jueves, 5 de enero de 2023

Luis Costa: Dance usted

Idioma original: español

Año de publicación: 2022

Valoración: interesante

Aunque, como es mi caso, uno baile de forma torpe y grotesca, apenas atinando a seguir el ritmo, resulta que un libro como Dance usted resulta una lectura recomendable. Aunque su autor pertenezca al gremio (aparte de escritor, suele pinchar discos) y eso aboque al texto a un cierto aire corporativo, sin llegar a someternos a una sesuda reflexión que acabase declarando que el baile es una especie de metáfora de la vida, figura retórica exagerada que surge constantemente de forma socorrida, usada por gente poco imaginativa (esta serie es la vida, la literatura es la vida, etc.). Luis Costa, más que intentar llevarnos a tan tajante conclusión, prefiere, en un texto sumamente ameno que se despacha en menos de dos horas, hacer un recorrido a través de la historia moderna del baile en el contexto en que este dispone de una música de baile. Un concepto bastante moderno en que recorreremos los hitos clásicos: el jazz, el swing, la música disco, el house. 

Todos ellos esbozados en capítulos que, más que adentrarse en tecnicismos, capturan la evolución del baile como una manifestación no explícitamente artística, sino como una especie de contexto de diversión resultado de diferentes aspectos: las corrientes musicales, la evolución de los soportes de música grabados, las tendencias de ocio de los usuarios... pero Costa no se queda ahí, y sin pretensiones ni excesos, explica un poco como esta evolución ha corrido paralela a algunos otros hechos. El baile como elemento de proyección del individuo en el entorno casi íntimo de la pista, solo sonido, ritmo, tan válido como el uso como socialización (no hablemos de cortejo o de expresión física paralela a la performance sexual) queda explicado y justificado como actividad física o incluso medio de mostrarse ante los demás. La cultura de club surge como concepto ya casi inamovible e instaurado como colofón del proceso que se inició con la música disco, alcanzó su cota en el breve reinado de Studio 54 - la discoteca como marca global - y se ha prolongado hasta hoy. Se asocie a turbios negocios, a noches de excesos, a el uso de ciertas sustancias (que encontrarían igualmente otro ámbito en el que usarse), los clubs, las discotecas, se constituyen en puntales del ocio de varias generaciones, en poderosos atractivos de las grandes ciudades o de lugares paradigmáticos como Ibiza. 

Podría complementarse su lectura con la audición de muchos elementos capitales, pero Costa ha evitado el justificar el texto a través de su banda sonora. El fenómeno queda explicado por su poderoso arraigo en la cultura contemporánea, en su idoneidad como escenario de la vida en ciertas edades y entornos (véase series como Euphoria) y, desde cierta perspectiva, podría parecernos algo forzado. Pero se apagan las luces, suena el ritmo a 4x4, parpadean los neones...


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