Idioma original: neerlandés/inglés (*)
Título original: HEX
Año de publicación: 2013/2016
Traducción: Ana Isabel Sánchez (del inglés al español); Nancy Forest-Flier (del neerlandés al inglés).
Valoración: muy recomendable
Está ya bastante extendida la idea de que uno de las principales logros literarios de Stephen King, más allá de obras concretas, es la inserción de los elementos propios del terror sobrenatural en ámbitos cotidianos, realistas, incluso costumbristas... (y pido perdón por el tópico de comenzar a reseñar cualquier novela de terror hablando del Rey, pero ya veréis como tiene su sentido). El caso de Black Spring, un pueblo a orillas del Hudson, en el estado de Nueva York, en el que se desarrolla la trama de HEX, va más allá: sus habitantes llevan trescientos cincuenta años conviviendo con lo sobrenatural, lo inexplicable y escalofriante, y no sólo integrándolo en su quehacer diario sino convirtiéndose, en cierto modo, en cómplices del mismo...
Porque resulta que en Black Spring vive una bruja, Katherine van Wyler... Bueno, vivir no es el verbo más adecuado, puesto que fue ejecutada hace 350 años, pero, aún así, encadenada y con los ojos y la boca cosidos, se dedica a pulular por el pueblo y a aparecerse incluso dentro de las casas, en momentos que bien pueden ser de lo más inoportunos, como cuando la gente está haciendo... ejem, cosas de adultos en el dormitorio, etc. Para controlar sus apariciones, así como para evitar que los forasteros que visiten la localidad se den cuenta de su presencia, se estableció el HEX, una oficina que vigila los movimientos de la bruja con cámaras instaladas por todas partes y avisos de una App creada ad hoc, así como se encarga del camuflaje de la bruja, la disuasión de los posibles nuevos residentes, etc. Porque el gran problema es que los habitantes de Black Spring no pueden huir de allí, como haría cualquiera con dos dedos de frente; Katherine -pese a que hay quien le llama "la abuelita"- es ante todo un ente maligno y vengativo que ha cubierto el pueblo con una maldición. Una entidad terrible y ominosa, aparentemente invulnerable, hasta que se topa con una fuerza aún más destructiva e imprevisible; un grupo de adolescentes hastiados y gilipollas. A partir de aquí la cosa sólo puede ir a peor (aún).
Tenía yo muchas ganas de leer a Thomas Olde Heuvelt, una de las luminarias de la literatura terror actual, pero empecé por su siguiente novela, ECO, la historia de un alpinista poseído por una montaña maldita. Por lo que sea, esta novela se me hizo bola y la abandoné a las doscientas páginas, o así. De ahí que estuviera algo suspicaz cuando comencé con HEX, no fuera a pasarme lo mismo... y ya os digo que todo lo contrario: aparte del interés por su original premisa, la he devorado y me ha parecido una obra de gran calidad y que permite una serie de lecturas a diferentes niveles. Por supuesto, lo más evidente es su adscripción al género de terror y en este sentido la novela funciona perfectamente, suministrándonos todas una serie de momentos e imágenes truculentos y espeluznantes, así como otros de tensión e inquietud crecientes. El único reparo que se le puede poner es que la idea principal de la historia y su imagen, la de una bruja centenaria con ojos y boca cosidos que se te puede aparecer delante en cualquier momento, es tan potente y aterradora que, inevitablemente, el autor ha tenido que hacer ímprobos esfuerzos para que el resto de su obra esté a la altura, en términos terroríficos. No digo que no lo haya conseguido, pero lo que quedará en la memoria de cualquier lector, creo yo, es, ante todo, la propia Katherine.
Por otro lado, no menos pavoroso es el comportamiento de la población de Black Spring, una comunidad que, además de tener -de forma un tanto tópica, pero posiblemente acertada- cierta tendencia a la hipocresía, la cobardía e incluso el fanatismo, se ve acorralada, hay que reconocerlo, entre la espada y la pared y cuando las circunstancias se ponen peludas no necesariamente reacciona de la mejor forma posible. Aparte de que la podemos considerar como una parábola del mundo occidental reaccionando de forma paranoica y restrictiva al terrorismo, la crisis económica o cualquier otro problema que cabe englobar dentro de la llamada "doctrina del shock", la comunidad de Black Spring nos remite, debido a esa maldición que les impide abandonar el pueblo, a otra de una novela aparecida, casualmente, el mismo año: la de La cúpula, de Stephen King (y pido disculpas de nuevo por mentar una vez más al Rey... aunque no es la única concomitancia o referencia a su obra que encontramos en HEX... De hecho, me atrevo a afirmar que la novela de Heuvelt es lo más parecido que se puede encontrar a los libros de King, sin que eso signifique, en absoluto, que nos encontramos ante una copia o un pastiche). Además, la novela nos puede hacer reflexionar sobre ciertas decisiones éticas, la responsabilidad y las decisiones de nuestros actos, así como si debe primar el bien común o el interés individual... Y no es una novela que nos dé una respuesta clara ni los personajes son totalmente positivos o tienen razón, frente a otros que no. Todo tienen sus razones... al menos mientras conservan la razón.
Una última capa, quizás algo más tenue o menos evidente: dado que hoy en día también está muy extendida la idea de que las brujas (las reales, quiero decir, o al menos las mujeres que fueron condenadas por brujería en siglos pasados) en realidad eran poco menos que protofeministas, víctimas, en todo caso del heteropatriarcado dominante y teniendo en cuenta que la mayoría de los personajes principales que aparecen en este libro son hombres (aunque esto tal vez sólo se deba a una tendencia propia de ete escritor, dado que lo mismo ocurre en Eco, al menos hasta donde yo leí), cabe darle a la novela la interpretación de que la bruja Katherine sería una representación simbólica, o incluso arquetípica, de lo femenino, mientras que los personajes masculinos encarnarían las diferentes actitudes -desde la represión y la reacción violenta hasta la negociación aparentemente comprensiva- del heteropatriarcado hacia la misma... ya os digo que no es una interpretación evidente y puede que hasta esté un poco traída por los pelos, pero lo que sí me parece, de manera clara, es que esta novela no es en absoluto misógina, como se le acusó, al parecer, cuando apareció hace unos años... De hecho, yo diría todo lo contrario.
En cualquier caso, se trata de una novela de terror original y solvente ( es decir, que da su miedito) y que os recomiendo tanto a los y las amantes de género como a quienes no lo soy tanto. Yo, por lo jenos, leyéndola me lo he pasado teta (teta de bruja, en este caso... y perdón por la broma, pero ya la entenderéis si leéis el libro). O mejor, me lo he pasado pipa, no sea que me llamen misoginia a mí... Fijaos que hasta me estoy planteando volver a intentarlo con ECO... Ya os contaré.
(*) Un apunte sobre el idioma original de esta novela: al parecer, se publicó una primera versión, en neerlandés y ambientada en los Países Bajos, pero cuando se vendieron los derechos para publicarla en lengua inglesa, el autor modificó ese primer texto para ambientar las historia en EE.UU. (por lo que sea, que nada tuvo que ver con razones comerciales, claro), utilizando para ello la traducción de Nancy Forest-Flier y su propia nueva redacción, directamente en inglés. Por lo visto, aparte de la ambientación lo que más cambió de la novela Thomas Olde Heuvelt es el final.
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