Mostrando las entradas para la consulta Maximiliano Barrientos ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Maximiliano Barrientos ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

sábado, 28 de junio de 2025

Maximiliano Barrientos: El horizonte del grito

Idioma original: castellano

Año de publicación: 2024

Valoración: Entre Recomendable y Está bien


Está claro que ni mucho menos domino las etiquetas que se asignan a los distintos subgéneros de lo que podríamos llamar literatura de terror, así que para no meter la pata ni se me ocurre citar ninguna de las que me pueden sonar. Supongo que, como en tantos otros campos, no son más que clasificaciones más o menos intuitivas o caprichosas para distinguir tendencias, tanto nos gusta organizar conceptos y ordenar de alguna manera cosas demasiado amplias, haciéndolas más manejables. En todo caso, como aquí en el blog tenemos expertos en esta materia que podrían dar una master class, dejo a otro el trabajo.

La docena de relatos que propone Maximiliano Barrientos digo yo que podemos al menos ubicarlos dentro del género del terror, así, a grandes rasgos. Yo diría que un terror un poco singular, con unas señas de identidad bastante peculiares. En todos encontramos elementos que irrumpen en la realidad distorsionándola, sin que lleguemos a saber si de un modo objetivo o en los pliegues de lo mental, quizá ambas cosas a la vez. Es un hombre que se presenta en cierta población ante la noticia de la muerte repentina de su hermano, un alcalde aquejado de un deterioro cognitivo galopante, la desaparición de un avión en la selva, un antiguo nazi que guarda secretos sobre su hijo, o unos jóvenes metaleros que quieren quemar una iglesia. Historias que de entrada ya bordean la proximidad de la muerte o de situaciones de máxima tensión, en las que se abrirán paso hechos o vivencias que traspasan la línea de lo convencional.

Los relatos se internan entonces en mundos extraños, unas veces tangibles y otras incorpóreos, comportamientos extraños, sonidos o presencias, trances que parecen sacados de experiencias con alucinógenos, desapariciones (y reapariciones), hipersensibilidad para establecer conexiones. Pero también lo que parecen episodios de enajenación, extracción de órganos u obsesiones, un avión construido en secreto, híbridos humanos, ver con los ojos de otro o sentir su muerte como propia. Muchas cosas ciertamente para apenas una docena de relatos no demasiado extensos.

Barrientos lo cuenta bien, excelente mientras comienza a desarrollar las historias incorporando los elementos de misterio en un crescendo potente y bien dosificado. Llega sin embargo un punto en que el hilo empieza a deshacerse, porque seguramente el autor quiere a toda costa internarse en ese mundo de pesadilla, no sabría decir si es porque la transición resulta algo inconsistente. Quizá es que a la conexión entre lo real y lo fantástico le falta un nexo más convincente, que la inmersión en esos mundos aberrantes es tan inverosímil que, aun resultando sugestiva, le falta algo de credibilidad para hacerla de verdad aterradora.

O puede que uno sea lector demasiado convencional y necesita un asidero para sentirse realmente sobrecogido por la aparición de lo extraño. Quizá la acumulación de estímulos o lo que parece una búsqueda deliberada de confusión no son el mejor vehículo para transmitir desasosiego, y ahí lo que pintaba como relatos bien construidos termina por quedarse un poco en tierra de nadie.


También de Maximiliano Barrientos reseñado en ULADUna casa en llamas

lunes, 30 de octubre de 2017

Maximiliano Barrientos: Una casa en llamas

Idioma original: Español
Año de publicación: 2015
Valoración: Recomendable

Tiene narices (por no decir otra cosa) que, tras casi 3200 reseñas, solo hayamos reseñado en ULAD a un autor boliviano, el gran Edmundo Paz Soldán. ¿Será que la "literatura boliviana" es la rama desconocida / ignorada de la "literatura latinoamericana", suponiendo que existan una literatura boliviana o una literatura latinoamericana como tales?

Hoy vamos a tratar de romper con ese "ninguneo" reseñando, por segunda vez en la vida del blog, a otro autor boliviano. Se trata, en este caso, del cruceño Maximiliano Barrientos.

