Título original: L'intervista, L'entrevue? *
Año de publicación: 2013 (recientemente reeditado en bolsillo)
Valoración: Está bien
Hacía años que no me acercaba a la
novela gráfica, aunque lo empecé a remediar hace unos meses, y es de esos
proyectos que siempre planeas y nunca acaban de concretarse, básicamente porque
se interponían otros, más parecidos a lo que suelo leer, y eso les
convertía, sin ningún otro motivo, en prioritarios. También tengo cierta
reserva hacia esos volúmenes inmensos, de tapa gruesa, que pesan un quintal, no
caben en ninguna estantería y te los acabas en menos de una hora. Confieso, pues,
cierto desfase respecto a este género, que siempre me ha apasionado y que en
otro momento consumía con relativa frecuencia.
¿Se puede tener telepatía con un libro? No creo, pero como en ficción cabe casi todo y la cosa hoy va de leer mentes ajenas, les cuento. Encontré mi ejemplar en una librería que
no había visitado nunca, simplemente entrando y parándome delante de él, sin
poder quitar los ojos de la portada, como si me estuviera llamando desde que
iba andando por la calle. Me pareció una buena ocasión para reanudar antiguos hábitos, porque siempre me han interesado el dibujo de los historietistas como
una rama a destacar del dibujo y las historietas gráficas no infantiles por
su extraordinaria síntesis de argumentos complejos, también para ponerme al día
sobre las nuevas corrientes conociendo a autores nuevos para mí.
Manuele Fior es un ilustrador italiano que lleva casi dos décadas viviendo en París, fue ganador en el festival de Angulema en 2011 etc. Esta es su tercera novela gráfica. Cinco mil kilómetros por segundo, la novela premiada, es como la que comentamos una historia de amores imposibles y su primer argumento original. Antes había publicado La señorita Else, adaptación de una novela convencional ambientada en los años veinte del siglo pasado, y aunque su estilo como dibujante es inconfundible, la estética, casi decimonónica, es radicalmente distinta a esta novela que, utilizando exclusivamente el blanco del papel y el negro de la tinta, pretende situarse en un futuro próximo –y a veces no tan próximo– mediante rasgos, quizá, no demasiado relevantes. Aunque creo que el argumento, sin duda interesantísimo como premisa para un producto de ficción, es lo que más flojea, quizá por falta de experiencia en cuestiones narrativas. Pero el conjunto promete y habrá que dar tiempo al autor para que vaya evolucionando.
Como decía, el relato se sitúa en un
futuro alcanzable, solo tres décadas y media después de la publicación
original, y se desarrolla a varios niveles, de contenido tan ambiguo como las propias
viñetas. En el ámbito privado, hay un matrimonio en crisis, una historia de
amor inter-generacional y crisis existenciales diversas, entre ellas una
posible patología psiquiátrica que resulta no ser tal. El aspecto social
muestra un intento de renovar las relaciones amorosas aportando una solución
poco original, algo así como el amor libre o el poli-amor, aquí concebido como
movimiento organizado y llamado de otra manera. Por último, la capa que nos
sitúa en el ámbito de la ciencia ficción (o novela especulativa) se reduce a ciertas
alusiones a una ciencia algo más avanzada que la actual, a la intervención de
un poder extraterrestre –consistente en la aparición de extrañas luces
nocturnas y en un ocasional caos tecnológico– que, se adivina, interviene en
los pensamientos de las personas y en la creciente facilidad de estas para adivinar
los pensamientos ajenos. Sorprendente competencia humana que culminará varias
generaciones más tarde.
Faltaría hablar de la dichosa entrevista pero eso sucede en el futuro
del futuro y tendría que adelantar demasiada información.
* (No me ha quedado claro en cual de los dos idiomas fue escrita la novela, me consta que apareció en ambos con pocos días de diferencia y que la traducción al castellano se ha hecho desde el francés).
Traducción: Regina López Muñoz
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