jueves, 4 de septiembre de 2025

Madres de libro: Heridas abiertas de Gillian Flynn

 Idioma original: inglés 

Título original: Sharp Objects

Año de publicación: 2006

Traducción: Ana Alcaina

Valoración: ¿está bien?

Vaya tela la de está novela, amig... estoo, quiero decir Resumen resumido: Camille Preaker es una reportera de un periódico de Chicago (el cuarto en importancia, que no está mal, pero tampoco es para tanto) que es enviada por su jefe a su pueblo natal, Wind Gap, en el culo de talón de la bota de Missouri, casi en el Profundo Sur de EE.UU., para escribir un reportaje sobre un posible asesino en serie; una niña apareció estrangulada -y con los dientes arrancados... detallitos del libro- nueve meses atrás y ahora -esto es, cuando se sitúa la acción, hace unos veinte años- ha desaparecido otra, con pinta de haber sufrido el mismo destino. A Camille, como es de suponer, no le hace ninguna gracia el encargo. Nin-gu-na... Porque, además de lo desagradable de husmear en un asunto como ése, si se dio el piro a Chicago fue para dejar atrás su ciudad natal, su incómodo pasado y, sobre todo, a su familia. Es decir, a su madre, la mujer más rica del pueb... quiero decir, ciudad (en EE.UU. parecen tener un concepto distinto que aquí de a lo que podemos considerar como tal), una dama que no sólo parece un dechado de perfección, sino que tampoco admite otra cosa a su alrededor. O sea, lo contrario de lo que es su hija Camille, que carga con un saco de adicciones y traumas que harían las delicias de cualquier psicólogo que estuviera preparando su tesis doctoral. Menos mal que tiene a la hermanastra de Camille, Amma, de trece años, que esa sí que es perfectita en todo su joven naturaleza, a pesar de (o quizás debido a) ser un bicho de cuidado. Aún así, a la madre, Adora, le sirve de consuelo para olvidar a Marian, otra hija que murió tiempo atrás...

Con estos ingredientes se puede preparar un sabroso pero algo indigesto melodrama como los que amenizan los domingos por la tarde en telefilmes idóneos para echar la siesta, a falta de Tour de Francia... Pero claro, Gillian Flynn, como sabe cualquiera que hay leído su megaéxito Perdida (yo no lo he hecho, aunque he visto la peli) no se anda con chiquitas y esta su primera novela armó todo un thriller psicológico en el que explorar los turbios recovecos del alma humana. Las investigación periodística/policial no tiene demasiado  interés, más allá de unos cuantos tópicos del género -poli joven y guaperas con el que fol... tontea la protagonista, los secretos mal guardados que pululan en cualquier pueblo más o menos pequeño, el consabidos sospechoso que todos sabemos que no va a ser culpable-, pero le sirve a la trama para avanzar hasta una resolución que la autora, en su bisoñez como tal , supongo que pretendía fuera sorprendente pero que se ve venir a kilómetros (perdón si alguien considera esto un spoiler).

En todo caso, esto no es lo importante ni lo interesante de la novela. Lo importante es la recreación que nos ofrece de una(s) maternidad(es) absorbente, morbosa, enfermiza a fuer de pretender ser abnegada, pero que no deja de ser un epítome o, más aún, una exageración casi caricaturesca de los valores que se supone ha de mostrar la maternidad. Lo que no deja de ocurrir también con respecto a la sociedad femenina que encontramos en Wind Gap -en la que se mueve Camille, en todo caso- estructurada cual colmena, con una abeja reina, las aspirantes a serlo y un ejército de obreras a su servicio -los hombres, aunque aparecen en la novela, no tienen un papel trascendental en la misma o, al menos determinante; bien podemos considerarlos como a los zánganos, únicamente útiles para la fecundación, si acaso-; desde luego, no se puede decir que Flynn sea clemente con sus congéneres, a excepción de su protagonista Camille, claro, a la que, por otra parte, se las hace pasar canutas  siempre que puede...

Si el retrato del universo femenino y de la maternidad que nos brinda la autora es lo importante de la novela, lo más interesante es que no se corta un pelo en llevar los conflictos, las aristas y la turbiedad hasta un extremo poco habitual en una novela con ambición comercial o incluso de convertirse en best-seller (que no sé si ésta lo logró). No sólo eso: también podemos encontrar un toque de casi gótico sureño, y de casi novela de fantasmas, con una mansión casi encantada. O casi un cuento de los hermanos Grimm, si se quiere... Un cuento bien narrado, porque está claro de Gillian Flynn tiene dotes más que suficientes para ello, pero en el que por momentos, la célebre y necesaria suspensión de la incredulidad se diluye e incluso , en algún momento, entra en un cierto dislate. Lo que no significa que no se pueda leer con gusto, también morboso, para qué engañarnos, pero es lo que hay. Placer culpable, que se dice...

Un último apunte: no entiendo por qué razón, además de que sea una de esas decisiones editoriales un poco absurdas, se le puso este título en España, en vez del original, Objetos afilados, más adecuado puesto que tiene una relación directa con la trama y las referencias a todo tipo de chismes cortantes y/o punzantes -también metafóricos- se encuentran por toda la novela. Heridas abiertas es más bien título de telefilme de domingo por la tarde, aunque si el argumento es el de esta novela, ya os digo yo que no os quedaríais dormidos/as... (de hecho, la serie que se hizo a partir de esta novela, también con Amy Adams de protagonista, como en el caso del libro reseñado por Santi para esta semana temática, no tuvo una segunda temporada, al parecer, porque resultaba demasiado oscura incluso para la actriz).


Post-resencia: Creo que esta vez me he pasado un poco con los paréntesis. Pido disculpas (y no volverá a ocurrir).

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