Título original: Vere i zavere
Traducción: Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pištelek
Año de publicación: 1983
Valoración: Muy recomendable
No comprendo por qué en ninguna de las recientes listas del tipo "Nuestras recomendaciones para el Día del Libro" ha aparecido este "Lealtades y traiciones" publicado por Acantilado en marzo de este mismo año. Yendo un poco más allá, me parece inexplicable que Aleksandar Tišma continúe siendo un autor prácticamente desconocido, pese a que la misma Acantilado haya publicado buena parte de su obra en estos últimos años. Imagino que tendrá mucho que ver que se trata de un autor de corte clásico perteneciente a una literatura "periférica"
Sea por lo que sea, hemos de reivindicar a Tišma, un autor esencial para entender un tiempo y un lugar como la segunda mitad del siglo XX en los Balcanes, referentes espaciotemporales de la práctica totalidad de su obra (al menos, de la que yo he podido leer hasta ahora).
"Lealtades y traiciones" reincide en estas referencias. El lugar es la Novi Sad natal del autor, ciudad situada en el vientre de una Europa sembrada de prisiones y campos de concentración y que, en vísperas de la guerra, era una ciudad pequeña y agraria, saciada de alimentos terrenales y no intelectuales, en la que convivían judíos, alemanes, serbios, húngaros, etc. El tiempo de la novela abarca desde los años 30 hasta mediados de los años 60 y se encontrará marcado por la la ocupación alemana y húngara, la guerra, la llegada del socialismo, la ruptura de Yugoslavia con la URSS, etc y todos sus "efectos secundarios": matanzas, deportaciones, cárcel, odios, miseria, etc.
Para hablarnos de todo ello Tišma opta por entrelazar la Historia con la historia y por construir la novela en base a personajes contrapuestos. A ver si me consigo explicar.
El punto de partida lo constituye el reconocimiento por parte del gobierno yugoslavo de los derechos de los antiguos propietarios sobre bienes nacionalizados , lo que provoca que Sergije Rudic, principal protagonista de la novela, entre nuevamente en contacto con los Schultheiss y los Lebensheim, propietarios de la casa en la que residen sus padres. Este reencuentro será la base para sucesivas idas y venidas en el tiempo, las cuales mostrarán cómo los grandes acontecimientos de la Historia afectan a los diferentes personajes y cómo estos, pese a las diferentes formas de enfrentarlo y asimilarlo, serán incapaces de escapar de las heridas y cicatrices causadas por un pasado que solo enturbia y envilece. O dicho en palabras del propio Rudic:
Nadie es inocente. Ni siquiera nosotros somos inocentes. Hemos entrado en la rueda y ésta no parará mientras uno de nosotros esté vivo, tanto de un bando como del otro. Aceptamos matar y cruzamos al otro lado, al lado de la muerte, donde las leyes de la vida ya no valen.
Pese a que por párrafos anteriores pudiera parecer de que se trata de una novela sumamente oscura, hemos de ser justos y reconocer que en "Lealtades y traiciones" la búsqueda de la felicidad es algo permanentemente presente y que la novela tiene momentos en los que se roza lo tragicómico (el héroe de guerra que acaba trabajando como "corrector" de novelas de aventuras traducidas) y en los que se consigue arrancar al lector una leve sonrisa. No es, desde luego, el tono general, pero no hemos de obviarlo.
Quisiera hablar, por último, del estilo del autor. Decía en el primer párrafo que Tišma es un narrador de corte clásico. Las dos cosas son fundamentales: Tišma es, ante todo, un narrador, un contador de historias con la capacidad de ensartarlas en el curso de la Historia. Y es clásico en las formas, que lo emparentan más con los grandes narradores centroeuropeos del período de entreguerras que con autores como Danilo Kis (también originario de la Vojvodina y apenas diez años más joven que Tišma). Buen ejemplo de ello son las 325 páginas de "Lealtades y traiciones", con su sobriedad y concisión, su ritmo pausado, su penetración en la psicología de unos personajes, ya sean principales o secundarios, y unas vidas casi devastadas por la Historia, sus historias entrelazadas, etc. En fin, literatura de la buena.
P.S.: Me gustaría destacar el trabajo de los traductores (Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pistelek). Siempre que leo libros traducidos por ellos (otros libros de Tišma, de Danilo Kis, de Milenko Jergovic, el Bonavia de Velikic, etc) tengo la sensación de estar ante un gran trabajo.
P.S.: Me gustaría destacar el trabajo de los traductores (Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pistelek). Siempre que leo libros traducidos por ellos (otros libros de Tišma, de Danilo Kis, de Milenko Jergovic, el Bonavia de Velikic, etc) tengo la sensación de estar ante un gran trabajo.
12 comentarios:
Buenas tardes
A mi también me ha sorprendido no leer nada sobre esta novela en ninguna parte. Me la compré, junto a 'Zuleija abre los ojos', unos días después de su publicación. Ambas novedades de Acantilado tienen una pintaza tremenda y, si bien, a la segunda le han dado mucho más bombo que a la primera.
