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lunes, 12 de mayo de 2025

Edith Wharton: Altres temps

Idioma original: Inglés
Traducción (al catalán): Yannick Garcia
Año de publicación (del volumen): 2025
Valoración: Recomendable

Altres temps es una antología publicada por la editorial Comanegra. Compila cinco relatos de Edith Wharton traducidos al catalán por Yannick Garcia, publicados originalmente entre 1899 y 1934. Todos derrochan calidad y son ejemplos de la finura estilística de la autora, así como de la complejidad psicológica de sus personajes.

Resumámoslos: en "Febre romana" (1934), dos amigas que se conocen desde jóvenes, siendo ya unas ancianas, se lanzan la una a la otra los reproches que llevaban tiempo guardando; en "La missió de la Jane" (1902), un matrimonio logra superar sus diferencias tras adoptar una niña cuya crianza deviene difícil; en "Autres temps" (1911), una señora se debate entre apoyar a su hija o corresponder a un pretendiente; en "Ànimes tardanes" (1899), una mujer que ha dejado a su marido por un escritor debe gestionar las contradicciones teóricas de su nueva situación; en "La llavor de la magrana" (1930), la segunda esposa de un abogado le confronta tras percatarse de que recibe unas misteriosas cartas que surten un efecto extraño en él.

De estos relatos me ha gustado particularmente la manera en que retratan la oblicuidad del ser humano. Wharton era, evidentemente, una gran conocedora de la psicología y la sociología, y esto queda patente en las caracterizaciones, interacciones y diálogos de sus personajes. Personajes bien definidos, con sus aristas y contradicciones, constreñidos por la moral de la época, las convenciones, las actitudes de clase o las instituciones (como la maternidad y el matrimonio).

La protagonista de "Autres temps" es atravesada por un cúmulo de emociones, sentimientos y pensamientos contradictorios con respecto a su pretendiente, que Wharton sintetiza admirablemente en este pasaje: «Havien passejat i xerrat junts, s'havien deixat llibres i diaris, havien passat els vespres freds i llargs a la vora del foc sota la tènue llum de la saleta de pi fosc, i la seva presència l'havia consolat esplendorosament, i uns racons endurits i glacials del seu dedins se li havien fos, i haviua entés que viuria la seva partida amb desesper. Aleshores, (...) l'Ide l'hi havia fet saber que depenia d'ella si volia que es quedés. (...) com podia revelar-li els seus sentiments i, alhora, rebutjar el que li oferia?» (pg. 132).

De la relación oblicua de los protagonistas de "Ànimes tardanes", Wharton dice lo siguiente: «eran dos entidades autónomas, no es como si se hubieran fusionado por el milagro de haber tenido que tolerar las mismas penas, de haber compartido obligaciones, renuncias, sino que los ataba un ahogo pasional que los tenía resistiendo, aferrados, mientras se hundían» (pg. 219).

De los relatos de Altres temps destacaría también, además de la ya mentada forma de retratar la oblicuidad de las relaciones humanas, el ingenio de ciertas observaciones. Adjunto una que me fascina particularmente, que aparece en "La missió de Jane": «Las ideas de Jane no aumentaron a medida que las adquiría. Aquella mente joven no era más que un receptáculo de datos: una especie de cámara frigorífica de donde se podía sacar cualquier cosa que se hubiera guardado en cualquier momento, intacta, pero congelada» (pg. 96).

Realmente, no hay mucho más que añadir sobre Altres temps. Sólo inistiré en que compila cinco relatos salidos de la pluma de una escritora muy solvente; relatos redondos, que hacen énfasis en la oblicua psicología de sus personajes y abundan en lúcidas reflexiones.  


También de Edith Wharton en ULAD: Aquí

miércoles, 18 de septiembre de 2024

VV.AA.: Afusellats. 4 relats modernistes

Idioma original de los relatos: Catalán
Año de publicación del volumen: 2021
Valoración: Está bien

Afusellats compila cuatro relatos modernistas de distintos escritores catalanes. En todos ellos se exploran los recovecos más bestiales del alma humana. Aunque su estilo a día de hoy pueda parecer algo anticuado, dilatado y redundante, ni su léxico en desuso llega a confundir ni el interés de sus argumentos se ha erosionado en demasía.

En "La bufetada" (1884), de Narcís Oller, un carnicero siente que su rol de hombre de la casa se ve amenazado por su esposa, una mujer humilde que ha logrado montar un próspero negocio. Debo admitir que el giro final de este relato, sin ser particularmente original, me sorprendió al eludir la dirección más obvia.

En "Dia de sentència" (1906), de Raimon Casellas, una masa compuesta por gente de todas las clases sociales se une para contemplar la ejecución de un bandolero. El relato arremete con un sarcasmo no exento de repugnancia contra los instintos más bajos del ser humano y contiene, como de refilón, críticas tanto a las multitudes sedientas de sangre como a las autoridades y su implementación a veces arbitraria de la justicia.

En "Carnestoltes" (1907), de Víctor Català, una marquesa anciana y paralítica no se percata de que está enamorada de su fiel criada hasta que resulta demasiado tarde. La prosa de este relato es, con diferencia, la más depurada del conjunto. A eso hay que sumarle otras dos virtudes: la valentía de tocar el tema lésbico en su época, sin demonizarlo ni edulcorarlo en el proceso, o la crueldad de su trágico desenlace.

En "L’afusellat" (¿?), de Marian Vayreda, un hombre intenta sonsacar al guía que lo acompaña durante el trayecto en mula de Olot a Vic la historia detrás de su apodo. Me hubiera gustado que este relato enfatizara más ese elemento fantástico que apenas insinúa. En cualquier caso, es innegable que funciona, especialmente ciertas descripciones frenéticas de su clímax.

Resumiendo: Afusellats es una antología recomendable para los amantes del modernismo catalán, o para aquellos curiosos que deseen catarlo en un formato asequible. 

También querría alabar las ilustraciones de Cesc Pujol que adornan este volumen editado por Lapislàtzuli. Y es que me gustan su combinación de acabados detallados con otros más abocetados, la expresividad de los personajes que en ellas aparecen y, sobre todo, los ángulos y composiciones por los que optan. Destacaría especialmente las dos que acompañan el relato "Carnastoltes" a modo de evocadora secuencia gráfica.

sábado, 16 de marzo de 2024

Raimon Casellas: Las cañadas indómitas

Idioma original: Catalán
Título original: Els sots feréstecs
Año de publicación (por entregas): 1899
Año de publicación (íntegra): 1901
Valoración: Está bien

Raimon Casellas (1855-1910) fue crítico de arte, periodista y narrador. Els sots feréstecs, su única novela, es la primera en aplicar los preceptos estéticos del modernismo catalán. 

Sigue los pasos del padre Llàtzer, un capellán exiliado a una iglesia de la zona del Figueró y Montmany por las autoridades católicas. Su pecado: «la dèria de fer reviure un savi dels segles morts, (...) furgar la sepultura dels seus llibres, (...) dir que la veritat del món era allí dins, (...) voler d'un hertge fer-ne un sant» (pg. 159). 

Llàtzer, hombre idealista, intentará redimir a los lugareños, gente pobre y  taciturna embrutecida por su mísera existencia. Sin embargo, el ambiente claustrofóbico de su nuevo entorno, la hostilidad de su parroquia y la llegada de una prostituta llamada La Rodasoques provocarán al religioso una crisis de valores e incluso un fatídico desenlace.

Clásico catalán por antonomasia, traducido incluso al español e inglés, Els sots feréstecs supone a la postre una lectura deliciosa, sobre todo para interesados. Sin embargo, presenta múltiples defectos, debido a que originalmente se publicó por entregas, a que supuso la primera (y última, recordemos) incursión de Casellas en la narrativa larga y a que la estética modernista ha quedado totalmente desfasada a día de hoy.

