Título original: All the Other Mothers Hate Me
Año de publicación: 2025
Traducción: Librada Piñero
Valoración: entretenido
Florence Grimes, joven madre norteamericana y ex componente del grupo Noche de Chicas se dedica a sobrevivir en Londres, donde su hijo Dylan asiste al internacionalmente pijo colegio St. Ángeles -pagado por el padre, claro-, no siendo demasiado popular entre las internacionalmente pijas madres, en parte por sus propios méritos y en parte también porque su hijo resulta un poco rarito dentro del internacionalmente pijo alumnado. Un poco rarito y además, sospechoso cuando uno de sus compañeros más pijos, precisamente, desaparece durante una excursión. La propia Florence descubre ciertos indicios que sugieren que su hijo ha tenido algo que ver en el asunto... ¿Qué haría cualquier madre ante una situación así? ¿Hablar con su hijo, tratar de aclarar las cosas, acudir a la policía? Por supuesto que no: lo que hace la protagonista (y supongo que harían muchas otras madres) es ocultar las pruebas y buscar cualquier forma de exculparlo. Así, nuestra Florence, con ayuda de otra madre recién llegada al St. Angeles, se convierte en una improvisada y del todo inaudita detective para tratar de averiguar que le ha ocurrido a Alfie Risby (que así se llama el niño desaparecido y tal vez asesinado) y exculpar a Dylan. Misión complicada, porque sí, casi todas las demás madres la odian o, cuando menos, la desprecian...
No voy a decir que ésta sea una gran novela, alta literatura y todo eso... Ni siquiera puedo decir que es una buena novela, interesante, con cierto prestigio, etc. de las que a uno le gusta mencionar casualmente en las conversaciones cultas, vaya... de hecho, fuera de este blog no creo que le mencione a nadie que la he leído. Pero sí es una novela bastante entretenida e incluso divertida, a medio camino entre un thriller bien trazado (o, al menos, tan bien trazado como muchos de los que llenan las listas de ventas, sobre todo en época estival) y lo que hace unos años se llamaba chick-lit, en este caso un tanto caótica y destartalada; Florence no es una joven profesional que no puede disfrutar de su relativo éxito porque, ay, no tiene novio, sino una joven madre, bastante desastrosa y sin un futuro claro por delante que disfruta todo lo que puede de su juventud aunque, ay, no tiene novio... De todas formas, si algo deja claro la historia es que la gran relación, el gran amor de Florence no es otro que Dylan y deja evidente, incluso de forma algo perturbadora, lo que una madre es capaz de hacer por su hijo, incluso pasando por encima de quien haga falta.
Pero tampoco nos pongamos tan intensos: la novela de Sarah Harman (la primera, al parecer, siendo ella, también, una americana afincada en Londres) es, como digo, de lo más entretenida y fácil de leer, además de por esos truquitos típicos de los candidatos a best-sellers (o de los talleres de escritura donde enseñan a escribir candidatos a best-sellers), como, ya sabéis, capítulos cortos y ágiles, cliffhangers, facilidad para empatizar con las protagonistas... porque está llena de humor. No digo que sea un humor sorprendente y superocurrente -en general, se basa en el autofustigamiento autoindulgente (ya sé que parece contradictorio) de Flo; pero, en cualquier caso, contribuye a hacer más llevadera a quien se anime con esta novela una lectura que ya de por sí lo es. Ideal para las mañanas de playa, las perezosas tardes veraniegas o las noches en que nos han incautado el acceso a Netflix. Cierto es que también se puede leer otra cosa más sesuda, pero hace mucha calor...
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