Título original: Il secondo diario minimo
Año de publicación: como artículos en prensa, desde (1975) 1986. Como parte del libro Segundo diario mínimo, 1992.
Traducción: Helena Lozano Miralles
Valoración: molto facile e divertente... quiero decir, recomendable y divertido.
Tras este curioso título, encontramos un libro no menos recomendable e igualmente divertido: se trata de una recopilación de artículos que Umberto Eco escribió para la revista L'Expresso a partir de 1986 -aunque los hay fechados desde 1975; no sé si para otras publicaciones o si se trata de inéditos-, todos bajo la fórmula recurrente de "cómo hacer tal o cual cosa"; de esta forma, se diría que constituyen una especie de manual de instrucciones para ir por la vida -de hecho, uno de los artículos se titula, precisamente, Cómo seguir las instrucciones-, pese a que algunos de sus "consejos" no parezcan, a priori, de mucha utilidad para nuestra vida cotidiana: se nos explica, justamente, cómo viajar con un salmón (se entiende que muerto y, a ser posible, ahumado), cómo llegar a ser caballero de Malta o cómo salir en los medios aunque no seamos nadie... aunque esto último cada vez es más habitual.
Como se puede cualquiera imaginar, el humor, la ironía e incluso el sarcasmo es la constante en todos estos artículoso capítulos. En algún caso, sobre todo en los últimos, Eco se pone un poco más serio o mejor sería decir que en ellos predomina la reflexión sobre la ironía, reflexión que se centra en cómo la urgencia y banalidad de los medios de comunicación hacen que cualquier asunto acabe por volverse pasajero y superficial, terrreno abonado, ademá,s para las explicaciones absurdas pero fáciles de comprender: Cómo evitar caer en los complots (no quiero pensar que le hubieran parecido a don Umberto estos tiempos de terraplanistas, antivacunas o QAnon); Cómo no olvidar a los pedófilos (y quien dice pedófilos dice los okupas con que nos aterrorizaron los medios españoles el pasado verano; ya veremos qué toca éste...) o, sobre todo, Cómo sobrevivir al caos de los medios (no hace falta mayor explicación).
Cierto es que, probablemente, algunos de estos consejos sean sobre todo aplicables a profesores universitarios de semiótica o, al menos, a académicos e intelectuales en general, pues es sobre las cuitas de su quehacer sobre lo que escribe Eco: Cómo presentar un catálogo de arte, Cómo hacer un inventario, Cómo hacer una introducción, Cómo tirar los telegramas a la papelera -de premios y eventos a los que se le invita sin ser deseados-, Cómo precaverse de las viudas -de todos los herederos de la obra literaria de un escritor, en realidad-; en otros trata de los problemas que pueden asaltar a un frecuente viajero internacional como fue él mismo: para empezar, claro está, el del salmón -ya digo que no es una metáfora de nada, sino algo literal-, Cómo comer en el avión, Cómo usar al taxista -muy útil-, cómo viajar en trenes americanos... Y también están los de una variedad que me resulta bastante enternecedora: la de los problemas con la tecnología moderna , que va desde los entonces sorprendentes artefactos, hoy diríamos que vintages, de aquellos 80 y 90 del siglo XX -Cómo comprar gadgets, Cómo usar el fax, Cómo no usar el teléfono móvil- hasta las vicisitudes habituales de los usuarios de Internet, ya en el siglo XXI: Cómo castigar a los que practican el spam, Cómo usar la red intentando acordarse de algo... Aunque más entrañables aún resultan los artículos que se refieren a los recuerdos de la infancia y juventud: Cómo comer el helado, Cómo empieza, cómo acaba.
Pero, en fin, para qué engañarnos: sé cuál es el capítulo que vais a mirar en primer lugar aquellos que os decidáis a leer este útil (!) y divertido libro: Cómo reconocer una película porno. Y no, no es cómo vosotros pensáis...
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