miércoles, 10 de septiembre de 2025

James Ellroy: L.A. Confidential

Idioma original: Inglés

Título original: L.A. Confidential

Año de publicación: 1990

Traducción: Carlos Gardini d'Angelo

Valoración: Muy recomendable

La edición que tengo del Cuarteto de Los Ángeles de James Ellroy es un verdadero tabique de más de mil páginas que reúne las cuatro novelas. Y, como las páginas casi no pesan, apenas terminé El gran desierto seguí de corrido con L.A. Confidential. Debo admitirlo: fue un error.

Aunque sigue la línea de las entregas anteriores: historias atravesadas por crímenes, corrupción y violencia; esta tercera novela marca un cambio de tono importante. Ellroy baja la intensidad de la brutalidad y del vértigo narrativo que había impulsado desde La Dalia Negra y, con mayor fuerza, en El gran desierto. El foco se desplaza hacia las maniobras políticas y la psicología de los protagonistas. Por supuesto, no deja de ser una novela policiaca, con su trama articulada en torno a una investigación criminal, pero la violencia pasa a un segundo plano, como si Ellroy quisiera ensayar un registro más introspectivo y estratégico.

El cambio se refleja también en los recursos narrativos. Si en El gran desierto abundaban las escenas descritas como si fueran tomadas desde la lente de una cámara, reflejo del ambiente hollywoodense donde transcurría la acción; en L.A. Confidential el eje es la prensa sensacionalista. Los capítulos se entremezclan con artículos de revistas de chismes, reportes periodísticos y documentos oficiales, un collage que aporta verosimilitud y acentúa la manipulación mediática que atraviesa la historia.

El propio título remite a una publicación ficticia, Hush-Hush, espejo deformante de los tabloides reales de los años cincuenta (como Confidential). Su editor, con contactos en el Departamento de Policía de Los Ángeles, funciona como engranaje clave: filtra información, fabrica escándalos y utiliza el chantaje como moneda corriente frente a policías y políticos. Uno de los tres protagonistas, Jack Vincennes, no solo colabora con esta maquinaria, sino que la explota para construirse una imagen pública de policía heroico, gracias a sus vínculos con un programa televisivo al estilo de “Chico malo, Chico malo”.

Los otros dos protagonistas forman un contraste que sostiene buena parte del conflicto narrativo. Ed Exley es el trepador impecable, un policía obsesionado con la disciplina y la ambición profesional, dispuesto a sacrificar la lealtad a sus colegas con tal de ascender en la jerarquía. Bud White, en cambio, es un detective impulsivo y violento, marcado por un pasado de abusos, que canaliza su rabia en una cruzada personal contra los hombres que maltratan mujeres. La tensión entre la rectitud de Exley, la brutalidad de White y el cinismo de Vincennes convierte a la novela en un escaparate de tres modos distintos de habitar la corrupción.

Uno de los episodios más impactantes es la llamada “Navidad sangrienta”, una redada en la que varios policías descargan una violencia desproporcionada sobre prisioneros mexicanos (como en otras novelas de Ellroy, ocurrió en la vida real), la cual detona gran parte de la trama posterior. Al mismo tiempo es un claro ejemplo de la moral de toda una institución: un cuerpo policial que se cubre las espaldas a sí mismo y que se fragmenta cuando la verdad amenaza con salir a la luz. Ellroy convierte esa masacre como muestra del racismo estructural, la brutalidad policial y el cinismo político de la época.

L.A. Confidential quizá no posea la misma potencia bruta que El gran desierto (recomiendo tomarse un respiro y dejar que baje la adrenalina tras leer esta última), pero ofrece un retrato más complejo y corrosivo de Los Ángeles como maquinaria de poder, espectáculo y corrupción. 

El único aspecto que creo que puede echar para atrás a muchos lectores, o hacer que dejen el libro sin acabar, es que su lectura exige paciencia (mucha): la trama es intrincada, los personajes abundan y los giros no siempre son fáciles de seguir. Pero, como todo lo que supone un esfuerzo, al terminar el último capítulo uno siente que el esfuerzo ha valido la pena.

Ahora, a darle a White Jazz.

No hay comentarios: