Idioma original: Español
Año de publicación: 2024Valoración: Está muy bien
Resulta complicado hacer la reseña de un libro en el que se reúnen 104 textos seleccionados de entre los aproximadamente 1500 que constituyeron la columna semanal Cruce de vías, publicada por José Antonio Garriga Vela en el malagueño diario Sur.
Son textos que abarcan casi 30 años y que podrían constituir una autobiografía fragmentaria a través de las rutas de la memoria y del deseo. Y digo fragmentaria porque tal y como indica el autor en El último viaje: "la vida queda reducida a esos instantes de felicidad que pasan ante nosotros bellos y luminosos como las ofrendas del río sagrado".
Ordenado, más o menos, según un criterio temático, Cruce de vías comienza en el territorio de la infancia. Hay textos que se acercan a la poesía en prosa y otros que bordean lo puramente narrativo, entradas que van del intimismo al costumbrismo, pero normalmente con una melancolía que no se convierte en ñoña nostalgia autocomplaciente. Afortunadamente.
Pero la infancia termina y las rutas que uno dibuja con sus dedos en los mapas (las fronteras han cambiado tanto, mis cosas ya no te pertenecen y todos estos viejos libros ya no se acuerdan de cómo nos conocimos que dice la canción de La Habitación Roja) se convierten en sitios más o menos reales, en ciudades en las coexisten vida y la muerte, en lugares en los que la vida se repite con diferentes caras y paisajes, en sitios poblados de fantasmas y presencias que dicen tanto de quiénes somos como de quiénes fuimos.
Soledad, esperanza, amor y deseo, la literatura y los viajes, el paso del tiempo (¡cómo obviarlo!) son los grandes temas que atraviesan los textos. Pero si bien hay una cierta uniformidad en lo temático, no se puede decir lo mismo de la parte formal. Así, vamos de la literatura de viajes a la poesía, del ocurrente microrrelato a la estampa viajera, de lo casi ensayístico al terror gótico, haciendo gala de una mirada imaginativa y tierna al mismo tiempo.
Quizá porque todo se reduzca, a fin de cuentas, a volver con la imaginación y el recuerdo a aquellos lugares en los que uno fue feliz.
Un único consejo para quien piense leer Cruce de vías: recomiendo ir poco a poco, leer 4 textos hoy, 3 mañana, 5 pasados unos días, etc. Empecé leyendo el libro "del tirón" y tenía la sensación de que los textos se devoraban entre sí. Mejor dejarles espacio y tiempo, que tomen aire, cojan altura y caigan cuando tengan que caer. ¿Me explico?
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