Barrientos, cuya obra está siendo publicada en España por la editorial Periférica, es autor de este libros de relatos publicado por Eterna Cadencia, una de las editoriales sudamericanas más interesantes del momento. En él, se observan claras influencias de uno de los grandes del género: un tal Raymond Carver.

Veréis. El libro consta de seis historias atravesadas por la violencia física. Todas ellas están protagonizadas por tipos solitarios que ven como el pasado vuelve de forma recurrente, como si fuese una marca indeleble en la piel, por perdedores llenos de una rabia convertida en tristeza. 

El relato que abre el libro, "No hay música en el mundo", es quizá el más diferente de todos, no  tanto por la temática del mismo sino por su protagonista y su ubicación geográfica. Se trata de la historia de un boxeador / luchador en sus horas más bajas y, al contrario que el resto de relatos del libro, se sitúa en los Estados Unidos.

Los cinco relatos restantes, en cambio, están protagonizados por personas de la clase media o media-alta de Bolivia, y en la mayoría de ellas hay un pasado violento que vuelve para romper con la aparente tranquilidad del presente y de una vida más o menos cómoda. La violencia, en forma de venganza en varias ocasiones, y el sexo juegan, en todos ellos, un papel fundamental.

Destacaría, por encima de todo, la utilización de las imágenes por parte de Barrientos. Las seis historias están llenas de poderosas imágenes, muy ilustrativas de lo que el autor quiere contar. Además, Barrientos dosifica la información y las palabras de manera adecuada, manteniendo al lector en tensión. No hay artificios en los relatos, no hay adornos, solo las palabras precisas para componer un conjunto homogéneo y atrayente, en especial para aquellos que gusten de historias duras narradas de la forma más cruda posible.

lunes, 17 de octubre de 2022

Maximiliano Barrientos: Miles de ojos

Idioma: español

Año de publicación: 2022

Valoración: recomendable... sobre todo para gente como Oriol ; )

Voy a incumplir una de mis normas como reseñista (autoimpuesta, cierto es) y comenzarla reseña explicando cómo llegó a mi conocimiento la existencia de este libro o por qué me decidí a leerlo: en una (muy recomendable) entrevista a Mariana Enriquez en el podcast de la revista Windumanoth, ésta recomendó Miles de ojos como una novela que le había parecido rarísima, inclasificable. A ver, a ver, pensé yo, que si a Mariana Enriquez esta novela le parece una bizarrada, A MARIANA ENRIQUEZ, esto hay que leerlo... et voilá.

¿Y dónde está lo bizarro de esta novela? Pues como la vida me ha enseñado que no hay que hacer más esfuerzos de los necesarios, permitidme que os lo expliquen las propias palabras de la Reina Mariana, que la casa editorial del libro ha tenido a bien estampar en la cubierta del mismo (sic):

"El culto a los autos y la velocidad elevado a religión, black metal, rituales, Ballard y Mad Max en Bolivia. No sé si hay escritores así de arriesgados en América Latina."

Bueno, pues más o menos de eso va la novela, aunque yo añadiría también que es una historia de weird fiction, una novela teen, de body horror, de horror cósmico... una hibridación cultural más que llamativa (quizá lo sería menos si la hubiera escrito un autor norteamericano y se desarrollara en EEUU, pero eso se debe a nuestros prejuicios). Y, por supuesto, un homenaje poco disimulado al Ballard de Crash o La exhibición de atrocidades, y a la ficción apocalíptica.

Una pequeña, aunque irremediablemente fútil, sinopsis para que nadie se pierda: El protagonista -uno de ellos-, Fede, es un adolescente de Santa Cruz, de clase media, que junto a sus amigos Jaime y David constituyen el grupo de metaleros de su colegio, y no demasiado bien vistos por ello. Además en casa de Fede aún se vive el duelo por su hermano Lucas, muerto dos años atrás en un accidente de tráfico. Pero las cosas no son lo que parecen y el chico comenzará a percibir extrañas sensaciones y a recibir no menos extrañas visitas, que le llevarán a conocer un culto a una ominosa divinidad llevado a cabo por una hermandad de adoradores de la velocidad, que requieren algo de él, como lo hicieron de su hermano...

