Año de publicación: 2024
Valoración: recomendable
Otra reseña cuya valoración ha de ser explicada y matizada. Es imposible no recomendar un libro así por lo que representa en sí ya únicamente su intención, que es loable y universal: reflejar, a través de un texto extenso, que se apoya en un nutrido archivo de imágenes, cómo se produjo el fenómeno de la emigración andaluza (en este caso, centrado en la provincia de Córdoba) hacia diversos países europeos durante tres décadas del pasado siglo.
Ya desde la palabra con que se describe "fenómeno" estamos siendo algo ambivalentes. No necesariamente sesgados, pero ese desplazamiento masivo podría aceptar diferentes definiciones, por cuanto para muchos de los emigrantes representó un reto, una aventura, en todo caso una situación que acarreaba una cierta incerteza aunque, por la realidad incuestionable de que en muchos casos acarreó la separación de familias, términos como desgracia o tragedia sonarían excesivos pero tampoco faltaría un componente de ellos a la hora de contemplar la situación objetivamente en su conjunto. Aunque hay que entenderlo, el libro cuenta con flamantes logos en su portada de instituciones oficiales, estamos en 2024 con Andalucía en las manos de un gobierno conservador. No sé si ello implica un cierto grado de autocensura, porque el texto es proclive en descripciones minuciosas, en datos estadísticos amparados por cifras, pero no hay un énfasis analítico en las causas de ese proceso migratorio, sobre todo en aquellas que pudieran tener algún tipo de motivación política, que en esa década inicial, los años cincuenta, aún había procesos depurativos ideológicos, al franquismo le quedaban dos décadas largas y Andalucía pasaba por ser un vivero de la izquierda.
Hecha esta reflexión, que hubiera mutado la valoración en "precavido" o "prudente", ese estudio literario y gráfico de las imágenes que los emigrantes, o sus familiares, facilitaron al autor, resulta inestimable y muy valioso incluso pasado medio siglo. Personas que se han atrevido a desplazarse a otros países, a aprender otros idiomas, a someterse a la inmersión en otras sociedades - las de la Europa occidental, Suiza, Francia, Alemania (entonces Federal) - por las que uno no puede sentir más que admiración, tanto por su esfuerzo y sacrificio como por la enorme dignidad que se desprende de esas fotos, desde las más convencionales hasta aquellas en las que parecen alardear de sus logros, fueran estos modestos o no. Por ese mismo motivo, por la admiración incuestionable que un atrevimiento de ese calibre, individual y colectivo, merece, creo que hubiera agradecido algo más que una enumeración de datos y el resultado de un algo tibio estudio divulgativo. Un análisis que evitara lo superficial de la descripción de imágenes que hablan por sí mismas. Ni que fuera para situar la cuestión en contexto, que estamos a ocho de julio de 2024 y algunos aún quieren hacernos creer que la gente se desplaza de sus lugares de orígen por capricho.
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