Año de publicación: 2023
Valoración: Recomendable
Quien haya leído con anterioridad a Edurne Portela sabrá que la violencia y la memoria son (dos de) los ejes fundamentales de su obra. Por tanto, no debería extrañar que esta Maddi y las fronteras reincida en esas obsesiones, si bien esta vez lo haga de una manera algo diferente.
Porque esta vez estamos ante una novela en la que los personajes y los acontecimientos son reales mientras que el pegamento que los une es imaginario. El personaje "elegido" por Edurne Portela es María Josefa "Maddi" Sansberro, personajes fascinante por contradictorio (católica y divorciada, contrabandista y colaboradora de la Resistencia, etc) ; los acontecimientos son los hechos transcurridos en su vida entre 1929 y 1944; el pegamento es la opción elegida por la autora para rellenar los espacios vacíos que los fríos documentos de archivo dejan.
Esto de la opción es fundamental en la novela. Entre todas las Maddi posibles, la autora elige crear una propia, gracias a la utilización de una primera persona que determina el tono de la novela y que permite que esta sea más íntima que documental (pese al evidente trabajo de documentación). Monólogo interior, sí, pero también frecuentes diálogos que oxigenan la novela y le dan agilidad.
En Maddi y las fronteras podemos encontrar dos partes bien diferenciadas, que daré en llamar la "barojiana" y la "sempruniana", siendo para mi gusto mucho más destacable la segunda que la primera.
En cuanto a la parte "barojiana", que vendría a ocupar unos dos tercios de la novela, posee los ecos, defectos y virtudes que tiene parte de la obra de Don Pío (en especial, la tetralogía Tierra Vasca). Así, comparte con ellos escenarios fronterizos, fluidez en la narración, un ligero aire aventurero, un muy buen personaje central y cierto desaprovechamiento de algunas escenas y secundarios. En este sentido, la primera parte de la novela cubre un período de unos 13 años que dan la impresión de pasar demasiados rápidos. Hay situaciones (la entrada de Maddi en la Resistencia) y personajes (Lucien, Fidel...) que tienen un potencial brutal y que darían, creo yo, para algo más. Quizá esa fuese otra novela, quién sabe.
Pero la novela da un giro radical y se convierte en "sempruniana" a partir de un determinado momento. Un acontecimiento brutal hace que la novela sea mucho más cruda, más "corporal", que Portela adopte mayores riesgos en lo estilístico, que la voz de Maddi cambie por completo y que el texto se acerque a la literatura concentracionaria, con un magnífico reflejo de la deshumanización causada por la violencia y de la evolución final del personaje.
En resumen, una novela en la que creo que la autora sacrifica algo de profundidad a costa de una mayor facilidad de lectura, que mejora con el paso de la páginas, que recuerda (sobre todo en su segunda mitad) a la mejor Edurne Portela y que demuestra que la santurtziarra es un valor seguro.
P.S.: Maddi y las fronteras lleva 3 semanas entre los 100 libros más vendidos en librerías españolas!!! Y nosotros nos alegramos un montón. Edurne se lo merece!
También de Edurne Portela en ULAD: Los ojos cerrados, Formas de estar lejos, Mejor la ausencia y El eco de los disparos
4 comentarios:
Leo a diario y desde hace años vuestras críticas pero esta es la primera vez que digo un rotundo si, eso es exactamente lo que sentí al leer el libro. Me ha gustado especialmente el hallazgo de dividir el libro en 2 partes, barojiana y sempruniana (yo me había quedado en hotel y tren).
Comparto también esa impresión de que la novela podía haber dado un poco más de si. La vida de Maddi es una joyita muy apetecible para cualquier novelista y no digo que Portela haya desaprovechado la oportunidad que se le brindó, pero si que hubiera agradecido un poco más de profundidad, de pausa, un poco más de análisis tanto en sus andanzas como en su psicología. Lo mismo ocurre con otros personajes secundarios, en mi opinión tratados con demasiado superficialidad, demasiada rapidez. Es algo que se dice pocas veces de una novela, pero en este caso hubiera agradecido que tuviera 100 páginas más, el tema lo merece.
El menú es buenísimo pero me he quedado con algo de hambre.
Totalmente de acuerdo.
Creo que es una reseña muy acerada. A mi me dio la sensación de que en la primera parte de la novela y al tratarse de una vida real, es como si la autora tuviera cierto pudor de usar demasiado" pegamento ", como si hiciera un ejercicio de contención para no imaginar demasiado.
En la segunda parte, que a mí me gustó mas, sigue hablando de la vida de Maddi, pero es una vida compartida con miles de prisioneros de los que sabemos de sobra lo que vivieron y padecieron y allí cambia el tono de la novela.
Esta al menos fue mi manera de leerla .
De todas formas y a pesar de que me gustó más los ojos cerrados, me parece una autora a tener en cuenta y leer más
Tal cual, Beratik y último anónimo!
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