Idioma original: inglésTítulo original: The Hunting Accident: A True Story of Crime & Poetry
Año de publicación: 2017
Traducción: Víctor Manuel García de Isusi
Valoración: entre recomendable y está bien
En 1959 el niño Charlie Rizzo vuelva a Chicago junto a su padre tras haber partido unos años antes con su madre, ahora fallecida. El padre de Charlie es ciego, debido supuestamente a un accidente de caza cuando era joven, y bastante peculiar para el ambiente en el que vive: se dedica a redactar en braille un libro basándose en los más grandes poetas de la literatura y a tratar de inculcar en su hijo valores estéticos y filosóficos. Pero cuando llega a la adolescencia , esta educación contrastará con el influjo de las calles de Little Italy, donde viven y Charlie se juntará con compañías poco recomendables. Además, a partir de cierto incidente, éste descubrirá la verdad sobre la ceguera de su padre, quien tratará de convencer a su hijo para que no se deje arrastrar por el mal camino.
Estamos pues ante una novela -gráfica, en este caso- de ésas entrañables, conmovedoras y no poco aleccionadoras: padre ciego, hijo díscolo, barrio italiano... vamos, con estos elementos hasta hace no mucho se podía haber hecho una peli la mar de chula con De Niro o Pacino de protagonista... Ahora bien, la historia da un giro y se convierte en una compleja narración carcelaria, que sigue un paralelismo -o más que eso- con el Infierno de Dante y con una improbable amistad como único seguro, bastante endeble, contra la tentación del suicidio. Todo ello jalonado con páginas en las que Charlie se dedica a leer párrafos del libro que su padre ha escrito durante años y que no son, precisamente, una muestra de literatura ligerita: además de mostrar un estilo un tanto rebuscado, tratan también de las dudas de un personaje al borde del suicidio.Como se ve, y aunque se desarrolle en gran medida en una cárcel, no nos encontramos ante un cómic "de evasión" (perdón por el chiste, sé que es muy malo); por el contrario, nos hayamos ante una historia de ánimo ejemplificante y hasta trascendente, que puede parecer incluso un poco excesivo... hasta que te enteras de que está basada en personajes y sucesos reales. Esta gravedad, pues trata temas como la culpa y el remordimiento, la responsabilidad y el libre albedrío, la paternidad, la amistad e incluso el poder regenerador de la lectura, contrasta un poco con el estilo de dibujo de Landis Blair, que recuerda un poco al de Kim (aunque también es cierto que ni El arte de volar ni El ala rota son libros para "pasar el rato"), aunque trazado con una profusión de líneas finas que recuerda también el estilo de otra ilustradora de Chicago, Emil Ferris. Destaca también su gran ambición a la hora de componer las páginas o las dobles páginas. Las ilustraciones, en todo caso, sirven para suavizar un tanto la historia, que, pese a tener algún momento que otro más distendido, no es precisamente una fiesta flamenca... lo que no significa -muy al contrario- que no deje un espacio para la esperanza y la redención. Incluso del peor de los criminales.
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