Título original: The Southern Book Club's Guide to Slaying Vampires
Año de publicación: 2020
Traducción: Paz Pruneda
Valoración: recomendable
Al igual que todo escritor español tiene derecho a escribir una novela sobre la Guerra Civil o todo escritor sueco puede escribir una novela negra donde podamos descubrir las costuras del supuesto paraíso del bienestar escandinavo, todo escritor/a del género de terror tiene derecho a escribir una novela de vampiros. Al menos una (y si le sale bien, mejor sólo una); ahí tenemos ejemplos tan notorios y ¿felices? (no sé si es el adjetivo más adecuado) como El misterio de Salem's Lot del Rey, o Déjame entrar del sueco John Ajvide Lindqvist (éste mató dos pájaros de un tiro). Pues bien, una de las estrellas rutilantes de la última hornada del género, el simpático Grady Hendrix, en su aparentemente irónico recorrido por todos los topics y tópicos del terror nos ofreció hace unos años su aportación vampírica, que, de acuerdo con su querencia hacia los títulos más bien larguitos y aparentemente humorísticos, no podía titularse simplemente Sangre en los suburbios, Anochecer sangriento, Vecinos sanguinarios o cualquier otra variante que contuviera alguna palabra con la raíz "sang-"... Eso sí, el término "vampiros" lo puso, no sea que alguien se confundiese y pensara que estaba ante una novela cuqui sobre señoras que se reúnen para tomar el té mientras hablan de literatura romántica.
Algo de eso hay, no obstante, sólo que dichas señoras no se reúnen para hablar de novelas románticas sino de libros de true-crimes y sucesos truculentos en general. Y el elemento vampírico, aviso ya desde ahora, no se ajusta exactamente al canon al que estamos acostumbrados: en vez de un rutilante pero perturbador conde extranjero o los misteriosos nuevos habitantes de un caserón desvencijado, personajes que hubieran sido de inmediato detectados y neutralizados en la asimismo cuqui comunidad de Mount Pleasant, a las afueras de Charleston, Carolina del Sur (de donde procede el propio Hendrix, así que cabe suponer que conocerá bien de lo que habla), encontramos aquí, y perdón por el spoiler, a un atractivo sujeto que se integra perfectamente en ese entorno e incluso se convierte en un pilar de la comunidad, fuente de ingresos de las familias a las que encandila. En este punto podemos encontrar una de las posibles lecturas subyacentes de esta novela, que se puede interpretar como una metáfora de lo que la economía especulativa, el enriquecimiento fácil y rápido o, ¿por qué no llamarlo así?, la avaricia turbocapitalista le ha causado a la clase media norteamericana e incluso mundial... (algo de eso sabemos en la España post-crisis, aunque a algunos ya se les haya olvidado).
Otra lectura, más evidente, de hecho, es la del empoderamiento femenino: se nos cuentan las aventuras de un grupo de amas de casa (ni pruebas ni dudas de que Hendrix tenía en mente la serie Desperate Housewives cuando escribió esta novela) de las que no se espera otra cosa que mantener en orden sus hogares y entretenerse leyendo libros --en el caso de Patricia, la protagonista principal, fue enfermera, pero dejó sus carrera para que su marido pudiera prosperar en la suya como psiquiatra-, pero que acaban combatiendo a una fuerza maligna sobrenatural que amenaza a sus familias ya su comunidad y que, en gran medida, representa el epítome del machismo imperante en su sociedad -sin olvidar, claro, que sus maridos también son unas joyitas, a ese respecto-; que la novela la haya escrito un señor no invalida esta interpretación de la misma, sino que, a mi juicio, la fundamenta aún más, si cabe, pues si fuera obra de una escritora de convicciones feministas se le podría atribuir una intención adoctrinadora que, en este caso, no resulta tan evidente, quedando diluida, (si bien presente) además, en una historia de, al fin y al cabo, inequívoca impronta terrorífica.
Y es en este punto donde puede haber más disensión sobre la novela, me parece a mí, al menos entre los aficionados al género de terror, pues si bien esta es una obra, sin duda, perteneciente al mismo y podemos encontrar en ella varios pasajes de una agobiante tensión y considerable repeluzno, es cierto que el autor se detiene mucho más en los aspectos costumbrista y en la relación entre los personajes -sobre todo femeninos- que en el componente vampírico, en este caso, de la historia. Lo cual, por una parte, resulta conveniente para construir una narración sólida y, por otra, el hecho de dejar un tanto en el misterio el elemento sobrenatural de la novela a mí tampoco me disgusta, pero puedo entender que a los fans más conspicuos del terror y, sobre todo, de los vampiros, la novela les deje un poco insatisfechos e insatisfechas (pues quizás las amantes del subgénero vampírico sean más mujeres que hombres, no sé).
No obstante lo anterior, creedme cuando os digo que Guía del club de lectura... resulta una novela de lo más entretenida, suficientemente terrorífica y con un ritmo narrativo adictivo, que hará imposible que nadie deje a la mitad sus más de cuatrocientas páginas. Especialmente adecuada, además, en mi humilde opinión, para ser comentada en los muchos clubes de lectura que, felizmente, proliferan por doquier y que suelen contar con una mayoría femenina entre sus componentes. Os aseguro, chicas, que no volveréis a mirar con los mismos ojos a ese solitario maromo que se deja caer de vez en cuando por vuestro club... ; )
Otras novelas de Grady Hendrix reseñadas en Un Libro Al Día: Horrorstör, Grupo de apoyo para final girls, Cómo vender una casa encantada
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