viernes, 20 de agosto de 2021

Laurent Binet: Civilizaciones

Idioma original: francés

Título original: Civilizations

Traducción: Adolfo García Ortega

Año de publicación: 2020

Valoración: Se deja leer (como mucho)


Pasatiempo literario de verano

Responda verdadero o falso respecto de estas afirmaciones sobre el libro Civilizaciones, de Laurent Binet:

  1. Se trata de una ucronía según la cual fueron los incas quienes conquistaron Europa, y no al revés
  2. Es una novela entretenida, de asunto original y fácil de leer
  3. Utiliza a los personajes históricos con sutileza, profundiza en su personalidad y la pone al servicio de la trama. Todos tienen su razón de ser, sin rellenos ni adornos
  4. El relato se construye con lógica histórica, adecuando el ritmo a los acontecimientos clave y utilizando pausas para incidir en los cambios sociales
  5. Muestra con habilidad la dificultad de los invasores para adaptarse al nuevo mundo, y de este para asumir cambios que contradicen una tradición de siglos
  6. Binet se expresa como narrador con un lenguaje coherente, asumiendo como propia la lenta progresión de los conquistadores en el dominio de la lengua del Levante (Europa)
  7. Resulta muy interesante el contraste de culturas, yendo mucho más allá de lugares comunes y simplificaciones. Se deja ver un análisis de trazo fino 
  8. Igualmente, el recurso a hechos históricos reales es medido y equilibrado, utilizando únicamente los que aportan verosimilitud al relato
  9. Se huye de la caricatura o la simplificación, y el rigor en la exposición hace olvidar que estamos ante una ficción
  10. Es, en definitiva, una obra excepcional, no solo por su originalidad, sino sobre todo por la maestría en plasmar esa audacia creativa en un texto serio, con lo que adquiere un punto estremecedor.

Si ha marcado usted Verdadero:

  • Tres o menos veces: es usted el tipo de lector huraño, demasiado exigente y poco abierto a un sano entretenimiento sin complicaciones aunque con una notable carga de erudición 
  • Entre cuatro y ocho: el verano hace mella en su gusto lector y, sin plantearse mucho más, ha disfrutado de esa lectura ligera, algo que tanto agrada bajo una sombrilla o en una terraza sorbiendo un gin tonic a poquitos
  • Nueve o diez respuestas Verdadero: no ha leído usted el libro.

oooooOooooo

Pues menudo veranito que llevamos en materia de narrativa, menos mal que han venido a salvarme algunas cosillas de otros géneros. Yo soy, lo confieso, de aquellos a los que Seix Barral les sigue imponiendo un respeto, aun conociendo el cambio de rumbo de los últimos tiempos. Esas cubiertas sobrias y elegantes, con su inconfundible tipografía y una imagen contenida sobre fondo blanco, transmitían en el acto sensación de calidad, dentro casi siempre había algo de bastante valor.

Como habrán podido deducir, esta vez no es así en absoluto, o casi. Una idea original, no lo dudo, pero poco más. O mejor dicho, afinando: una prosa vigorosa, ágil, que seduce nada más empezar, y algunas ocurrencias afortunadas, como la de los vikingos que alcanzan Cuba (con ecos de Juego de tronos) o la llegada de las naves a Lisboa justo después del terremoto (debe ser el de 1531). 

Pero por lo demás esto podría ser una Historia de Europa contada a los niños, o una de esas recreaciones que de vez en cuando nos ofrecen Los Simpson (para no pecar de frívolo, me abstengo de elucubrar qué personajes encarnarían los amarillos habitantes de Springfield). Más aún, Binet podría escribir un segundo tomo de otras cuatrocientas páginas empezando por decirnos de una vez qué coño pintan exactamente esos mexicanos que a su vez desembarcan en Francia, o quién demonios es el narrador que se insinúa de vez en cuando. O para contarnos, qué sé yo, tal vez una tercera invasión, esta vez de indios norteamericanos o de bosquimanos, o las conquistas de un Napoleón chino vencedor de Waterloo. Puestos a inventar, casi todo es posible; pero para construir una novela no basta acumular ocurrencias, hay que seleccionar, jerarquizar, darle lógica y coherencia, muchas cosas que Binet no hace.

Pero estamos en verano, y uno se siente indulgente al calorcito y con el suave sonido del mar. Salvemos de todo esto esa primera parte con las desventuras del pobre Colón, algunos pasajes bien montados en formato epistolar, y el loco periplo de Cervantes, pegado de mala manera en la parte final, pero que tiene cierta gracia. Por lo demás, igual a alguno de nuestros lectores, de esos que le pondrían muchos verdaderos al test, les agrada este tipo de híbridos de pasatiempo y erudición. A mí, al menos en este caso, no. Incluso me fastidia más porque el libro fue un regalo que me hubiera gustado apreciar bastante más.

También de Laurent Binet en ULADLa séptima función del lenguajeHHhH

No hay comentarios: