Año de publicación: 1969
Traducción: Pablo Mañé Garzón
Valoración: Imprescindible
Llegamos al final de esta quinta edición de la Tochoweek con la lengua fuera, lo que hace que terminemos con un libro que quizá no sea estrictamente un tocho (son 588 páginas en edición bolsillo) pero que forma parte de "El mar de la fertilidad", TOCHAZO en forma de tetralogía con la que Mishima puso punto final a su obra.
Segunda parte de la citada tetralogía, "Caballos desbocados" se sitúa 18 años después de "Nieve de primavera", en un contexto político convulso que hace que la novela sea, pese a compartir ciertas obsesiones, muy diferente a esta. Si "Nieve de primavera" era una novela predominantemente lírica y tendente al folletín (Mishima fue un maestro en eso de combinar la "alta literatura" con lo "popular"), "Caballos desbocados" es una novela mucho más política. O al menos lo es en una primera lectura, porque esta RELECTURA (sí, estoy así de pirado) demuestra que se trata de una novela muchísimo más amplia y complicada.
El aspecto político de la novela es obvio. Japón se encuentra inmerso en una profunda crisis económica y el país sufre un período de cambios casi sin precedentes. Ante esto, el joven Isao Iinuma se siente impelido a actuar de una manera que prefigura la "performance" con la que Mishima acabó con su vida. Así, "Caballos desbocados" es el claro testamento ideológico del autor.
Pero más allá de lo anterior, la novela puede y debe ser leída de formas más diversas: como novela de formación, especialmente en el personaje de Isao; como novela psicológica, en uno de los registros que mejor manejaba el autor como es la evolución de los personajes, la afectación sobre ellos del pasado que vuelve, de los remordimientos, del entorno, de la vida; como novela sobre el final de la juventud y el paso a la edad adulta, las contradicciones que esto supone y el choque entre lo viejo y lo nuevo; como "thriller" político - judicial (aquí podéis poner todas las comillas del mundo), etc
En este sentido, creo que se trata de una novela más compleja que "Nieve de primavera", con la que comparte aspectos tales como la fijación de autor por la pureza, el honor y la belleza, la crítica al acomodamiento y traición de unas clases dominantes caricaturizadas y vilipendiadas, la creación de imágenes hermosas y terribles al mismo tiempo, el lirismo a veces algo afectado de las descripciones de lugares y paisajes y el salvaje contraste entre este lirismo y ciertas escenas de una brutalidad no apta para todos los públicos. Y también es una novela más arriesgada en lo formal, con una gama de registros más variada, entre los que destaca el recurso al "libro dentro del libro" o la parte final en la que predominan los interrogatorios judiciales.
Dicho esto, alguno se preguntará si es necesario haber leído antes "Nieve de primavera" para disfrutar de "Caballos desbocados". Sí, por varios motivos: porque el personaje de Isao Iinuma no deja de ser una reencarnación (complementaria si se quiere) de Kiyoaki, porque es vital para entender el comportamiento de Shigekuni Honda, personaje conductor de la tetralogía, porque la gran mayoría de los secundarios ya aparecían en "Nieve de primavera" y sus relaciones y acciones se ven afectadas por ese pasado del que no se puede huir, etc.
Así que probad con "Nieve de primavera" y seguid con "Caballos desbocados", novelón de oscura y turbia belleza. Después, solo quedará la ya reseñada por aquí "El templo del Alba", la más floja (o al menos la más complicada para el lector occidental) de la tetralogía y la final "La corrupción de un ángel", que en unos meses traeremos a este blog.
Un montón de libros de Yukio Mishima reseñados AQUÍ
2 comentarios:
Curioso que El templo del alba tenga decenas de comentarios y este esté por estrenar.
Concuerdo con que esta novela es mucho más política que Nieve de primavera, lo cual no es necesariamente malo, pero con Mishima, en estos campos, ya se sabe...
No comparto con que sea más compleja que NdP, para mí es probablemente la más entretenida de las cuatro (no se me compare la historia de los samurais con la chapa que nos suelta Honda en el tercer volumen de la saga sobre religión y creencias).
Me gustó mucho en su momento la recuperación de ciertos personajes, creo que con esta segunda parte es cuando se fundamentan puntos vitales del resto de la obra (reencarnaciones, Honda, distintas etapas de la vida...)
Para mí, obra maestra universal. Qué talento tenía Mishima para las letras...
Pues sí, curiosa la falta de comentarios. Y totalmente de acuerdo en lo que comentas de "El templo del Alba"!
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