Título original: L'homme gribouillé
Año de publicación: 2018
Traducción: Lucía Bermúdez Carballo
Valoración: está bastante bien
Cómic en el que el guionista francés Serge Lehman y el dibujante suizo -más conocido, creo- Frederik Peeters nos proponen una aventura detectivesca con tintes históricos y, sobre todo, sobrenaturales, protagonizada por la editora francesa Betty Couvreur, su hija adolescente Clara y, en un segundo plano, aunque jugando un rol fundamental, su madre Maud, afamada escritora de libros infantiles. En un París oscuro y lluvioso -hay que decir que la escenografía resulta, si no lo más importante de esta BD, sí lo más interesante, creo yo-, las tres mujeres se ven amenazadas por un personaje esquivo y aterrador, conocido como Max Cuervo. Gracias a las pistas que proporcionadas por el inefable y pegajoso escritor Pierre Inféri y por su propio jefe, el editor Sébastien Daule, Betty, junto a su hija, entra en conocimiento de oscuros secretos de la época de la Ocupación de Francia y la Resistencia, e incluso de otros aún más remotos y telúricos. Esto supone una interesante aproximación al género fantástico y a un imaginario diferente del que suele ser habitual, en el caso europeo; un refrescante cambio frente a los monstruos propios de la narrativa decimonónica o de la tradición (más o menos) nórdica.
En suma, un cómic/novela gráfica/Bande Desinée de lo más entretenida y sugerente. Con un villano memorable, una protagonistas con las que empatizar -bueno, Betty es un poco gruñona, pero vale- y una mitología propia en la que vale la pena ahondar. Con menos que eso se han construido buenas historias y ésta, sin duda, lo es.
También de Frederik Peeters en Un Libro Al Día: Dándole vueltas, Píldoras azules
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