jueves, 24 de noviembre de 2022

Carolina Sanín: Los niños

Idioma: español

Año de publicación: 2015

Valoración: está bien

Hace unas semanas se produjo un cierto "escándalo" en el mundo literario en español (dentro de los límites de éste, claro) cuando la editorial mexicana Almadía rescindió el contrato para la publicación de los libros de la escritora y periodista colombiana Carolina Sanín, debido a sus supuestas ideas y declaraciones tránsfobas. No sé hasta qué punto éstas lo son ni me voy a meter a analizarlas, pues es un tema del que huyo como de un mono con una metralleta, ni tampoco a dilucidar si este episodio se ha tratado de un caso de censura, cancelación o libertad empresarial (sí quiero lamentar, no obstante, que el asunto haya acabado salpicando a nuestra admirada Mariana Enriquez, que abandonó Twitter a raíz de los comentarios hostiles que recibió por solidarizarse con Sanín), pero la cuestión es que me entró curiosidad por una autora de la que nunca había oído hablar e ignoraba si se trataba de una mera juntaletras o una escritora de mérito e interés, así que, como encontré esta novela, que tampoco es demasiado larga, me dispuse a leerla para poder ofrecer a los/as seguidores/as de Un Libro Al Día, a quienes tanto queremos y debemos tanto, la reseña correspondiente. Que ahí va:

La protagonista de la novela es Laura Romero, una mujer de mediana edad de Bogotá que vive con su perro Brus, y disfruta de una posición económica desahogada, pero, aun así y sin necesidad, trabaja de asistenta para unos ancianos. Un día, la mendiga que cuida su coche en el aparcamiento del supermercado al que suele acudir le anuncia, con unas enigmáticas palabras, la llegada de un niño. Y, en efecto, un niño de unos seis años aparece por la noche ante su casa y ella le cobija. A partir de aquí comienza un periplo burocrático y personal por parte de Laura y tras llevar al chiquillo -de nombre Elvis Fider, aunque ella le llama Fidel- a una institución de acogida, decide retomar el contacto y liego hacerse cargo de él por un tiempo.

Hasta este punto digamos que la narración, aun mostrando un tono algo críptico o hermético que parece denotar algo más oculto tras las apariencias (para que me entiendan los lectores/as de España, sobre todo, recuerda un tanto al de las novelas de Sara Mesa, en esos momentos en que sus tramas aún no dan la impresión de desvanecerse  como humo en el aire), pero a partir de ahí la cosa se despista un poco y la historia comienza a transitar de forma más errática por caminos que a veces bordean el absurdo onírico, e incluso el delirio, otras lo esotérico y, con frecuencia, el campo del terror -o incluso entra de lleno en él-; sin olvidar algún que otro gratificante momento humorístico (de un humor paródico-costumbrista que me ha recordado al del también colombiano Santiago Gamboa). Pero, en general, y pese a los asideros en forma de referencias literarias y cinematográficas -desde Gloria, de John Casavettes a Grandes esperanzas de Dickens- la sensación que transmite la novela es que su autora se ha dejado llevar por el impulso tras una premisa más o menos bien planteada, más que siguiendo un ruta trazada con mayor o menor rigor.

Esto no quiere decir que la novela se lea con dificultad o disgusto, bien al contrario; primero, porque, como ya he comentado, no es demasiado larga  y después, y sobre todo, porque Sanín es una buena escritora, capaz de mantener el interés del lector incluso cuando es evidente que ni ella misma tenía claro adónde quería llegar. La novela, pues, se puede leer como una historia sobre la soledad o sobre la crisis de la mediana edad en una mujer acomodada, como una parábola sobre la maternidad, a través de una madre sobrevenida - o "no-madre"- o como un melodrama acerca de la incomunicación y dificultad de relacionarse en las ciudades contemporáneas...yo qué sé, lo que cada cual prefiera (es la ventaja de las narraciones poco clasificables, que lo mismo sirven para un roto que para un descosido). En todo caso, Carolina Sanín es una autora que tendré en cuenta en el futuro, con la esperanza de leer alguna novela suya más redonda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también conocí a esta escritora por el escándalo tuitero...¡qué cosa!

Anónimo dijo...

... Una novela encantadora, llena de momentos unidos y dispersos de sentimientos creados y vividos, invita casi al análisis de cada una de sus frases, antes que al análisis de su todo.. Es absurdamente atrayente...

Anónimo dijo...

De las pocas escritoras con sentido común, ella y J. K. Rowling.