Todo esto, explicado de una forma lineal, parece más o menos entendible, aunque sea una historia raruna. pero el caso es que la novela no está estructurada así y se mezclan partes que parecen desarrollarse en el pasado o directamente en otra dimensión, quizá ultraterrena, con el relato del devenir de estos adolescentes -quizás esto constituya el aspecto más flojo, aunque necesario para el desarrollo de la historia- y con las interferencias que suponen las voces de accidentados que resuenan en la cabeza de Fede -quizás las mejores páginas de la novela, a mi entender-; amén de una crónica postapocalíptica y bastante lisérgica: por decirlo así, Moebius y Jodorowsky entreverados con Mad Max (o viceversa)... Un desfase, vaya.

En fin, que la novela tiene su guasa, aunque quizás a mí no me haya impactado tanto como a doña Mariana. Desde luego que tiene su punto de originalidad, de rarunez. aunque ya digo que tal vez no nos parecería tanta si el autor fuese gringo o europeo y hubiese ambientado la historia en Arizona o Wyoming, en vez de en Bolivia. O en Australia, como las pelis del loco Max... pero que duda cabe que no deja de ser una bizarrada bastante gorda. Su calidad literaria me parece notable, aunque desigual y su propuesta narrativa, por lo que a mí respecta, más atrayente cuanto más tiende hacia el delirio y resulta más difícil de entender racionalmente (aunque esto es algo que me sucede con muchas novelas, en los últimos tiempos). En suma, un libro perfecto para amantes de los raruno y también, ¿por qué no?, para quien quiera estar al tanto de lo que se cuece en la literatura latinoamericana, más allá de caminos trillados (tomad nota, Oriol y Koldo).


También de Maximiliano Barrientos y reseñado en Un Libro Al Día: Una casa en llamas

lunes, 19 de diciembre de 2022

Lo mejor de 2022

Un año más nos obstinamos en ir contracorriente, en llegar de los últimos para desmentir a muchos de los medios cautivos de jamones, lotes de Navidad y transferencias a cuentas cifradas en paraísos fiscales. También aclaramos que estas son nuestras lecturas durante el año, y que si se nos cuela algún libro inencontrable de hace cuatro décadas, seamos o no conscientes de ello, no nos culpéis. Es el amor a la literatura, que nos ciega con sus fogonazos.

Dicho ello:

La lista de Juan

Año de muchas y buenas lecturas, aunque quizás pocas que hayan destacado del resto. Por eso, me vais a permitir que desgrane mis mejores lecturas a base de tríos...


La lista de Koldo

Curiosamente o no, pocas novedades de 2022 en mi lista de mejores lecturas del año:


La lista de Santi

Año de muy pocas lecturas, pero algunas que me han hecho disfrutar soberanamente:


La lista de Oriol


La lista de Marc

Un año irregular en cuanto a lecturas, que no contaría entre mis mejores. Mejor en ensayo que en ficción, en líneas generales. Aún así, hay libros y autores a destacar en todos los géneros:
Propósitos para el 2022: más poesía, (aún) más ensayo y más literatura infantil


La lista de Montuenga

Lo mejor

Lo peor


La lista de Carlos

Entre medio, algunas cosas que han quedado cerca de esta lista de destacados, y otras inevitablemente prescindibles, regulares o más o menos decepcionantes. Como siempre, vaya. Veremos lo que está por venir.


La lista de Nieves J.

Destaco dos novelas: Josefine y yo (intimista) de Hans Magnus Enzensberger y El tren de la última noche (género histórico) de Dacia Maraini

La lista de Francesc Bon

Confirmando que las situaciones personales afectan a las lecturas, no recuerdo año en que haya leído tan poco y peor. Así que mis referencias del año serán pocas y al ralentí:

Tostonazo, de Santiago Lorenzo, me confirmó en los términos que esperaba, más o menos, que sigue siendo, con su estilo naïf y pasota, de los pocos escritores locales capaces de definir una carrera. No me hagáis mencionar todos los que no, por favor.

Si digo que acusé la falta de munición de alto calibre en Aniquilación, igual soy un poco injusto, pero es que venimos de cotas muy altas (ejem, casi siempre) con Houellebecq. Sigue siendo un placer y un autor único, pero, a lo mejor, se nos está ablandando. Será como el del dicho. - ¿Cree Vd. en Dios? - Cuando estoy enfermo.