Listemos brevemente los defectos antes mencionados:

  • Su prosa es lenta, espesa y excesivamente descriptiva.
  • Su argumento es tan lineal como esquemáticos los conflictos que lo salpican. La lucha entre el bien y el mal, el individuo y la multitud o el hombre y la naturaleza se suelen explorar actualmente con mayor grisalla.
  • Los personajes representados acusan cierto maniqueísmo y obran de manera exagerada (por ejemplo, el padre Llàtzer es dado a emitir parlamentos).
  • El conjunto se antoja repetitivo. Entiendo que Casellas quiera que calen sus ideas, y que la narrativa de entonces era más enfática que la contemporánea. Sin embargo, tanto volver constantemente sobre los mismos acontecimientos o reflexiones llega a abrumar al lector e incluso provoca que pasajes genuinamente potentes pierdan efectividad.
  • Hay episodios que no aportan gran cosa a la trama, pese al foco engañoso que les dan algunos capítulos enteramente dedicados a ellos. Sucede con el pasado de los criados del rector, con la caída del porquero de l'Ensulcida y, sobre todo, con la introducción de l’Aleix de les Tòfones. 
  • Los personajes antes mentados son bastante superfluos e incluso, en algunos casos, contraintuitivos. L'Aleix, de hecho, tras el primer capítulo, desaparece y no vuelve a hacer acto de presencia hasta prácticamente el clímax, donde emerge de forma esporádica. ¿Acaso hacía falta para encarnar el embrutecimiento de su gente? Entiendo que la Rodasoques, la prostituta que llega a la zona y consigue influenciar a los lugareños, sea diferenciada del resto; sin embargo, que l'Aleix se distinga de una masa que Casellas trata de representar como homogénea me chirría sobremanera.

Por otro lado, las virtudes que le he encontrado a Els sots feréstecs serían las siguientes: 

  • Resulta un documento valiosísimo en lo que a la literatura modernista catalana respecta, dado que se puede considerar una obra fundacional.
  • Pese a su factura totalmente añeja y su desalentadora repetitividad, una vez se le coje el truco se lee en una sentada.
  • Pese a que emplea un léxico completamente anticuado («cabòria», «bosquerols», «rònega», «pollancre», «bagassa»...), además de onomatopeyas y ruralismos varios, resulta fácil de comprender gracias al contexto que dan las oraciones.
  • Su simbolismo es bastante nítido. La naturaleza funciona como telón de fondo a la par que ilustra los diversos temas de la novela. Por otra parte, La Rodasoques es retratada adecuadamente como una amenaza a la salvación espiritual de la parroquia de Llàtzer.
  • La plasticidad de sus imágenes es asombrosa. Me gustan, por ejemplo, aquéllas empleadas para retratar paisajes, atmósferas o fenómenos meteorológicos. Aunque mis favoritas, por su creatividad y precisión, se limitan a describir colores. Cito un par de ellas: «La pols, la humitat, la terra, que ho cobrien tot, donaven a les imatges i als trofeus el to descolorit i fastigós de les coses enterrades... Les retorçades columnes, esculturades de raïms i de caps d’àngel, que un dia foren tot d’or, ara ensenyaven un pam de floridura, com malaltes d’un mal lleig.» (pg. 46) / «Quasi tots duien uns trajos balders, fets d’una roba de vellut obscura, fosca, però destenyida pel frec de la brossa i dels terrossos, així… com d’un to dubtós, que primer hagués sigut negre i després s’hagués tornat d’ala de mosca i hagués acabat per ser de color de gos quan fuig…» (pg. 52)

En resumen: vale la pena descubrir Els sots feréstecs en tanto que obra fundacional del modernismo catalán. Ciertamente, no es el clásico de la época que mejor ha envejecido, pero afrontarlo tampoco supone un tormento. Creo que incluso lo hubiera disfrutado de joven, de haberlo tenido como lectura obligatoria en la asignatura de Lengua y Literatura.

