sábado, 7 de enero de 2023

Gonzalo Suárez: La musa intrusa

Idioma original:
español
Año de publicación: 2019
Valoración: está bien

Pocas presentaciones debe necesitar Gonzalo Suárez, una de las figuras más originales del panorama cultural español: tan escritor como director de cine, con una trayectoria cinematográfica siempre muy vinculada a la literatura (con películas como Remando al viento o Don Juan en los infiernos, o adaptaciones fílmicas de La Regenta o Los Pazos de Ulloa), es uno de esos creadores de los que se puede decir que tiene un mundo y un estilo propios, inconfundibles. En el caso de Gonzalo Suárez, se trata de un mundo marcado por la imaginación y la libertad, y la capacidad para reutilizar, reconstruir y remezclar la tradición y la propia vida. 

Estas características aparecen, en diferente grado, en las dos partes de La musa intrusa, tan diferentes entre sí que cabe pensar si de hecho se pensar para ser publicadas conjuntamente, o si simplemente Gonzalo Suárez le mandó al editor lo que tenía escrito en ese momento, y el editor se lo publicó porque, en fin, cuando eres Gonzalo Suárez puedes permitirte esas cosas.

La primera parte de La musa intrusa, que humorísticamente se presenta casi com un larguísimo preámbulo a la segunda, es una caótica narración memorística del autor, con recuerdos de su infancia, de su trayectoria como escritor o como director, con cameos o apariciones estelares de figuras históricas como Sam Peckinpah, Ray Bradbury, Helenio Herrera o Julio Cortázar, en localizaciones que van de Madrid a París o a Hollywood. Podemos naturalmente jugar al juego de pensar que todo lo que se nos narra es verídico, y teniendo en cuenta la amplia y variada trayectoria vital y profesional del autor nada es imposible, aunque probablemente haya tanto de fabulación como de recuerdo en estas páginas.

Ya la seguda parte, titulada propiamente "La musa intrusa", es una especie de novela corta pseudopoliciaca que recrea, con tintes absurdos, la trama de Hamlet: sus incestos, asesinatos, enterradores, fantasmas, venganzas y mujeres enloquecidas por amor. Es una versión juguetona y retorcida, con momentos divertidos (particularmente en los diálogos), aunque también confusa y algo repetitida por momentos. Lo más original, sin duda, es mezclar la archifamosa trama de Shakespeare con una textura de novela detectivesca, aunque sea en tono de parodia. 

El conjunto, como se puede prever por estos breves resúmenes, es una obra desigual y sorprendente, que se lee con placer en muchas páginas, porque Gonzalo Suárez es Gonzálo Suárez, pero que sin duda no pasará a la historia de la literatura, ni siquiera al canon personal de su autor. Es, por decirlo así, una lectura de vacaciones de un escritor que en cualquier caso sigue sin parecerse a ningún otro.

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