Idioma original: español
Año de publicación: 2015
Valoración: bastante recomendable
Año de publicación: 2015
Valoración: bastante recomendable
No sé si es muy cierto o muy justo decir que ya he relegado al Kiko Amat de sus (supuestas) ficciones al cajón del olvido o de la pura pereza. Quizás sea un planteamiento demasiado tajante.
Chap Chap se subtitula Una antología confesional y lo es. Amat recoge textos que recorren más de 20 años y los recoge de los lados más variopintos: desde textos inéditos hasta otros que ha recortado o completado. Publicados en medios de gran difusión (el suplemento Cultura/s de La Vanguardia, de lo poco que puede aprovecharse de un periódico que ha cambiado, subvenciones y estrategia comercial mediante, teórico eclecticismo por clientelismo a la carta) o simples posts de su blog Benditoatraso, incluyendo comentarios sobre discos, libros, tendencias y corrientes culturales. No lo hace mal, incluso en algunos casos lo hace muy bien y es curioso que sus mejores escritos surgen de posiciones extremas hacia las cosas.
Hay casos, por eso en que manifiesta opiniones tan contundentes como acneicas. El autor y el personaje se confunden de manera tan indeleble que no hay lugar a dudas. Toda la narrativa de Amat es autobiográfica, lo único que en su ficción usa filtros que distorsionen los aspectos más reconocibles: en sus artículos eso no es necesario y eso sitúa al lector ante la disyuntiva clásica: tolerar sus devaneos y sus improperios o renunciar a ellos. En todo caso esa decisión no va a llevar más de treinta páginas porque el de Sant Boi se muestra siempre intenso y sincero, con la lógica y leve tendencia a la reiteración, a la sobreactuación literaria e incluso al auto fustigamiento, como si su destino como escritor estuviera intrínsecamente unido a estar siempre sorprendido por ser publicado, por ser leído, incluso por ser tenido en cuenta. Repite alguna broma, claro, se pone pesado sin saberlo (esto es una recopilación, sabéis) con las menciones acerca de su vida personal (en particular, del hecho de que su esposa y sus dos hijos sean pelirrojos: Kiko, ya lo sabemos, o de su consumo descontrolado de alcohol: Kiko, ya lo sabemos), que van salpimentando y prestando un cierto hilo que articula todo el resto. Me gusta el pop energético de orígenes más bien british y de cierta antigüedad (entre los 60 y los primeros 80). Me gusta el cine british. No me gusta la comida british. La cagué aquí, hice esto allí, las publicaciones me piden acercamientos aunque sean aparentes al mainstream. Más de cuatrocientas páginas estructuradas y justificadas con cierta gracia marca de la casa: mis mejores artículos, los peores, sin abandonar ni un momento esa escritura intrépida, recurrente, de vulgaridad algo forzada, de asimilación de influencias y filtrado constante al mínimo pretexto (menuda manía le tiene a Radiohead), de prosa anfetamínica y necesidad física de ser leído, de intervenir. A veces esas pretensiones le traicionan: su empeño en diseñar su propio personaje le traiciona y le caricaturiza. Su insistencia en filtrarse hacia el lector le traiciona a veces y entonces vemos que no es tan erudito como Bolaño ni tan gracioso como Bratto Stacatto. Las cosas son así.
Pero queda claro: aunque no veo salida en ese laberinto peterpaniano en el que anda metido, Amat sigue empeñado en ser único. Su archivo en disco sería algo así como escritores/varones/que escriben en español/nacidos en Catalunya/nacidos en áreas de extrarradio/que escriben sobre cultura/ cultural popular/anglofilia. Busca su nicho en el mercado, ha cumplido años y debe seguir pagando facturas. Los medios siguen confiando en él, pero su explosión no se produce. Ya no es una cosa que hace bum. Igual ya le llaman de Vd. en los sitios y todo. Es un señor que seguramente (también incluye una especie de relación de trabajos a los que se ha dedicado que lo corrobora) no sabe hacer otra cosa que escribir, pero con la mierda que pagan, ha de pagar las facturas. Un tío así de cercano, como decía Vonnegut, del que no te importaría ser amigo y tomarte un par de cervezas. Cosa diferente, por cierto, de comprar sus libros, de leerlos con avidez, de recomendarlos a todo el mundo.
6 comentarios:
Joder, lo has psicoanalizado (acertadamente, diría yo).
Uno de los pocos libros quen he dejado al poco de comenzar fue "Cosas que hacen bum?. Lo cogí en la biblio por uns recomendación entisuasta en algún medio (no este) y no pasé de las diez primeras páginas, no recuerdo el motivo, pero seguro que fue porque no entendí nada y supuse que insistir no lo arreglaría. A lo mejo no era el momento ...
Es mi cronista cultural de referencia. Recuerdo que en una firma de "Antes del huracán" le comenté que en casa, a veces echando unas cervecitas en el balcón, sacábamos el "Chap Chap" para leer algún artículo y eso nos encaminaba a tertulias culturales muy potentes, le hizo mucha ilusión este comentario...
Siempre auténtico y con un dominio de la escena cultural en general, musical y literaria en particular, fuera de toda duda para mí es toda una referencia, su blog también. Recomiendo, entre todos los suyos, especialmente este libro,todo un compendio de su buen Arte en mayúsculas (estemos o no de acuerdo con sus opiniones, que a mí también me pasa con alguna que otra de sus opiniones, las hay a miles...); en fin, Chap Chap es toda una enciclopedia gamberra sobre los entresijos del mundillo cultural... y muchas cosas más.
Gracias por los comentarios: como supongo que se desprende de mis textos, me es inevitable cierta curiosidad por la obra de Amat, aunque sea por una cercanía generacional o geográfica, id a saber... la cuestión con Chap Chap es mantener la perspectiva y no dejarse llevar por ese exceso de entusiasmo tan amatiano* y entonces es posible disfrutar. O aprovechar su conocimiento sobre ciertos aspectos de la cultura contemporánea para satisfacer la curiosidad natural de cada uno.
* A él le encantará haber dado lugar a un adjetivo.
"Cosas que hacen BUM" y "Rompepistas" son unos libros muy recomendables, repletos de personajes inolvidables. Para mí, Kiko Amat es una voz única en la literatura española, quizàs Patxi Irurzun también destile en sus novelas la ternura, rabia y astracanismo que rezuman las de Amat.
Felicitaciones por el post, me ha encantado y no puedo estar más de acuerdo con todo lo que has escrito. Porque en realidad a Kiko Amat se le ve venir a la legua. Básicamente él mismo se encarga de anunciarlo sin descanso, día tras día dalequetepego con lo mismo.
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