viernes, 9 de julio de 2021

Don Rogelio J.: Tierra Muerta

 Idioma: español

Año de publicación: 2020

Valoración: recomendable

¿Qué es la "Tierra Muerta" a la que hace referncia el título de este cómic? Pues en el futuro distópico en el que se desarrolla la historia, el el que el agotamiento de los recursos ha conducido a una suerte de "ecofascismo", se llama asía al espacio supuestamente yermo que se extiende entre varias ciudades-estado que, pese a estar regidas, en apariencia, según distintos sistemaas ideológicos, en verdad comparten el mismo afán de control sobre la ciudadanía y sus formas de expresión, ya sean políticas, claro, o incluso culturales. En la Tierra Muerta, en cambio, se supone que no hay control, porque, también se supone, es un territorio degradaado y lleno de peligros, desde manadas de lobos a bandidos. Pero también es un espacio de libertad para quienes viven al margen de la sociedad o, simplemente, no tienen en regla los papeles y permisos exigidos en las ciudades; por eso es donde se mueven, en una furgoneta desvencijada, la banda de rock formada por tres chicas, Rosa, Sam y Taimi, más su inútil robot de carga, de aspecto punkarra -aunque sea el más juicioso del grupo-, al que llaman Merchandelox.

Estas músicas son contrataadas por otra cantante, la genial pero caótica Úrsula, para que la acompañen en la gira de presentación de su último trabajo; una gira que es, precisamente, de lo que trata esta historia. Anécdotas, aventuras y desventuras de la vida en la carretera que, cabe suponer, el autor del cómic conoce bien, pues además de dibujante es componente de varios grupos de punk. Sin duda, es el espíritu de éste el que anima todo el libro.

No voy a contar más de la historia en si, excepto que es toda una llamada a la libertad, y no sólo por lo que transmiten las andanzas del grupo. En cuanto al aspecto gráfico, destaca sobre todo la compleja planificación de las páginas, que en ocasiones recuerda a la que suele llevar a cabo David Rubín; sin embargo, en el caso de los dibujos en sí, el trazo de Don Rogelio J. es menos pulido, más nervioso y hasta caótico, lo que casa bien con el aliento de la historia, aunque en algunas viñetas concretas hace confusa la identificación de lo que sucede. El estilo oscila entre un -más o menos- naturalismo y una tendencia evidente hacia un feísmo que, siendo tópicos, podríamos calificar de "expresionista".

En suma, una novela gráfica, cómic o como queráis llamarlo que tal vez no sea de interés para todo el mundo, pero que a quienes conecten con su estética y espíritu, sin duda les puede encantar. Quizás la vieja consigna del punk de "No Future" no fuera cierta, pero el futuro que nos aguarda tampoco parece muy halagüeño. Habrá que estar atentos...


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