La editorial Satori sigue publicando la obra de juventud de Junichirō Tanizaki, como ya hiciera con El demonio y otros relatos. En esta ocasión, su antología Cuatro casos criminales compila cuatro historias cortas de misterio, intriga y suspense del autor japonés.
En "El caso del baño Yanagi" (1918), un pintor acude a un abogado para que éste le ayude a dirimir si ha matado a su amante o no. Con semejante premisa, el relato logra captar el interés del lector desde las primeras páginas. Además, tiene ideas muy sugerentes (si bien no siempre desarrolladas) y alberga pasajes geniales (como los que desnudan la atribulada mente del joven K, o aquellos, de un acabado más onírico y atmosférico, que supuestamente transcurren en un fantasmagórico baño).
En "Por el camino" (1920), un detective privado aborda en plena calle a un oficinista y admite abiertamente que le está investigando. Es un relato a mi juicio algo lineal, pero llevado con maestría. Asimismo, soprende por la agudeza y sagacidad del detective, y por la forma en que, a través del diálogo, éste va arrinconando al asalariado.
En "El ladrón" (1921), un alumno becado de un instituto de élite es sospechoso de ser el perpetrador de una serie de robos acaecidos en su residencia. Me recuerda a otros relatos de Tanizaki (como por ejemplo "El criminal", "Una confesión" y "El odio"), en el sentido de que es un intenso y contundente retrato psicológico que, si bien me hubiera gustado ver insertado en un argumento mayor, funciona satisfactoriamente por sí solo y presenta una lógica interna la mar de retorcida.
En "Diablos a la luz del día" (1918), un escritor es invitado por un amigo adinerado, ocioso y mentalmente trastornado a acompañarle a presenciar la ejecución de un asesinato. Con este relato me sucede igual que con las obras de Edogawa Rampo: pese a que me parece disfrutable y muy entretenido, obliga a suspender la incredulidad en demasía y apuesta por elementos narrativos algo chirriantes (los personajes excéntricos, las deducciones detectivescas, la visión a día de hoy un tanto ingenua del erotismo perverso o los giros de tuerca rocambolescos).
Resumiendo: Cuatro casos criminales es una antología recomendable, sobre todo para los completistas de Tanizaki y los amantes de la literatura de suspense que enfatiza la oscuridad de la naturaleza humana. Sin embargo, hay que leerla teniendo en cuenta que, pese a pertenecer a un autor extremadamente talentoso, éste todavía estaba en su fase embrionaria cuando escribió los relatos que la componen. Y es que incluso el más logrado del conjunto (a mi juicio, "El ladrón") presenta alguna aspereza.
También de Junichirō Tanizaki en ULAD: Aquí
2 comentarios:
Buenas, creo que al menos El Ladrón no es inédito, Siruela en 2009 publicó una recopilación titulada El sueño y otros relatos, y creo que dentro de esos otros relatos estaba El Ladrón.
Toda la razón, Angel. En "El puente de los sueños", antología de Siruela, ya se publicó "El ladrón". Rectifico, pues. ¡Un fuerte abrazo!
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