miércoles, 24 de diciembre de 2014

Shirley Jackson: La lotería y otros cuentos

Idioma original: inglés
Título original: The Lottery and Other Stories
Año de publicación: 1948, 1949
Valoración: imprescindible

La lotería es un relato corto nacido de la mente de la que sin duda es una de las mejores escritoras estadounidenses del siglo pasado. Publicado por primera vez en 1948 en The New Yorker, su acogida por parte del público no pudo ser peor: muchos lectores cancelaron su suscripción a la revista y la autora recibió durante meses cartas en las que fue duramente criticada e insultada debido a la dureza del cuento. Pero, ¿qué cuenta esta historia exactamente? Cuenta la tradición que se lleva a cabo en un pequeño pueblo estadounidense, que consiste en sortear un premio entre todos los habitantes del pueblo. ¿Y qué es ese premio? La lapidación, por eso de quitarse el stress de encima y de que la cosecha de ese año sea buena y porque oye, es una tradición y las tradiciones hay que respetarlas. 

Si bien hoy en día no nos vamos a asustar por el argumento del cuento, todo que lo lea quedará encantado por la manera en que éste está escrito. Shirley Jackson confirma con esta pequeña obra que sabe crear ambientes como nadie y consigue, en apenas doce páginas, estremecer al lector con la propia historia, con las interpretaciones que se pueden leer entre líneas y con el oscuro sentido del humor que contiene.

Pero La lotería es, además de un cuento fabuloso, el broche de oro de esta colección de relatos que reúne 26 piezas en las que Jackson muestra (por si no había quedado claro en Siempre hemos vivido en el castillo o La maldición de Hill House) la gran imaginación que posee (que poseía, más bien) y toda su maestría a la hora de contar historias. Las narraciones que encontramos en este volumen están siempre ambientadas en la realidad más cotidiana, en una rutina diaria que aparentemente nada tiene de especial... hasta que todo cambia.

A pesar de que no encontramos en estos relatos elementos sobrenaturales o las características propias de los cuentos de terror (que nadie espere encontrar aquí a una versión antigua de Stephen King, por mucho que él se haya declarado fan absoluto de la autora), todos los escritos de Jackson nos dejan un regusto amargo, así como una inquietud que no sabemos muy bien de dónde viene y que nos cuesta bastante quitarnos de encima.

Quizá porque se encarga de enseñarnos las cosas terribles que se esconden en cada lugar que creemos seguro, o porque nos hace pensar en todo lo malo que tenemos dentro de nosotros, los relatos de Shirley Jackson resultan ser fáciles de leer y dificilísimos de olvidar. Y yo creo que no se le puede pedir más.



5 comentarios:

apasionada dijo...

hola! me ha gustado mucho tu reseña, me acabo de hacer un blog y soy nueva en esto.. te dejo mi dirección por si quieres seguirme!
http://apasionadadelalectura.blogspot.com.es/

Anna dijo...

Leí La lotería en una clase de literatura moderna y postmoderna y me dejó sin palabras. Me encantará leer otros relatos como éste. Gracias por la reseña.

Ciervo Blanco Club del Libro dijo...

El martes 03/11/15 hay una tertulia literaria virtual en videoconferencia sobre este relato de Shirley Jackson, "La lotería": http://ciervoblanco.club/la-loteria-tertulia-literaria-virtual-shirley-jackson-madrid-club-libro-ciervo-blanco-lectura/

El club del libro Ciervo Blanco suele organizar eventos presenciales en Madrid, pero a veces nos atrevemos con la videoconferencia para unir gente de distintos puntos geográficos.

Como todos los eventos Ciervo Blanco, es gratuito.

marcelo dijo...

La verdad es que aunque todos tenemos siempre la ilusión de que nos toque algo en la Loteria nacional de Navidad, lo importante es que al final los premios estén muy repartidos y vayan a parar a gente realmente necesitada, como la gente en paro o sin medios para subsistir. Y al final, la mayor suerte es que tú y los tuyos disfruten de salud y equilibrio. Un besito,

Juan G. B. dijo...

Marcelo, a no ser que tu comentario sea irónico, me da la impresión de que no has leído este cuento de la gran Shirley Jackson... (dicho sea con cariño)