viernes, 11 de noviembre de 2022

Óscar Martínez: Los muertos y el periodista


Idioma original: español

Año de publicación: 2021

Valoración: muy recomendable

Alguna vez en este blog cedemos a la tentación de improvisar con las valoraciones. Puede que los términos que empleamos estén expuestos a cierto desgaste y esos matices en el nivel de recomendación acaben convirtiéndose en el trasunto de una escala numérica. Comenté sobre este libro que resultaba muy interesante y luego he repensado que esos muy no acaban de rendir justicia a libros como Los muertos y el periodista. Una crónica de un escritor que, decidido a llegar hasta el fondo del asunto, con no pocas reflexiones de por medio sobre el desempeño de su oficio, sobre el compromiso, ya no solo profesional, sino ético, que supone el adentrarse (no acercarse: adentrarse) en ciertas situaciones para levantar testimonio, un testimonio tan próximo que resulta, sobre todo desde la fría comodidad de un sillón en el Primer Mundo, y a poco que se reflexione, tan necesario como sobrecogedor, tan fascinante como temerario.

Óscar Martínez es salvadoreño. Un pequeño país en el centro de un continente, sobre el que poco solemos saber, pero que nos llama la atención en cuanto a detalles morbosos: estadísticas de asesinatos por habitante, videos truculentos colgados en la red sobre sus prisiones, sórdidas, masificadas, prácticamente lugares donde los pandilleros campan a sus anchas, otro estereotipo, los individuos repletos de tatuajes que los identifican como integrantes de organizaciones criminales con las que no valen las bromas. En ese entorno Martínez nos cuenta la historia de Rudi, un muchacho joven y pobre que Martínez ve abocado a una muerte segura. Porque ese es uno de los muertos del título. Y el despliegue de Martínez es tan crudo como sincero y necesario. Ni recreación de lo morboso - esto no es La parte de los crímenes - ni el mínimo ahorro en definir la realidad. En un país donde las organizaciones criminales campan a su antojo, donde los ciudadanos bastante tienen con lidiar con ello y con una existencia precaria, resulta que los cuerpos de seguridad que deberían defenderles acaban siendo un eslabón más de una cadena de corrupción, violencia y arbitrariedad. Y no solo eso, sus masacres, sus crímenes, cuentan con mecanismos para mantenerse impunes, y muertes de inocentes serán seguidas de más muertes si esa impunidad ha de ser garantizada.

Construido como una crónica en la que Martínez, pues Rudi en una de sus fuentes, ha de exponerse en encuentros furtivos, esa tonalidad que combina denuncia, reflexión y un poderoso dinamismo narrativo puede ser un libro que se le atragante a los estómagos delicados. Más por lo que implica (que quien se supone que ha de protegerte en realidad pueda asesinarte) que por lo que explica. Justo estos días e n que un antiguo ministro del gobierno español parece alardear de haber salido muy bien parado de organizar una banda, constatar que a estas alturas aún estas situaciones pueden darse resulta tan intimidatorio como esclarecedor.

2 comentarios:

Carlos Ávila dijo...

Este periodista salvadoreño tiene unos libros magníficos que, además, han sido editados ya en España. Es, como sus hermanos, un periodista comprometido y muy valiente. Cualquiera de ellos es muy recomendable. Yo lo conocí a partir de este que has comentado.

Carlos Ávila dijo...

Este periodista salvadoreño tiene unos libros magníficos que, además, han sido editados ya en España. Es, como sus hermanos, un periodista comprometido y muy valiente. Cualquiera de ellos es muy recomendable. Yo lo conocí a partir de este que has comentado.