Año de publicación: 1960
Valoración: Recomendable
Juan Goytisolo es uno de esos grandes maestros de mediados del siglo pasado, un miembro del pequeño ramillete de autores (no voy a citar a nadie más para que no me critiquen) que todos los amantes de la literatura deberíamos conocer a fondo. En realidad tengo que confesar que tampoco conozco más allá de algunos de los títulos más representativos de su obra narrativa, carencia imperdonable que intento empezar a corregir, un poco al azar, con este su primer libro de viajes, escrito cuando Goytisolo todavía no se había desprendido del todo de sus inicios realistas y más bien poco arriesgados.
El viaje tiene bastante poco de épico y mucho más de exploración. El autor, que andará por los veintimuchos años, más de lo que parece lucir el muchachito de la cubierta, parece que conoce previamente algo del terreno, y busca una inmersión total. Recordemos, estamos en la España de finales de los 50 del siglo pasado, todavía lastrada por una década de autarquía y en su mayor parte sin desprenderse de los harapos de siglos de pobreza, atraso e incultura, en especial en las zonas rurales más profundas. Y el escenario es quizá uno de los más extremos que el viajero pudiera buscar: la comarca al Este de Almería, a veces hacia el interior (Níjar), y otras mirando a la costa (Cabo de Gata, Rodalquilar, Agua Amarga, Carboneras). Entre medias, campos desolados, minúsculos poblados, carreteras o caminos desiertos, paisajes africanos, vegetación enana o inexistente bajo un sol abrasador.
Algunos o muchos de estos lugares son ahora pequeños pueblos con encanto o destinos turísticos con chalets apetecibles, urbanizados y cosmopolitas aunque relativamente tranquilos. Pero setenta años atrás apenas aparecía de cuando en cuando un turista francés algo extravagante, y el cierre de algunas minas había dejado despoblación y paupérrimas aldeas donde el objetivo era la pura supervivencia. Se diría que Goytisolo, a quien por venir de Barcelona los vecinos miran como a un extraterrestre, busca sin embargo el alma de la comarca, y la va encontrando en esas gentes que se asoman a las puertas, los niños medio desnudos que le rodean, o los paisanos que le dan conversación en la taberna.
Se desplaza en autobús, en la caja de un camión o en un carro tirado por un burro, se aloja en las pocas fondas que encuentra, y deja hablar a los lugareños, el joven camionero, el señorón dueño de un pueblo entero (un personaje muy de Berlanga), la pareja de civiles, el viejo que vende frutas de la chumbera. Vamos, lo que define al viajero y le diferencia del turista, dejarse llevar, cero comodidades, ver y escuchar, ir registrando lo que le rodea sin filtros, en estado natural.
A diferencia de otros libros de viajes, no hay atisbo de humor, seguramente porque tampoco se encuentra ocasión, y tampoco de ensalzamiento artificial. Como mucho, se puede decir que Goytisolo, además de dejar constancia casi notarial de lo que ve, realiza sobre su relato un cierto ejercicio de estilo, dejando que su prosa se enriquezca con un léxico quizá excesivamente prolijo (guadapero, serillo, cenacho, algaida o jábega son algunos términos encontrados en una página al azar). Pero tampoco es justo criticarle demasiado por ello. Es un autor joven, todavía dominado por el realismo, que parece buscar un camino para progresar en su técnica. Afortunadamente encontraría más adelante ese rumbo, bastante diferente de este.
Con todo, deja algunas reflexiones interesantes que trascienden al paisaje o a sus habitantes. El autor cree encontrar la clave de una tierra que debería resistir la tentación de sentirse tarjeta postal o pieza de museo:
'Por eso me gusta Almería. Porque no tiene Giralda ni Alhambra. Porque no intenta cubrirse con ropajes ni adornos. Porque es una tierra desnuda y verdadera'.
Algo que seguramente hubiera firmado Carlos Cano, que retrataba esas tierras en un precioso pasodoble. Los tiempos han cambiado mucho, pero no estaría de más darle una vuelta a la idea, no ya en Andalucía, en cualquier otro lugar.
Otras obras de Juan Goytisolo reseñadas en ULAD: Señas de identidad, Don Julián / Juan sin Tierra, Las virtudes del pájaro solitario
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