliográficas".
Abrazo desde el sur del sur.

Juan G. B. dijo...

Pues muchas gracias por tu apoyo, Elbo y me alegra que coincidamos en este tema.
Lo cierto es que resulta revelador comprobar cómo un texto que tiene más de 500 años puede ser tan actual y pertinente a día de hoy...lo mismo que resultará dentro de otros 500, sospecho...
Un abrazo a ti también y permiteme decirte que tu nombre no te hace justicia... ; )

RockatMX dijo...

Excelente blog y excelente review. Ojalá más gente en México lo lea porque cada párrafo cuenta la historia de manipulación de nuestros gobernantes hacia el pueblo. Sigue así. Saludos!

OUTSIDER dijo...

Buenisimo libro que he estado leyendo, llego hace poco a mis manos una copia que viene comentada por nada menos que por Napoleón Bonaparte!! y la cuido como si fuera mi libro favorito.
Da risa como a veces Napoleón cita algún párrafo y dice cosas como: "Yo no cometeré el mismo error"
Es un libro imprescindible, sin duda.

Juan G. B. dijo...

Hola a los dos:
Gracias por vuestros amables comentarios. Sobre la edición comentada por Napoleón, amigo/a Outsider, yo también he visto el libro en una biblioteca, pero ya había leído el libro en otra edición... aunque igual le echo un vistazo, porque seguro que es de lo más interesante.
Un saludo a ambos.

Anónimo dijo...

No es tema que me haga feliz, dada la opinión que tengo de los individuos que acceden a la política, en un 99% mas para lucrarse o beneficiarse de alguna manera del poder conseguido que por altruismo.No siempre se gana.Esperaré al dia de mañana, por un nuevo amanecer del blog de crítica literaria mas relevante del país.

Juan G. B. dijo...

Vaya..¿y cual es ese blog? No, en serio, muchas gracias por tus palabras... en cuanto al libro... bueno, creo que aunque hable de personajes y comportamientos deleznables (y el propio Maquivelo podría ser considerado así, hasta cierto punto), "El príncipe" es una de esas obras clásicas que merece la pena conocer.
Un saludo