Gracias por la reseña. Caerá muy pronto.
¡Pues espero que nos cuentes qué te parece este "Lealtades y traiciones" que tan desapercibido ha pasado!
Un abrazo y gracias por la visita y el comentario
Hola Koldo: te consulto si hay algún punto de contacto en el estilo con Sandor Marai. De paso te cuento que los libros de Acantilado son incomparables en Argentina por su precio (con tan buen catálogo además). Sólo te lo cuento para que me acompañes en el sentimiento 😁
Saludos
Gabriel. Has tratado abrir libros por electrónico.....son gratuitos!
El link es......
epubibre.org
Suerte
Koldo: desconocía a éste Autor! Gracias
Hola, Gabriel. En relación al precio de los libros de importación en Argentina, escuché hace pocos días una entrevista a gente del sector a raíz de la feria del libro y comentaron que el precio de un libro importado podía suponer hasta un diez por ciento del salario medio mensual de un profesor. Me pareció una barbaridad y una auténtica lástima. Así que te acompaño en el sentimiento, totalmente.
Saludos
Marc
Lo primero de todo, mis condolencias por el desmadre de los precios. Una verdadera lástima, teniendo en cuenta la cantidad y calidad de librerías que hay en Buenos Aires (al menos, allá por 2003-2004, que es cuando pude visitarlo).
En cuanto a Tisma y Marai, he de confesar que desconozco la casi totalidad de la obra de Marai, así que no te puedo decir. A quien sí me recuerda es a Roth, Zweig, Misil, etc, ese tipo de autores cronistas de un mundo desaparecido. En el caso de Tisma, al ser posterior a estos, su literatura está muy marcada por la experiencia de la guerra, la persecución a los judíos y el socialismo yugoslavo. No sé si eso te ayuda o no.
Un abrazo, como siempre, y gracias por estar al pie del cañón!
Y si a esa barbaridad le sumas las barbaridades que un latinoamericano paga por el pan, la leche o un café, pues, el libro termina siendo un lujo más caro aún.
Que un producto de importación sea caro, en principio, parece lógico.
Pero cualquier español compra en el Consum espárragos peruanos más baratos que lo que le cuestan al peruano en su sitio de origen. Eso es el doble de injusto. Eso no solo habla de que el "peruano" no puede acceder a los artículos "lujosos" del Norte, también deja patente que él produce para nosotros y tampoco puede acceder a lo que exporta.
Cuando veo a "chalecos amarillos" en Francia pidiendo gasolina mas barata en el final de la segunda década del siglo XXI, pienso: "Bienvenidos al mundo real, malcriados."
Hola anónimo, gracias por el dato. Voy a intentarlo.
Saludos
Hola Marc, para no aburrir no voy a hablar del desmadre de la economía argentina. Solo diré que no poder comprar libros importados es algo menor en relación al sufrimiento de muchos compatriotas. Gracias por tu
solidaridad.
Saludos
Más que Malcriados los franceses luchan por sus Derechos. Tal vez los malcriados seáis vosotros, que os conformais viviendo en la miseria. Si sois un continente de perdedores se dice y no pasa nada.
¿Los demás vivimos en continentes de ganadores? o_O
Después de leer a Anónimo pido disculpas por expresarme mal. No solo no creo que los Franceses o todos los ciudadanos de países industrializados en general sean malcriados, también estoy seguro de que los latinoamericanos tenemos mucho que aprender de ellos. Y viceversa.
También me parece sano y necesario que estos ciudadanos afortunados reclamen por sus derechos y peleen por lo que les corresponde. Mientras exista un solo caso de corrupción o se mantengan los paraísos fiscales va a resultar que alguien está robando.
Pero el caso de los chalecos Le Pen amarillos reclamando combustibles más baratos en un país que no los posee y en el final de la era barata del petróleo, me parece, cuánto menos, de no tener ni zorra idea de lo que pasa en el mundo en que vivimos. Después de pedir combustibles más baratos en Francia ¿Qué piden? ¿La paz en Oriente medio? ¿Disminuir emisiones de CO2? Juas! ¡Total, las hamburguesas salen de los supermercados y la gasolina de debajo de las gasolineras! ¿No?
Por eso decía malcriados.
Pero si a Anónimo le sirve de consuelo también creo que en Latinoamérica lo son. Al menos, de donde yo vengo, básicamente, la gente quiere lo mismo que la de acá. Y si este tablero está montado para que aspiren a la cuarta parte de lo que usted puede aspirar no es por la virtud de la humildad de ellos, que en su lugar harían lo mismo. Es solo una secuela del Darwinismo social que tanto da de sí hoy en día, aún, y que le permite a algunos justificarse como ganadores y hacer una virtud el nada meritorio hecho de nacer en un lugar particular.
En el otro lado de la balanza, otros creen que tuvieron mala suerte desde el minuto cero.
La estrategia es buena. Aunque sí, creo que hay que ser un poco malcriado para creersela. ¡Felicitaciones!
Disculpen todos y especialmente el autor de la reseña que nada tiene que ver con esto.
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