Demasiado terreno conocido: reseñar a Kapuscinski, Foster Wallace, Vila-Matas o Philip Roth (otra vez) es demasiado indicativo de que la cosa no ha ido como debía.

Como, a veces, la ficción se espesa en un cerebro algo angustiado, los ensayos o crónicas de corte investigador me han resultado (aunque acusé su extensión) muy útiles: El Imperio del Dolor o Solo la verdad obraban a distintos niveles su efecto: hay que controlar los poderes, manifiestos u ocultos, que nos rodean.
Y me han dicho que no tiene sentido comentar tanto abandono. Por este año, obedezco.



martes, 3 de enero de 2023

Malditas cubiertas: las mejores y peores de 2022

Ha acabado otro año lleno de novedades literarias y de libros que son o en su momento eran (o no) un must y comienza uno nuevo en el que nos espera más de lo mismo: miles o decenas de miles de nuevos libros que no otorgan la menor tregua ni a las librerías ni a los lectores que pretenden estar más o menos al tanto de lo que se publica. Ni siquiera en Un Libro Al Día damos abasto porque, después de todo, sólo podemos hacer 365 reseñas al año, amigues... En fin, todo esto es para explicar (y justificar) que para elaborar esta mi selección personal de las mejores y peores cubiertas (que no "portadas", por favor...  Nunca es ocioso recordarlo) de 2022, me he basado en los libros que he podido ver por ahí (ni siquiera leer) a lo largo del año; una cantidad ínfima, después de todo.  Y que, como digo, corresponde únicamente a mi propio gusto, cambiante y, a veces, contradictorio, por otra parte, no al de mis compañeros de blog, que tienen cada cual el suyo, así como cualquiera de quienes nos leen. Y ya se sabe que, para gustos, los colores... aunque también se dice que hay gustos que merecen palos ; )

Huelga decir que se trata únicamente de libros publicados en el Estado español, aunque alguno de ellos, por editoriales que no son españolas o no del todo... Además,  en algún caso se trata de una reedición, pero no publicada antes en España. He dejado fuera los cómics o novelas gráficas puesto que, en principio, partirían con ventaja.


Lo mejorcito en cubiertas de libros de 2022, según este vuestro humilde servidor:

- Neorrancios (VV.AA.) : quizá ya haya caducado la polémica, no sé, pero en tiempos recientes y al menos en España hemos asistido a cierta tendencia a idealizar en exceso épocas pasadas por parte de escritores/as u opinadores/as que por edad, no las han llegado a vivir o, como mucho, de niños. Como respuesta, también hay quien ha considerado que se trataba de la expresión de un pensamiento "regre" o "rancio" y a eso se debe la publicación de este libro colectivo, cuya cubierta sintetiza de forma magnífica, a la par que elegante, en mi opinión, las tesis de su interior.

- Sinsonte de Walter Tevis: No puede faltar en una lista de mejores cubiertas alguna de Impedimenta, así que mi elegida en esta ocasión es ésta tan exquisita, como de costumbre (sugerente y original la contraposición entre la ciudad y el bosque), de este libro de ciencia-ficción que, además, se adecua perfectamente,  hasta donde yo sé, a su contenido. 

- La Orden de John Dickie: Un libro sobre la Historia y leyenda de la Masonería necesita simbolismo, exceso, oropel y misterio; esto es, todo lo que exhibe esta estupenda y adecuada cubierta que, sin duda, no pasa desapercibida. 








- Las herederas de Aixa de la Cruz: Otra preciosa cubierta, a mi entender, que, por lo que sé, hace referencia a la trama de la novela, sin ser demasiado explícita. Me encanta el delicado contraste entre el color del dibujo y el color del ¿fruto? Ejem...lo que sea.

- Ceniza en la boca de Brenda Navarro: Tampoco he leído esta novela y, por ello, no puedo saber en qué medida 
resulta adecuada la imagen de la cubierta, pero teniendo en cuenta la sinopsis, sí que parece que esta idea de una cremallera encajada en el troquelado de un sello podría ser una metáfora interesante, sin resultar obvia. Además de ser una imagen de lo más sugerente, en sentido propio.

Visiones de fuego de María Pandiello: Los libros de La Felguera, pese a qué suelen versar sobre asuntos y personajes delincuenciales, marginales o, como es el caso, esotéricos, generalmente lucen unas cubiertas muy cuidadas y de un gusto exquisito, como la de esta Historia ilustrada de la alquimia, que no podría ser más hermosa, a la par que llamativa. Y a juego con su meno menos fascinante y espléndido interior


- Aunque no me emociona como cubierta, me permito añadir a modo de anexo (o accésit, si se prefiere), esta de Obra maestra de Juan Tallón. No hay duda, en este caso, de que la imagen o falta de ella corresponde al contenido del libro, puesto que éste trata sobre la desaparición de una obra de arte del Museo Reina Sofía. Un acierto más, que sigue la línea general de Anagrama en los últimos años, aunque, como veremos a continuación, de vez en cuando siguen alternando la cal con la arena. Porque, en efecto, querides lectores, amigues todes de Un Libre Al Díe, ya llegamos  a...

Lo peor de lo peor. Las cubiertas más feas que pegarle a un padre con los calzoncillos que llevabas en Nochevieja:

Bajar es lo peor: En contraste con la cubierta anterior, en esta ocasión Anagrama ha vuelto a una costumbre deplorable, la de colocar una foto random (por fortuna, en blanco y negro) que puede tener algo que ver, o no, con el libro. En este caso de una del fotógrafo argentino Alfredo Srur que, por más que podría ser un retrato de un personaje de esta novela de Mariana Enriquez, no resulta especialmente atrayente para su lectura (no digamos ya pasar por la caja de la librería). Para eso, que hubieran vuelto a poner al ángel caído de Cabanel y chimpún...

- El castillo de Barbazul: Tercer título de la trilogía Terra alta de Javier Cercas, la cubierta está en la línea de las otras dos: farragosa, oscura y, por tanto, más bien confusa ( las novelas, no sé). Seguro que en Tusquets lo pueden hacer mucho mejor (tampoco sería difícil), don Javier; haga un manifiesto pidiéndolo, o algo así... Seguro que más de un amigo suyo lo firmaría, y yo también.




- Ninguna herida: No pongo en duda que Laia Font sea una gran poeta y seguro que este poemario contiene versos maravillosos, pero me temo que nunca lo sabré, porque si alguna vez llego a ver este libro en una librería o biblioteca, os aseguro que no lo toco ni con un palo. Lo siento mucho, pero el resultado es horrendo.


- Batido de gato de Zigor Dewaelle: Tres cuartos de lo mismo. Una cubierta horrorosa, con esa especie de montruo multiforme, criatura mutante o lo que sea., y, para más inri, con una combinación cromática tampoco demasiado afortunada. Aunque es esta ocasión, al menos, los responsables tienen la excusa de que, por lo que cuenta mi compañero Oriol en su reseña, se trata de una novela bastante bizarra y supongo que la cubierta acompaña...

- Miles de ojos: Hablando de bizarradas, esta novela de Maximiliano Barrientos no se queda atrás y tampoco su cubierta en fealdad. Aunque aquí sí que doy fe de que la ilustración hace referencia al contenido del libro. lo que no tiene excusa posible es la anticuada composición ni lo de plantar en la cubierta la típica opinión elogiosa que se suele poner en las fajas (que para eso sirven, al menos), por más que sea de nuestra admirada Reina Mariana.

Aniquilación: El año pasado, en una entrada sobre las peores cubiertas de 2021, insinué que la más fea del año 22 podría ser la de la nueva novela de Houellebecq. Os prometo que era una broma, pero, mirad por dónde, acerté... ¿Qué narices es ese manchurrón ahí en medio, Anagrama? ¿Una salpicadura de sangre, de vómito, una diarrea galopante? ¿La masa encefálica de algún lector que ha estallado tras leer las chorradas que escribe el inefable Michel? Por favor, no nos volváis a hacer algo así en este 2023, que hasta el libro más mierder se merece un poco de cariño...


