martes, 11 de junio de 2024

Tamara Tenenbaum: Todas nuestras maldiciones se cumplieron


Idioma original:
español
Año de publicación: 2021
Valoración: recomendable

Espero, aunque la realidad se empeña en decepcionar de forma constante esa esperanza, que una de las enseñanzas que tengan clara las generaciones posteriores a la mía tenga que ver con la conveniencia de mantener las creencias religiosas (quien las tenga) dentro del ámbito de la privacidad y el desarrollo de la propia existencia. Porque, aún sabiendo de donde venimos, insistimos (peor aún, lo hacen muchos de nuestros gobernantes) en contaminar con el fanatismo religioso una parte demasiado relevante de nuestro devenir, de nuestras decisiones, quizás a algunos les resulte exagerada esta reflexión, pero basta ver cuáles han sido los conflictos más relevantes en los últimos cincuenta años para ver que el integrismo religioso es el germen tras ellos. 

Tamara Tenenbaum es una joven argentina cuyo padre falleció en al atentado que en 1994 Hezbollah, seguramente dirigida por el gobierno iraní, ejecutó contra la AMIA, una asociación de amistad argentino-israelí que fue objeto de un atentado en el que fue una de las ochenta y cinco víctimas mortales. Esa cuestión es un tema recurrente en el libro por cuanto se rememora esa ausencia e incluso hechos capitales son consecuencia de esa tragedia. La autora va a convertirse en propietaria de un apartamento para cuya adquisición fue importante el cobro de la indemnización por el atentado. Aunque no acabo de percibir que toda la novela tenga esa cuestión como foco central. 

De hecho, la narración pasaría por ser un texto directo, reflexivo, con un lenguaje exento de prejuicios y alejado del recato propio de pudor, sin reparos. Desde Cartarescu no recordaba un párrafo inicial mencionando a los piojos. El valor fundamental aquí es ese testimonio generacional, esa voluntad de ruptura ejercida sin rencor ni acritud, pero sin un ápice de arrepentimiento, sin intención alguna de excusarse por sus actos. Tampoco creo que haya que interpretar el texto en términos de reivindicación de género, y eso es algo muy apreciable, porque la clave de este libro, breve, sin una apertura y un colofón muy definidos, es su naturalidad, aunque a veces podamos pensar (ese título) que nos asomemos al precipicio, Tenenbaum siempre es clara y franca.


También de Tamara Tenenbaum en ULAD: El fin del amor

1 comentario:

Gabriel Aflalo dijo...

En el atentado a la AMIA murieron 85 personas.
En el atentado a la Embajada de Israel, también en Buenos Aires, sucedido 2 años antes, murieron 22 personas.