Título original: Todos os nomes
Traductora: Pilar del Río
Año de publicación: 1997
Valoración: está bien
Podría decirse que "un Saramago al año no hace daño", y de hecho hemos pasado ya demasiado tiempo sin reseñar nada del (hasta ahora) único premio Nobel portugués, así que aquí voy yo con este Todos los nombres, que he leído intercalado con otras lecturas veraniegas, como si fuera un palate cleanser para poder tolerar mejor otras lecturas que, como diré en su debido tiempo, se me están haciendo pesadas. Y aunque, como es obvio por la valoración, esta no es ni con mucho mi novela favorita de José Saramago (ahí arriba están El año de la muerte de Ricardo Reis, por ejemplo, o por supuesto el Ensayo sobre la ceguera), no hay novela de Saramago que no tenga pasajes sorprendentes, frases que hacen reflexionar o personajes que rezuman una humanidad muy necesaria en estos tiempos sombríos.
¿Y qué nos cuenta exactamente Todos los nombres? Pues la historia de don José, trabajador de la Conservaduría del Registro Civil, un hombre soltero de mediana edad perfectamente anodino, rutinario, trabajador abnegado, que de hecho vive en una casa anexa al propio Registro, y cuya única excentricidad consiste en reunir una especie de "catálogo de personas famosas" a partir de los documentos recogidos en el registro. Pero todo cambia el día que, por casualidad, la ficha de una mujer cualquiera cae, por azar, en manos de don José, y por alguno motivo pasa a obsesionarse con ella: no le son sufiientes los datos recogidos en el registro, y decide iniciar una ingenua y torpe labor detectivesca para intentar desubrir el paradero actual de la mujer, todas las circunstancias de su vida y, quién sabe, tal vez conocerla personalmente. Esta investigación lo lleva a falsificar una credencial del Registro, a asaltar el colegio en el que estudió la mujer, o a faltar a sus obligaciones y rutinas laborales, para sorpresa de sus colegas y superiores.
Tal como sucede con otras obras de esta misma época del mismo autor (como Ensayo sobre la ceguera o Las intermitencias de la muerte, por ejemplo), Todos los nombres funciona casi como una fábula extensa: no sabemos en qué país ni en qué época sucede la acción, y los personajes son casi más categorías que individuos (como es el caso del casi anónimo don José, cuyos apellidos ni siquiera llegamos a conocer). En este caso, la fábula podría referirse a las complejas relaciones que existen entre la vida y la muerte (puesto que el Registro las separa en categorías radicalmente opuestas, algo que la narrativa irá cuestionando progresivamente), o al modo en que los aparatos del poder y de la burocracia nos despojan de identidad y de individualidad, tanto a sus trabajadores como a sus "súbditos".
El problema que le veo a la novela es que, sinceramente, el interés de la trama no es suficiente para sustentar todas sus páginas (350 en la edición que manejo). No digo que it could have been an email, pero sí creo que habría funcionado mejor despojada de algunas de sus digresiones, reflexiones o indagaciones minuciosas en cada decisión de don José, o sus diálogos interiores o proyectados en los más diversos objetos (por ejemplo, en el techo de su cuarto). En general, me ha parecido demasiado morosa o, por usar una palabra que me gusta bastante, "demasiado verbosa". Por contraste, la parte final de la novela, en que don José por fin descubre el destino de la mujer misteriosa, me ha parecido demasiado corto, o incluso algo precipitado, cuando esa es una parte que sí que atrapa la atención...
Es cierto que, como decía antes, prácticamente cualquier obra de Saramago tiene joyas escondidas y transmite ese espíritu lúcido, crítico e irónico de su autor; pero infelizmente, esta no pasará a estar entre mis imprescindibles.
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2 comentarios:
Muy de acuerdo con la reseña. La leí hace mucho y la recuerdo entretenida sin más, pero como bien dices, con Saramago la lectura depara situaciones y reflexiones que dan para pensar. Tomo nota de las que opinas que son mejores. Salud!
Hola, a mí me parece una obra maestra absoluta. Entretenido y profundo. Es un libro absorbente, y extraordinario, muy bien escrito. Una genialidad!!! Y el mejor de un maestro de la literatura.
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