En fin, esta es mi lista, que podía haber sido más larga, pero también más corta. Dejad la vuestra en los comentarios, si os apetece y, sobre todo, os deseo un feliz año a todo el mundo lleno de buenas lecturas. Si tenéis dudas para elegirlas, acordaos siempre del único e inimitable Un Libro Al Día... Where else?

viernes, 29 de septiembre de 2017

Reseña + Entrevista: Palacio Quemado, de Edmundo Paz Soldán

Año de publicación: 2007
Valoración: Bastante recomendable

Uno de mis descubrimientos literarios de los últimos tiempos ha sido el boliviano Edmundo Paz Soldán. Pese a que lleva publicando desde los años 90, ha sido en 2016 y 2017 cuando he tenido la oportunidad (y la suerte) de conocer su obra a través de los recientemente publicados "Las visiones" y "Los días de la peste". Y tanto me han gustado que me he lanzado a buscar obras anteriores.

Es así como he llegado a este "Palacio Quemado", obra publicada allá por el año 2007, que si bien en primera instancia puede parecer una obra absolutamente diferente de las dos ya citadas, tras su lectura observamos que guarda algunos puntos en común.

Entre las diferencias, la más clara es meramente formal. En "Palacio Quemado" nos encontramos con una novela mucho más convencional que en "Los días de la peste". Mientras en esta última la trama se narra "en tiempo real" a través de múltiples personajes con voces perfectamente diferenciadas, en aquella el narrador es único y la narración, lineal con importantes flashbacks, se produce algunos años después de los hechos. Por otra parte, mientras "Las visiones" y "Los días de la peste" podrían englobarse dentro del género distópico (con algunas reservas, eso sí), "Palacio Quemado" es, al mismo tiempo, novela histórica e intriga política.

"Palacio Quemado" está ambientada en el mandato de Sánchez de Lozada y en las protestas, lideradas por Evo Morales, que acabaron con la renuncia del presidente. Es la historia de Oscar, un hombre de unos 35 años que trabaja como "escribidor" de discursos para el presidente Canedo (trasunto aquí del ex-presidente boliviano Sánchez de Lozada). Es Oscar un tipo sin ideología, un escritor que no cree en lo que escribe, sino en escribir acerca de lo que otros creen. Es, por otra parte, hijo de un ex-ministro, lo que sirve a Paz Soldán para desarrollar paralelamente la historia personal de Oscar y la historia reciente de Bolivia, ambas marcadas por hechos un tanto turbios.

En cuanto a los puntos en común con los libros más recientes de Paz Soldán, destacaría que, en el fondo, "Palacio Quemado" también gira, fundamentalmente, en torno al poder y a la violencia, ejercitados ambos tanto en un plano individual como colectivo. Además, Paz Soldán sitúa a los personajes de los tres libros en situaciones o escenarios "límite", en los que se pueden apreciar las fortalezas y debilidades del ser humano.

En resumen, se trata de una novela más que recomendable, especialmente para interesados en política latinoamericana, creíble, con buenos diálogos y personajes y tramas bien construidas y desarrolladas,. Eso sí, es menos arriesgada, y por esto quizá más accesible al "gran público", que sus obras más recientes.

También de Paz Soldán en ULAD: Billie RuthLas visionesLos días de la peste

---------

Después de cuatro reseñas, ya era hora de hacer una pequeña entrevista a Edmundo Paz Soldán, quien muy amablemente se ha prestado a responder a nuestras impertinentes preguntas. Aquí os las dejamos:

ULAD: Llama la atención en "Palacio Quemado" la visión desesperanzada de la política boliviana ("reino de la coyuntura", "los políticos le hacen más mal que bien al país", etc) y del propio país (corrupción, abismo entre la minoría blanca en el poder y el resto de la población, etc). ¿Han cambiado las cosas en el tiempo transcurrido desde la publicación de la novela? ¿Hay esperanza para Bolivia?

EPS: Palacio Quemado quería retratar un momento clave en la historia contemporánea del país, el del fin del modelo neoliberal a principios de la década pasada, con la sugerencia de la pronta llegada del neopopulismo. Las fuerzas en pugna no atinaban a encontrar una salida, y se hablaba de un "empate catastrófico". La falta de salida política también provocaba una indefinición en cuanto a nuestro destino como país, y tenía muchos antecedentes en la historia de Bolivia. Las cosas han cambiado mucho, se han sentado las bases para un Estado más incluyente, aunque problemas como la corrupción y la falta de independencia de la justicia parecen ser estructurales; el modelo neoliberal también se las ha ingeniado para subsistir a través de otra retórica. En todo caso, creo que, con todos nuestros problemas, estamos mejor que hace quince años, y hay esperanza.


ULAD: Una de las frases más potentes del libro es la que dice "el diccionario es un osario de palabras vacías". No sé si mi interpretación es errónea o no, pero daría la impresión de que el lenguaje es algo neutro per se. ¿Lo es en realidad?

EPS: No, no lo es. Pero es la perspectiva del narrador, que es alguien que vive de escribir discursos para los políticos de turno, y siente que ese lenguaje que el usa para construir discursos ha sido abaratado con tanto lugar común. Los políticos lo han vaciado de sentido, una cosa parece significar otra completamente opuesta, hasta que al final todo vale.

ULAD: En el libro se dice de Oscar que es "un escritor que no cree en lo que escribe, sino en escribir acerca de lo que otros creen". ¿Es posible hacer (buena) literatura sin algo de fe en ella?

EPS: No creo que se pueda. En América Latina la escritura ha estado muy relacionada con el poder, en el siglo XIX y hasta las primeras décadas del siglo XX los letrados participaban en la escritura de las Constituciones nacionales, redactaban las leyes de un partido, incluso se presentaban a cargos públicos. Había una jerarquía administrativa relacionada con el poder que daba la escritura. Muchos escritores encontraron acomodo ahí, alquilando su pluma. El campo cultural era muy precario como para acogerlos. Oscar es un descendiente de esos letrados. Podemos idealizar la escritura como un instrumento de liberación, pero lo cierto es que muchos no han sido suficientemente críticos con el poder y se han dejado cooptar por este.

ULAD: Tanto en "Palacio Quemado" como en "Las visiones" y "Los días de la peste" la violencia y el poder (también el sexo y las creencias "religiosas", en menor medida) determinan las acciones y el destino de los personajes. ¿Son la violencia y el poder tan determinantes en nuestras vidas? ¿Hay alguna forma de rebelarse frente a ellas?

EPS: La violencia y el poder son muy determinantes, pero claro que hay formas de rebelarse contra ellas. Lo que ocurre es que estos libros se enfocan en momentos específicos de crisis institucional, a nivel regional (Los días de la peste), a nivel de la nación-Estado (Palacio Quemado), y a nivel de un conflicto colonial, imperial (Las visiones). En esos momentos es difícil sustraerse a la conexión entre violencia y poder. El poder estatal está en nuestro día a día, tiende a camuflarse para funcionar mejor, pero apenas lo pones en entredicho busca reafirmarse. Nos queda romper esa lógica a través de su cuestionamiento continuo.

ULAD: Comparando las tres obras citadas, "Las visiones" y "Los días de la peste" me parecen novelas más arriesgadas que "Palacio quemado", tanto por el uso de lenguaje como por la técnica narrativa y el tratamiento de los temas. Personalmente, me parecen novelas más completas. ¿Seguirás por los caminos transitados en estos últimos libros? ¿Nos puedes adelantar algo?

EPS: Estoy escribiendo una novela corta con un solo punto de vista, sobre un psiquiatra que da apoyo psicológico a los voluntarios de un experimento con sustancias lisérgicas. Está ambientada en la frontera entre Bolivia y Brasil. Recupero temas de libros anteriores, pero en otro contexto.

ULAD: Por último, en España da la impresión de que la literatura boliviana es la hermana pobre de la literatura latinoamericana. De hecho, eres el único autor boliviano que hemos reseñado en el blog (tras 3200 reseñas), aunque he de decir que tengo pendiente de reseñar libros de Liliana Colanzi y de Maximiliano Barrientos. ¿Qué autores o libros nos recomiendas para seguir adentrándonos en la literatura boliviana?

EPS: Solo por pensar en autores que podrías encontrar ahora mismo en una librería española, te recomendaría a Magela Baudoin (La composición de la sal, Navona), Rodrigo Hasbún (Los afectos, Random), Christian Vera (El profesor de literatura, Caballo de Troya) y Giovanna Rivero (98 segundos sin sombra, Caballo de Troya).