miércoles, 10 de julio de 2024

Lorenzo Montatore: La mentira por delante

Idioma: español

Año de publicación: 2021

Valoración: está bien (sobre todo para fans)

Contra lo que pueda sugerir la valoración de este libro y antes que nada, debo decir que yo nunca he sido demasiado fan de Francisco Umbral. En mi juventud de aspirante a cultureta leí dos libros suyos que no me entusiasmaron, precisamente (uno de ellos sobre Valle-Inclán, que me pareció directamente un timo y el otro, una novela que se desarrollaba en un poblado chabolista de Madrid anejo a cementerio, al menos tenía la gracia (?) de ser bastante delirante... Sí, ya sé lo que me vais a decir: que debería de leer Mortal y rosa, pero mirad, ya tuve suficiente). Sus celebradas columnas periodísticas tampoco me llamaban la atención, aunque debo reconocer su facilidad para la metáfora ocurrente. Y, como personaje público, Umbral era, en mis años mozuelos, uno de los pocos escritores (junto al ínclito Cela, Antonio Gala, Sánchez-Dragó... aunque me cuesta incluir a este señor en el gremio) que salían a menudo por la tele e incluso eran carne de imitación por los humoristas, por lo que eran reconocibles para una mayoría de gentes que nunca habían leído sus libros ni se les pasaba por la cabeza hacerlo. En el caso de Francisco Umbral, se hizo más célebre aún por haberle soltado una encendida diatriba a Mercedes Milá (visto lo visto, bien que hizo), que se convirtió en una ocurrencia recurrente en España durante años y aun décadas.

Ahora bien, que a mí no me gustara este escritor no quiere decir que no haya, incluso hoy, gente fascinada por su prosa sonajero florida, su voluntariosa figura de dandy (?) y su aún más férreo propósito de convertirse en una personalidad literaria de renombre (este es el caso, creo, de Alberto Olmos, aunque no sé si él ya ha renunciado a hacer lo propio). esta misma maravilla por el influjo umbraliano es la que debe haber impulsado al autor de este cómic, él sabrá por qué, a realizar el mismo, que resulta ser una suerte de panegírico caricaturesco a mayor gloria de Umbral y sus contemporáneos.

Digo "caricaturesco" no porque este libro -tebeo, según su propio autor- sea una sátira o parodia de nada o de nadie, sino por el estilo de dibujo de Lorenzo Montatore, con evidente influencia tanto de la "escuela Bruguera" como de la mítica revista La Codorniz. Que tiene gran talento para la caricatura lo atestiguan los retratos que hace de los ya mencionados Umbral y Milá, pero también de Lola Flores, Massiel, Carrillo, los ya mencionados Cela y Sánchez-Dragó, Delibes, Pérez-Reverte, Los Ramones, Ramoncín, el Rey Emérito, García Berlanga, Jesús Hermida, Pitita Ridruejo,... en fin, toda una heteróclita colección de personajes que tienen en común, aparte de ser en su mayoría escritores (juntaletras, en algún caso), eran una parte importante de esa sociedad que salía en los medios (es decir, la tele) en aquellos procelosos y demasiado recordados años 80 y 90, cuando el protagonista de esta biografía era también una estrellita mediática, al menos en España. También aparecen otros escritores de otro tiempo que Umbral tenía o pretendía tener como refrentes (en algún caso, para criticarlo): Valle-Inclán, Pío Baroja, Gómez de la Serna, Larra...

La parte mollar del libro, no obstante, y quizás lo más destacable para retratar al biografiado, puede que sean, más bien, las muchas sentencias de este escritor recogidas aquí, toda una serie de frases lapidarias, a modo de aforismos en las que Umbral, un escritor especialmente dotado para el regate en corto (desde luego, más que para el juego estratégico), mostraba su versión más brillante. La mayoría de estas sentencias tratan, cómo no, sobre la literatura, aunque no todas: 

-"Soy un vendedor de metáforas de parroquia."
- "Prefiero el robo a la influencia. El robo y el asesinato."
-"La literatura se erige sobre un crimen o no es verdad."
-"La vejez es asistir al propio pasado."
-"Yo no he vivido, no he llegado a tocar nunca la realidad porque todo lo he vivido literariamente."
-"Mis libros me vivirán cuando yo muera."
-"Poeta es el que sólo escribe cuando se le ha ocurrido algo. Prosista es aquel a quien se le ocurren las cosas escribiendo."
-"Había nacido poeta lírico y lo puse todo en prosa para vivir."
-"Hace falta mucha humanidad para mirar como mira un perro."
-"El niño nos lleva a los reinos de lo pequeño. Acude a nuestra propia infancia dormida."
-"La infancia es una multitud, una aglomeración, una angostura. cada cinco o seis meses el niño es otro. El niño es sucesivo."
- "El dandismo tiene que ir por dentro."
-"Soy un quinqui vestido por Pierre Cardin."

Sin embargo, la frase por la que pasará a la Historia, aquella que recuerdan todos los que vivieron aquel momento y también muchos que no lo vivieron no la escribió, sino que la pronunció cual Zeus tonante en un plató de televisión. Una frase mítica, por menos de la cual a algunos les han dado el premio Nobel (que no digo que Umbral se lo mereciera, ojo, ni de lejos, pero algún contemporáneo suyo, tampoco):

Amén.

1 comentario:

beatrizrodriguezsoto dijo...

Recuerdo a Umbral cuando empezaba a escribir en Punta Europa, una revista literaria que recibía mi padre. Yo no tenía edad ni preparación para valorarlo pero me llamó mucho la atención. Después le perdí la pista y cuando le encontré estaba ya en esas columnas del famoseo, Lola Flores etc, siempre con una bebida en la mano, siempre diciendo alguna inconveniencia ocurrente. He leído algunas obras suyas pero al escritor de 18 años que publicó algo en Punta Europa nunca lo volví a encontrar.
Un saludo