Ah, sabed que la edición que yo he catado, de Lapislàtzuli, tiene una ilustración de cubierta estupenda. Aunque me sorprende que en ella aparezca l’Aleix, personaje que, como he comentado antes, me parece bastante prescindible.

lunes, 3 de octubre de 2022

H.G. Wells: El país de los ciegos y otros relatos

Idioma original de los cuentos: Inglés
Traducción (al catalán): Teresa Bauzà Bosch
Año de publicación de este volumen: 2022
Valoración: Recomendable

El país de los ciegos y otros relatos, antología de H. G. Wells, compila doce cuentos impregnados por lo maravilloso. Hay en estas páginas expediciones (voluntarias o involuntarias) a mundos desconocidos, fenómenos sorprendentes, objetos con cualidades extraordinarias, avistamientos de seres extraños y sueños que nos trasladan a existencias futuras. 

La calidad media de estas piezas es bastante homogénea y creo que, a excepción de "Los invasores marinos" (que me ha decepcionado un poco), todas son destacables. Aun así, siento especial predilección por:

  • "La historia del difunto señor Elvesham". Su giro de tuerca final está, a día de hoy, muy visto, pero sigue siendo tremendamente eficaz.
  • "Bajo el bisturí". Viaje alucinante que experimenta el protagonista al someterse a una intervención quirúrgica. 
  • "El sueño de Armageddon". Conmovedor canto al amor con una fuerte carga antibelicista. 
  • "La Puerta en el Muro". Ejercicio manierista que contrasta la nostalgia con la madurez, la libertad con el compromiso, la imaginación con las exigencias de la racionalidad.
  • "El País de los Ciegos". Fábula agridulce preñada de reflexiones existenciales, sociológicas y morales. 

En suma, El país de los ciegos y otros relatos me ha gustado mucho. Tiene empaque, pues la mayoría de textos que cobija comparten un mismo formato, exploran temáticas afines y están magníficamente escritos; presenta algunas ideas que en su época fueron pioneras; y nos permite visitar, desde una perspectiva deliciosamente más ingenua que aquella a la que estamos acostumbrados, ficciones sobre lo asombroso. 


También de H.G. Wells en ULAD: La máquina del tiempo, Ruedas de fortuna

jueves, 17 de marzo de 2022

VV.AA.: Zona de penumbra

Idioma original: Español
Año de publicación: 2022
Valoración: Recomendable (especialmente para interesados)

Zona de penumbra aglutina once cuentos. Todos ellos fueron escritos durante el periodo que comprende el Fin de Siglo y el Modernismo. Los hermanan su autoría española y el cariz fantástico que adquieren sus argumentos. 

Aunque en general me han gustado, mis preferidos serían:

  • El inacabado "¿Dónde está mi cabeza?" de Benito Pérez Galdós, que entremezcla el horror con humor grotesco y absurdo.
  • "Médium", de Pío Baroja, y "Los buitres", de Ángeles Vicente, que sorprenden por su contundencia e intensidad.
  • "El que se enterró" de Miguel de Unamuno, cuyas reflexiones metafísicas rozan la genialidad.

Por ponerle alguna pega a este volumen, diría que la mayoría de narraciones agrupadas adolecen de:

  • Una prosa algo recargada.
  • Cierta tendencia a la sobreexpliación.
  • Premisas que, si bien eran originales en su época, a día de hoy pueden estar muy vistas.

Sea como fuere, recomiendo encarecidamente la lectura de Zona de penumbra. Especialmente a aquéllos que quieran visitar clásicos en los que se entremezclan lo sobrenatural, el inconsciente, el espiritismo y la comedia con sumo acierto.