Valoración: Recomendable (o algo más)
La fuerza de una primera frase (Soldado Uno y Soldado Dos se encontraron frente a un cadáver en cuyos ojos abiertos no se proyectaba el cielo espeso de la guerra, sino una luz que daba la sensación de la negrura) que no destripa nada pero que da algunas pistas sobre lo que encontraremos en el texto.
Primera "pista": el lenguaje, su poética y su musicalidad. Mendoza viene del mundo de la poesía (fue Premio Internacional de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz en 1997) y eso se nota en el dominio del lenguaje, en el ritmo, en la belleza de las imágenes y metáforas. También esta procedencia influye en otros aspectos no tan positivos. Después veremos por qué.
Segunda "pista": la violencia. Sí, "Furia" es un texto atravesado por varios tipos de violencia: física o psicológica, sexual o racial...
Tercera "pista": lo sensorial. Esos ojos abiertos, esa luz que daba la sensación de la negrura... "Furia" es una novela de olores y sabores, de sangre, sudor, esperma y lágrimas.
Pero no solo esto. "Furia" es, además, un texto que nace, o da la sensación de nacer, de la tradición oral, que aúna mito, alucinación y realidad (si es que no son las tres la misma cosa), que bebe de fuentes como el ineludible Juan Rulfo (inevitable no pensar en Pedro Páramo) o Guillermo Arriaga. Es también una historia de venganzas y abandonos con personajes dolientes que hablan del miedo, la ternura, el dolor, el sexo o la locura.
Más. "Furia" es el más que interesante debut de una autora que tiene solo ¡28 años!, un texto que juega con los tiempos y con los diferentes hilos (no es baladí que la profesión de uno de sus principales protagonistas se la de vendedor de hilos) narrativos que se van abriendo, una novela con bastantes más virtudes que defectos. Así, entre las primeras estarían el ya citado manejo del lenguaje, la ambición en lo estilístico, el entrecruzamiento de las diversas subtramas y el impactante e inesperado final. En el lado menos positivo, por contra, estarían ciertos excesos poético-oníricos que entorpecen por momentos el avance de la narración y la escasa diferenciación de las voces de los distintos protagonistas.
De ahí la valoración de recomendable, pero también la sensación de que seguiremos oyendo hablar de Clyo Mendoza. Esperemos seguir contándolo por aquí.
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