viernes, 22 de enero de 2010

Kenzaburo Oé: Una cuestión personal

Idioma original: japonés
Título original: 個人的な体験, Kojinteki na taiken
Año de publicación: 1964
Valoración: Muy recomendable

Todos los autores plasman en sus obras, con mayor o menor fidelidad y extensión, retazos de sus vivencias, pero hay novelas en las que esto, debido a la trascendencia de la parte autobiográfica, es mucho más evidente. En este caso, el buen Oé tiene la gentileza de compartir con sus lectores uno de los acontecimientos más trascendentales que habrá vivido nunca. Por supuesto, con todas las licencias que el creador, ¡faltaría más! tenga a bien permitirse.

La cuestión que plantea, además de personal, es durísima y políticamente incorrecta, por eso su sólo planteamiento demuestra una gran valentía por parte del autor/personaje. Oé confiesa un dilema, en absoluto confesable, que le asaltó seriamente en un momento concreto de su vida. En esta difícil encrucijada, – que muchos no verían como tal, que casi nadie confesaría y mucho menos públicamente – la decisión está en sus manos y, por tanto, suya es toda la responsabilidad.

Pero a diario nos asaltan fantasías y pensamientos absurdos. Esto, que nos ocurre a todos, se justifica aún más tratándose de un personaje con cierta mentalidad adolescente, cierta resistencia a responsabilizarse de sus actos y escasa tolerancia a la frustración, un personaje que - aunque a causa de su desvalimiento evidente, suela despertar las simpatías de los lectores - tiende más bien a la evasión y a las soluciones cómodas. Por eso, en lugar de concentrarse en el drama que está viviendo, de vez en cuando, se lanza a soñar con viajes exóticos. Lo malo es que, en ocasiones, no parece sólo una evasión sino un proyecto real. Y hasta el final de la historia, cuando la irrefrenable fuerza de los hechos le obliga a decidirse, ni el mismo sabe muy bien a cual de las dos categorías pertenece la más que recurrente idea.

El resto de los personajes, incluído el médico, representa un papel más bien funcional. Excepto las mujeres. A veces me pregunto en qué consiste la diferencia - que la hay - entre nuestra forma de ser y la de las mujeres que aparecen en las novelas japonesas, me refiero a las mujeres de hoy día. Por una parte parecen muy fuertes, más enérgicas, con mayor capacidad de decisión, por otra, más subordinadas que nadie. Es como si pusieran permanentemente esa reserva extra de fortaleza al servicio incondicional de un varón mucho más inseguro en general que ellas y también más indeciso ante las circunstancias del momento. Pero quizá lo estoy interpretando mal y eso que me choca se pueda explicar de otra manera.

Nuestro personaje se refugia en una amante ocasional. Ambas, esposa y amante, representan modelos muy distintos. Ésta última posee suficiente entereza, no exenta de egoísmo, para arriesgar su futuro involucrándose, además, en un proyecto de moralidad más que dudosa; a la primera, que asume un papel más tradicional, en cierto modo, se la trata como a una niña ocultándole durante bastante tiempo lo que ocurre y, sin embargo, de su inquebrantable criterio nadie se permite dudar.

Anécdotas aparte, esta novela es una profunda reflexión sobre la escala de valores de los individuos, el precio de una vida, el carácter, indispensable o no, de cada persona en su ambiente y el verdadero papel que juega en él, la necesidad que un ser humano suscita en otro y otras muchas cuestiones que la famosa cuestión central nos obliga a plantearnos. En 1994, exactamente treinta años después de su publicación, su autor recibiría el premio Nobel por el conjunto de su obra.

También de Kenzaburo Oé en UnLibroAlDía: Cartas a los años de nostalgiaArrancad las semillas, fusilad a los niñosLa presa

14 comentarios:

Santi dijo...

Acabo de darme cuenta de que tengo en la memoria confundidos a Kenzaburo Oé y a Kazuo Ishiguro. Del segundo sé que he leído varios libros (y no termina de convencerme) pero de Oé no sé si he leído nada. ¿Qué otras novelas hay traducidas al español, sabes?

Montuenga dijo...

Santi, en la contraportada de "Carta a los años de nostalgia" se citan, como publicados en Anagrama: "La presa" "Una cuestión personal" "El grito silencioso" "Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura" "Cartas a los años de nostalgia" y "Arrancad las semillas, fusilad a los niños"

Yo he leído el que tengo en la mano (que comentaré dentro de un tiempo) y el de la reseña. Me gustaría seguir con el resto de su obra porque creo que es uno de los autores actuales que merece la pena. Y te lo recomiendo, claro.

Santi dijo...

Ahora ya me acuerdo: me leí La presa, y creo que me gustó bastante, aunque se ve que no me marcó mucho :)

Montuenga dijo...

Mira por donde, resulta que hoy conozco un poco mejor a K.O. que ayer. Que sí, que no es broma. El suplemento Babelia le dedicaba la portada (foto a toda página del autor de cuerpo entero con la frase "Kenzaburo Oé. "Soy un moralista, igual que Don Quijote o Sancho Panza". Y dentro, doble página de entrevista jugosa)

Os cuento: El reportaje se ha hecho con motivo del libro que acaba de salir en España, - primero de una trilogía, editado en Japón en 2000 - con el título libremente traducido de "Renacimiento" que Oé aprueba por su simbolismo. Se menciona el libro que acaba de publicarse en Japón (Muerte por agua) y da algunas pistas del proyecto que está madurando.
Conclusiones que he sacado. Los tres pilares sobre los que, al parecer, se asienta la obra de K.O. son: - Lo autobiográfico. Me he enterado de que es una constante en sus novelas y ahora entiendo mejor en qué se basa la hermosa "Carta a los años..." - Amplias referencias culturales, pasadas por la personalísima coctelera de Oé (el Quijote, Descartes, Elliot...) - El compromiso ético. Y aquí enlazo con el debate de un post cercano. Oé lleva toda la vida (o toda su obra, que es lo mismo) indagando sobre las conductas personales y colectivas, su compromiso con la democracia es conocido y, aunque corría peligro de caer en la moralina, creo que consigue no traspasar la línea divisoria. Muchos escritores hablan sin saber, pero afortunadamente otros sí saben. Como Kenzaburo Oé, Amin Maalouf etc.

María_MC dijo...

Hola! Nunca he leído nada de ningún escritos japonés, puedo empezar por este, la verdad es que lo has pintado muy interesante.
1 saludo y gracias por tu comentario en mi blog.

Montuenga dijo...

No sé si es buena idea empezar por ésta novela precisamente, María. Te advierto que es dura. Pero bueno, si vas prevenida...
Cualquiera de los autores japoneses que se han reseñado aquí (incluído éste) merecen la pena. Mira la etiqueta "autores japoneses".
Hay una obra "El cielo es azul, la tierra blanca" de una autora apellidada Kawakami, que me gustaría reseñar algún día pero dentro de un tiempo. Por lo que he leído en tu blog, intuyo que puede ser de tu estilo. Como ves, tirarme a la piscina, me encanta.

María_MC dijo...

Muchas gracias por el consejo, no sabes cómo lo aprecio y lo que significa para mi que pienses que me pueda gustar o no. Me encanta que la gente me recomiende libros que ya han leído. Para mi un leer un libro que me gusta es un momento especial, y cuando lo recomiendas es para intentar que otra persona, a su vez, pueda disfrutar de ese momento.
Te haré caso y empezaré por "El cielo es azul, la tierra blanca". Puede que tarde, porque tengo libros comprados por leer, pero por lo menos me pondré manos a la obra para conseguirlo. Oficialmente acabas de engrosar mi ya famosa "lista de libros por leer", que vuelvo a decir, no es un mito, existe de verdad.
Un abrazo y muchas gracias otra vez

Maese Salakov _ dijo...

Joer, pues yo acabo de terminar "Una cuestión personal" este puente y le colgaba un IMPRESCINDIBLE como la copa de un pino. Qué libro más duro, desasosegante e intenso, puf.

Deseando empezar ya "Carta a los años de nostalgia".

Montuenga dijo...

Creo que te encantará "Cartas..." Pienso que, desde el punto de vista literario, tiene más mérito, se nota que Oé llevaba muchos años de rodaje cuando lo escribió.

Claro que en "Una cuestión personal" el tema ayuda mucho, pero el otro trata de experiencias que nos han pasado a todos y consigue que sean únicas.

"Cartas" es como un torrente de vivencias, a mí me encantó.

Santiago Leal dijo...

Má de 10 años después no puedo sino coincidir al 100% con Maese Salakov. Pero a diferencia de él no he leído Carta a los años de nostalgia. En cambio, también leí El grito silencioso. En realidad El grito... fue mi primera aproximación a Oé; aunque me gustó no recuerdo mucho de ella, más bien nada, pero me hizo repetir después con Una cuestión personal, que es uno de los libros que no olvidaré, espero, en muchísimo tiempo. IMPRESCINDIBLE.

Montuenga dijo...

Hola, Santiago. A pesar del tiempo transcurrido, recuerdo bastante bien el argumento. ¡Cómo no recordarlo! ¿verdad? Tengo menos claros los motivos exactos de la valoración, quizá fuera porque antes había leído "Cartas..." y, lo que sí sé es que me gustó más que este. Pero es difícil saberlo después de tantos años.

Elena dijo...

Mi libro preferido, ya justo cuando le dieron el nobel. Ahora estoy a la mitad de su libro "Resurrección". Cuando se dice que un libro TE SALVA LA VIDA puede ser casi literal, en mí caso me enamoré hablando de este libro, me puse a estudiar de verdad gracias a este libro y salí de España gracias a este libro. El amor es un ex, la carrera la acabé y llevo 20 años de vocación fuera de España. Pero cada vez que vuelvo a Madrid lo localizo en mi estantería y lo toco. No sé si podré releerlo algún día. La crítica en mi caso sería IMPRESCINDIBLE

Elena dijo...

Imprescindible también para mí, junto con muy pocos otros, Don Quijote, Crimen y Castigo, ...pocos ...muy pocos me resolvieron tanto como una cuestión personal. Lo adoro.

Montuenga dijo...

Pues me alegro mucho de que coincidieseis Kenzaburo y tú, Elena, en ese momento de tu vida. Él es un escritor muy autobiográfico, el tema impresiona y está muy bien llevado, no todos los que narran algo de primera mano saben hacerlo tan bien.
De todas formas, yo conecté aún más con Cartas a los años de nostalgia.
Saludos