Año de publicación: 2025
Valoración: Recomendable
Hay libros que se comunican. En el caso de Todas las lluvias veo dos vías para establecer esa comunicación: la temática y la estilística. La primera de ellas emparenta a la novela de Rosario López con el recientemente reseñado por estos lares La naturaleza nos acabará abrazando, libro de Néstor Reina sobre miedos y rupturas; la segunda me lleva a Alcaravea de Irene Reyes-Noguerol (también sevillana, por cierto) en el que lo poético y lo oral juegan un papel primordial.
Porque Todas las lluvias es una novela (con mucho de autobiográfica) sobre la depresión y el duelo, pero también sobre los más diversos miedos, sobre cómo vivimos, trabajamos, nos relacionamos, amamos o follamos en esta era de la autoayuda y de las ciudades "hiperconectadas" en las que la oscuridad se vive a solas, etc. Sobre el tremendo peso de lo invisible, vaya.
Y es que Rocío, su protagonista, vive entre un presente en el que algo falla (sería genial poder parar para luego seguir, sería genial poder morirse un ratito) y en el que cada vez hay menos asideros y un pasado en el que la abuela Aurora es presencia y ancla. Tanto es así que habría dos novelas dentro de Todas las lluvias: una que tira hacia una especie de existencialismo íntimo y otra que se acerca casi a lo proustiano.
En cualquier caso, los tiempos y los personajes condicionan el lenguaje. No pueden expresarse igual la Rocío niña y la Rocío de treinta y muchos, como tampoco pueden expresarse igual Rocío y la abuela Aurora (ay ese léxico familiar (sabes que por aquí tenía que aparecer de una forma u otra Danilo Kis)). Pues bien, eso es algo que Rosario trabaja a la perfección.
Otros aspectos que me gustaría destacar de Todas las lluvias son:
- la delicadeza que muestra la autora a la hora de hablar de un tema tan complicado como la salud mental. Dale esto a Paulo Coelho y... bueno, no quiero ni pensarlo.
- su capacidad para extraer de la oscuridad, solo a través de las palabras, tanta belleza
- la relación nieta - abuela. Infinita ternura, mucha credibilidad y cero ñoñería.
Lo que menos me acaba de convencer, sinceridad ante todo, es una cierta impresión de que cada frase ha de ser una "sentencia lapidaria". Evidentemente que un estilo poético como el utilizado por la autora puede conducir a eso, pero creo que la novela da margen para más "transiciones", más "zonas de descanso".
Sea como fuere, Rosario López demuestra que es una autora a tener en cuenta en el presente y en el futuro. Solo espero que este Todas las lluvias tenga más visibilidad que Los besos secos y que no tengamos que esperar otros 5 años para leer una nueva obra.
P.S.: Recuerdo que poco después de la publicación de Los besos secos, mientras tomábamos una cerveza, Rosario me decía que estaba desencantada, que no le apetecía volver a (intentar) publicar, etc. Pues mira, chica, me alegra un montón que hayas vuelto al "mundillo" y que no tengamos que esperar mucho para leer esa tercera novela.
También de Rosario López en ULAD: Los besos secos
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