Título original: 1491. New Revelations of the Americas Before Columbus
Idioma original: inglés
Fecha de publicación: 2005
Valoración: recomendable
Parece que últimamente elijo los títulos atendiendo a su numeración: 1421, 1434, 1491...¿alguién conoce más? Vale, es pura coincidencia o se ha puesto de moda titular de esta manera, pero la verdad es que así te sitúas rápidamente en el contexto temporal.
En la contraportada nos dicen: “Tradicionalmente, nos han enseñado que los primeros habitantes de América entraron en el continente atravesando el estrecho de Bering doce mil años antes de la llegada de Colón. Se daba por supuesto que eran bandas reducidas y nómadas, y que vivían sin alterar la tierra. Pero, durante los últimos años, los arqueólogos y los antropólogos han demostrado que estas suposiciones, igual que otras que también se sostenían desde hacía tiempo, eran erróneas.”
Este párrafo sintetiza las intenciones del autor, corresponsal de Science. A través de los resultados de nuevos estudios sobre la zona, se centra en tres aspectos principales: la demografía americana anterior a la conquista, los orígenes de la población y su ecología. Así, lejos de creer que el continente estaba prácticamente inhabitado, exceptuando las urbes mesoamericanas y quizá incaicas, expone cómo la población era mayor que la europea, y no sólo en dichas urbes, donde se alcanzaron unos niveles altísimos de ocupación, sino también en el resto del continente, como por ejemplo en Bolivia.
Sobre los orígenes, conocemos la teoría del estrecho de Bering, que actualmente tiene fuertes detractores, y se habla de varias oleadas de migraciones muy anteriores a los doce mil años que estábamos acostumbrados a estudiar. Hallazgos en Chile anteriores a esa fecha confirman que el continente ya estaba habitado y hace pensar que los avances americanos corrieron aparte de lo que sucedía en Oriente, sin su influencia. Y por último, Mann se centra en la ecología, es decir, en la creencia de que los americanos no transformaron el paisaje en el que vivían, no interviniendo en el desarrollo de la tierra. Pues bien, afirma totalmente lo contrario, que precisamente lo que encontraron los europeos a su llegada era un territorio completamente alterado por la mano humana con un complejo sistema de explotación de la tierra.
La lectura de estas más de 500 páginas se hace muy amena, recordándome en ocasiones el estilo de Un antropólogo inocente. Rápida lectura que te atrapa, y te provoca exclamaciones de sorpresa y sonoros: “¡oh!”.
Podemos estar más o menos de acuerdo con las conclusiones que saca el autor a la luz de los nuevos descubrimientos sobre el tema, pero de lo que no hay duda es de que existen esos nuevos descubrimientos, y este libro es un punto de partida para acercarnos a ellos.
1 comentario:
Suena muy bien, Sonia. Parece necesario combatir esa imagen idealizada de América, como el Edén perdido, que en realidad sigue siendo el resultado de una proyección de categorías coloniales: la terra incognita que está esperando la mano del hombre blanco para unirse a la epopea civilizatoria.
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