Idioma: español
Año de publicación: 2021
Valoración: está bien
Una pareja urbanita, embarazada de ocho meses ella, se desplaza a un pueblo de la llamada "España vaciada" (concretamente de la provincia de León, como se deduce por los elementos folklóricos... y porque el cómic ha recibido una ayuda del Instituto Leonés de Cultura) que les ofrece casa y trabajo, para comenzar una nueva vida alejados del mundanal ruido. La cosa pinta bien, en principio, hasta que comienzan a percibir elementos extraños, pequeños indicios que les escaman y llevan a pensar que algo inquietante está sucediendo en el pueblo, mientras que Rosa, la bibliotecaria y encargada de los recados en la ciudad -y que les ha llevado al pueblo- comienza a plantearse su papel en la trama oculta, aunque cada vez más evidente detrás de todo lo que sucede.
Toda la historia, como se puede comprobar en las ilustraciones adjuntas, aderezada con trajes típicos y no poco amenazantes que encuadran esta novela gráfica, decididamente, en el subgénero del folk-horror, con concomitancias más que evidentes, para quien le guste este tipo de cine, con Midsommar, El hombre de mimbre o, para los más frikis del género, la reciente Fréwaka (también un poco, y perdón si se considera un spoiler, con Déjame salir de Jordan Peele, aunque sin sátira ni reivindicación racial, claro). Éste, sin embargo, es el principal problema de Villanueva: que los elementos que la componen, los tropos y hasta algunos personajes nos suenan demasiado de otras historias, más aún en un subgénero en el que parece que ya está todo codificado. Y eso, a pesar de que su autor ha incluido un meritorio mensaje de empoderamiento femenino, muy acorde con los tiempos, pero que, precisamente con eso, tampoco es que resulte novedoso, ni mucho menos sorprendente. A favor de la narración, que nos ahorre una explicación pormenorizada de todo lo que está sucediendo en el pueblo. Queda los suficientemente claro, sin que el lector/a necesite que se lo expliquen con todo detalle. Y es mejor así.
En cuanto al aspecto gráfico, las ilustraciones de Javi de Castro son sencillas y limpias, sin que eso suponga un menoscabo en su eficacia ni en la complejidad compositiva -de hecho, abundan las siempre estimulantes viñetas a doble página-; el estilo me recuerda al del maestro Max (al menos conceptual, se entiende). Narrativamente, la historia está bien construida, con un arco de los personajes femeninos, que al fin y al cabo son las protagonistas, bien trazado. Sin embargo, para mi gusto queda un poco corta, y aunque repito que aprecio que no todo se nos dé masticado o en bandeja, sí que resultaría deseable que el autor hubiera estirado un poco algunas situaciones o algunos tempos de la narración, par air subiendo la tensión de manera aún más gradual. En fin, supongo que desear que un libro se alargue un poco más significa que me ha gustado, así que tampoco os lo toméis como una objeción. Y cuidado cuando vayáis a pasar las vacaciones al pueblo, un fin de semana en una casa rural o algo parecido. Nunca se sabe...



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