Idioma original: Inglés
Título original: Baron Trump's Marvelous Underground Journey
Año de publicación: 1893
Traducción: Cristina Zuil
Valoración: Está bien (recomendable para niños y jóvenes)
El maravilloso viaje subterráneo de Baron Trump es un clásico de la literatura infantil. Se publicó en 1893 y conforma, junto a Viajes y aventuras del Pequeño Baron Trump, de 1883, un díptico protagonizado por el joven y famoso explorador Sebastian von Troomp, también conocido como Pequeño Baron Trump.
Esta novela autoconclusiva de Ingersoll Lockwood había caído en el olvido hasta que sus (más bien escasas) coincidencias con el 45º Presidente de los Estados Unidos y el hijo menor de éste le granjearon cierto interés mediático allá por el 2017. Hay conspiranoicos que la usan como prueba de que la familia del magnate norteamericano tiene la capacidad de viajar en el tiempo.
En El maravilloso viaje subterráneo de Baron Trump, el Pequeño Baron y Bulger, su perro, descubrirán varios pueblos ocultos bajo la tierra. No sólo aprenderán las peculiaridades de los mismos, sino que obtendrán una perspectiva rica y crítica sobre su propio mundo.
A mi juicio, éstas son las virtudes de la obra de Lockwood:
- Su inspirador mensaje, que recalca lo estimulante que resulta salir de nuestras zonas de confort.
- Su celebración de la pluralidad, así como su convicción de que hay que tolerarla.
- Su reivindicación del valor de la amistad y el conocimiento.
- Al contrario que la mayoría de protagonistas del género, el Pequeño Baron Trump no tiene una conducta intachable o inofensivamente problemática. Es clasista, vanidoso y propenso a meterse en líos. A lo largo del relato toma y justifica algunas decisiones que son objetivamente despreciables. Eso lo convierte en un personaje muy humano, y permite a los jóvenes lectores reflexionar sobre su compleja caracterización. La cual, por otra parte, también presenta rasgos favorecedores (lealtad, valentía y afán por saber, entre otros).
- Bulger es capaz de auténticas proezas y recuerda a simpáticos canes de la cultura popular, como el Milú de Tintín o el Brain de Inspector Gadget.
- Las razas concebidas por Lockwood son completamente distintas las unas de otras, amén de originales. Entre los humanos que habitan el subsuelo encontramos, por ejemplo, a los «Hombres Transparentes» «de la tierra de los Anteojos», a las «Personas Hormiga», a los «Cuerpos Fríos» o a los «Olvidadizos Felices».
- Las civilizaciones subterráneas derrochan imaginación. Cada una exhibe un sistema de gobierno diferente, costumbres y tradiciones únicas, pintorescas dinámicas sociales o arquitecturas particulares.
En cuanto a los aspectos negativos de El maravilloso viaje subterráneo de Baron Trump, destacaría los siguientes: su estructura reiterativa, algunas conveniencias que nos obligan a suspender en demasía la incredulidad y un final abrupto e insatisfactorio. En todo caso, es una delicia cuyos defectos no impedirán que la disfrutemos sobremanera. Especialmente si nos pilla con nuestra mascota acurrucada junto a la chimenea.
3 comentarios:
Pues se me ha ocurrido buscar a ver si el nombre del hijo de Trump tenía algo que ver con este libro y la respuesta es mil veces más cutre: al parecer, en los años 90 Donald Trump utilizaba el seudónimo " John Barron" para hacerse pasar por su propio jefe de prensa y filtrar a los periodistas sus conquistas amorosas ( quien dice amorosas, dice ñaka-ñaka)...
El tío resulta ser un cerdo egocéntrico hasta ponerle el nombre a su hiho.
Hola, Juan. Ya digo que la novela nada tiene que ver con nuestro amado Trump y su familia, aunque los medios norteamericanos intentaran forzar alguna que otra coincidencia. Así que el nombre de Barron Trump no tiene un origen literario; el que tú has encontrado me cuadra más, hablando del 45º Presidente de los Estados Unidos de América.
Coincidence? Naaaa !
Publicar un comentario